La mejor saga y la más leída en el campo de la ciencia ficción, es la de las Fundaciones de Isaac Asimov. Lo que no sabia hace varios años cuando la leía ávidamente, es que vería la irrupción del Mulo mayor y su recua, y extrañaría la necesidad de las Fundaciones y de un Plan Seldon para ayudar en la recuperación de la civilización luego del desastre en que nos estamos sumiendo tanto por la emergencia del Mulo como por el caos a generarse luego de su defenestración o su muerte.
Relata Asimov. En un lejano futuro, mucho tiempo después de que la Tierra pasara al olvido, la galaxia se unificó alrededor de un Imperio pacífico gobernado desde la majestuosa ciudad de Trántor. El sistema funcionó y prosperó durante incontables generaciones, luego el inmovilismo, la burocracia, las continuas intrigas entre sátrapas de todos los niveles, la sensación de que todo está hecho y bien hecho, creo un clima de confianza en la inercia del aparato Imperial tal que nadie se preocupa del porque suceden las cosas, solo que suceden, y esa falta de preocupación hace que cuando las pequeñas cosas empiezan a dejar de funcionar nadie se alarme. A las pequeñas cosas le siguen otras más grandes, y otras, y otras, y nadie se mueve, hasta que es el mismo Imperio el que se desintegra.
Todos en Trántor creían esto que duraría eternamente… Todos menos Hari Seldon, la mente científica más poderosa de su tiempo. Sus investigaciones en el campo de la Psicohistoria (las matemáticas aplicadas a las grandes aglomeraciones humanas) auguraban un desastre imposible de prevenir. El Imperio estaba condenado… Pero el Plan Seldon era una estrategia a largo plazo, destinada a minimizar las peores consecuencias del futuro que se avecinaba. Para ello se establecieron dos Fundaciones en ambos extremos de la galaxia, que permitirían preservar los conocimientos y la cultura de la humanidad y con ello lograr la recuperación de la civilización en el menor tiempo posible luego del desastre que se sume la humanidad por su propia inercia y agudizada a consecuencia de la emergencia del Mulo. La primera Fundación y de conocimiento público fue establecida en Términus y la segunda secreta, "en el otro extremo de la galaxia".
El Mulo, como el mismo se autodenomina, es un mutante, un fenómeno de la naturaleza que tiene la capacidad de influir emocionalmente en todos aquellos que le rodean, por decirlo de alguna forma, su capacidad empática está amplificada y le es posible dirigirla puntualmente hacia la persona que desee. De éste modo cautiva la voluntad de jefecillos y militares, creando un Imperio a su imagen y semejanza, que el mismo no duda en considerar sucesor del antiguo Imperio Galáctico, para la fecha ya definitivamente destruido.
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Por supuesto, la Fundación no puede nada contra tales poderes y se rinde sin demasiadas ceremonias, tras lo cual el Mulo se empeña en la búsqueda y destrucción de la Segunda Fundación, los únicos que pueden hacer algo en su contra. Pero como no podía ser menos, un grupo de irreductibles, liderados por la indomable Bayta Darell consiguen dar al traste con los malvados planes del Mulo y ¿salvar? la Galaxia, al menos temporalmente.
Como ven la historia se repite de muchas maneras, y para los que no conocen la saga vale la pena leer al menos la trilogía básica, escrita en los años 1951 al 53 y compuesta por Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación.