Quiere una Bolivia que tenga como centro geopolítico al Chapare. El Presidente dice muchas cosas sin mencionarlas de manera explícita. De un tiempo a esta parte por motivos electorales ha tenido que adoptar un método tangencial para enviar sus mensajes a lo que considera el núcleo duro de su electorado y de esta forma reafirmar su incondicional adhesión.
Foto: La base política de Morales, los cocaleros del Chapare.
El pasado sábado estuvo en Chimoré y dijo algo que no deja de llamar la atención. Es ya conocido que el mandatario no guarda el sentido de las proporciones, sin embargo existen ocasiones en las que el presidente nos invita a hacer un análisis más puntual y minucioso de lo que dice ya que no siempre se trata de excesos verbales o la venta desmedida de ilusiones.
Seguramente a más de uno sorprenderá que Evo haya afirmado en esa oportunidad que la pista existente en la actualidad en Chimoré se convertirá en breve en el aeropuerto internacional más grande del país. Es que en toda la región del trópico cochabambino no existe una concentración poblacional de magnitud tal que justifique que en ella se construya el “aeropuerto internacional más grande del país”.
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La primera reacción ante tamaña afirmación es pensar que se trata de una promesa más, de esas que lanzan los candidatos al calor de la campaña electoral y que frecuentemente son incumplidas.
Sin embargo una segunda lectura nos revela otros aspectos que trascienden a la pura y simple campaña y la emisión de promesas de difícil o imposible cumplimiento que ya forman parte de nuestro folklore político.
Evo tiene una visión de país muy particular y en esta ocasión la mostró de manera descarnada. Ocurre que para él, el “Estado plurinacional” está íntimamente ligado al “Estado cocalero”. En esto no se lo puede acusar de inconsecuente. La coca constituye la esencia y la razón de ser de su partido y de su proyecto.
En lo más íntimo de su ser concibe una Bolivia que tenga como centro geopolítico al Chapare y como sustento económico a la producción de coca y es ahí donde entra en juego el “aeropuerto internacional más grande del país”, unido además a su compromiso de que modificará la Ley 1008 para dar más beneficios a «los hermanos cocaleros».
De hecho la toma de decisiones en cuanto a política interna o externa se refiere está determinada por el tema de la coca. No olvidemos la expulsión de la agencia antinarcóticos estadounidense (DEA) y el resquebrajamiento de las relaciones con el país del norte.
Evo ha demostrado que está dispuesto a defender a todo trance la hoja de coca y las lucrativas actividades “colaterales” y en este su empeño no repara en afectar otros rubros de la economía nacional ocasionando el paulatino agravamiento de la problemática del desempleo.
No se puede negar que al menos en este tema, las intenciones de Evo son cada vez más transparentes y es seguro que si pudiera, en una actitud melgarejuna, ya hubiera trasladado la sede de gobierno al Chapare aunque hay quienes afirman que esto es solo cuestión de tiempo y de oportunidad.