¿A quién responden los organismos de seguridad del Estado?


imageA siete meses de que Eduardo Rozsa y otras dos personas murieron acribilladas en un hotel de Santa Cruz, las dudas van in crecendo mientras que las certezas disminuyen al punto que toda la estantería gubernamental sobre la supuesta existencia de planes “terroristas y separatistas” amenaza con venirse abajo con gran estrépito aplastando a sus propios gestores.

A parte de que las versiones gubernamentales sobre la supuesta existencia de un tenebroso plan para desmembrar el país son cada vez menos creíbles, surge otra duda: ¿A quién responden los servicios de seguridad del Estado?

La pregunta, a la luz de los últimos hechos, no es gratuita. Son cada vez mayores los elementos que hacen suponer que el vicepresidente Alvaro García Linera ha montado toda una estructura paralela que en muchos casos se sobreponen a las entidades estatales formales del gobierno, incluidos los organismos de Inteligencia y seguridad.



Evo Morales aparentemente es la cabeza pero en forma paralela se mueve de manera sigilosa una importante red que está capturando un espacio cada vez mayor en la toma de decisiones políticas.

Alvaro García Linera tiene el criterio de que la actual institucionalidad perjudica el avance del “proceso de cambio” y por tanto se ha dado a la tarea de socavarla en forma sistemática con el evidente respaldo de algunas ONG´s entre las que “destaca” la Fundación Solón Romero. El operador de esta estrategia es un hermano del vicepresidente, Raúl, quien sin ser funcionario de la Vicepresidencia tiene a su disposición todo un equipo que responde únicamente a sus órdenes.

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Hay versiones que el vicepresidente no se ocupó de desmentir limitándose a indicar que era una “tomada de pelo” y que están relacionadas con el intercambio de notas por correo electrónico entre Eduardo Rozsa y un tal “camarada Linera”. Existen opiniones que el “camarada Linera” sería Raúl García y que este sería precisamente el “cerebro” que montó todo el operativo para traer al país al grupo de Eduardo Rozsa con el exclusivo afán de involucrar a un grupo de despistados en supuestos afanes separatistas y utilizar esto como pretexto para descabezar la oposición política y cívica en el departamento de Santa Cruz.

image En suma no se habría tratado de una “infiltración” sino de una acción coordinada entre el grupo de Rozsa y la Utarc que incluía algunos atentados para dar mayor credibilidad al asunto pero el objetivo central era involucrar a la mayor cantidad de dirigentes cívicos y políticos cruceños en los supuestos afanes separatistas.

Esta no es una afirmación a la ligera. Si el grupo de Rozsa estaba infiltrado y se conocía todos su pasos e intenciones ¿por qué no se evitó el atentado contra el domicilio del cardenal Terrazas o por los menos se agarró a los autores, esta vez si, con la manos en la masa?

Por otra parte se conoce que tanto el vicepresidente como su hermano tenían un estrecho y directo contacto con la Utarc y particularmente con su director, el capital Walter Andrade.

image Un Vicepresidente no suele involucrarse en actividades que conciernen el ámbito del ahora Órgano Ejecutivo y menos aún en las tareas relacionadas con la seguridad del Estado pero Alvaro García si lo hace. Lo prueba una fotografía en la que posa junto a los efectivos de la Utarc, incluido Andrade en el denominado “Castillo” de Seguencoma, centro de operaciones de ese organismo.

La pregunta que puede surgir es porque se eliminó de manera expeditiva a Rozsa y otros miembros de su grupo si las acciones estaban siendo coordinadas. La respuesta es muy sencilla: en este tipo de acciones no es bueno dejar cabos sueltos no vaya a ser de que a alguien se le vaya la lengua. Rozsa conocía todos los detalles de la operación encubierta y desde había sido organizada y por tanto se trataba de un testigo incómodo

Pero la pregunta más inquietante es cual es el nivel de injerencia de Alvaro García en los organismos de seguridad del Estado y hasta que punto conoce el presidente Evo Morales sus actividades.

Si se cae toda la tramoya montada es claro que el más perjudicado sería el presidente Morales quien anunció desde Venezuela que él dio la orden para que se realice el operativo en el hotel Las Américas cuyos métodos están comenzando a ser cuestionados por la comunidad internacional en forma cada vez más abierta.

Contrariamente, el más beneficiado sería el “jacobino” Alvaro García quien no se resigna a cumplir el papel de segundón al que está relegado hasta el momento.