El MAS, a la conquista del ultimo bastión


Entre la eficiencia del MAS y la ineptitud de sus rivales están escribiendo las próximas páginas de la historia de nuestro país

los_tiempos_beta Editorial Los Tiempos



Hace unos días, al referirnos en este espacio editorial a la cada vez más desigual correlación de fuerzas que caracteriza al actual proceso electoral, decíamos que eran claramente visibles dos tendencias. “Primero, que el MAS tiene el control prácticamente total de la iniciativa política y tiene con toda claridad delineado no uno, sino dos planes de acción. Y los ejecuta con gran eficiencia. Y segundo, que la oposición, en las dos principales fracciones en que está dividida, el Plan Progreso y Unidad Nacional, no logra ponerse a la altura del reto que tiene al frente.

“Por lo que se ve, la fórmula oficialista tiene un plan diseñado para las regiones del país donde su hegemonía no está en discusión y otro, muy distinto, que guía sus actos allá donde aún no ha logrado imponerse con tanta rotundez”, decíamos. En efecto, los más recientes actos de la campaña oficialista han dado clarísimas muestras de esa doble estrategia, ante la que la oposición no atina a reaccionar.

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Una muestra de lo primero son las agresiones que los grupos de choque del MAS ejercen contra quienes tímidamente intentan hacer campaña en “su” territorio. Por “su” territorio se entienden prácticamente todas las provincias de los departamentos altiplánicos y de los valles, así como barrios íntegros de las principales ciudades.

Ejemplos de lo segundo han comenzado a abundar durante los últimos días. Tanto, que según recientes reportes de prensa, el Comité pro Santa Cruz es la única entidad de la “institucionalidad” cruceña que no fue “perforada” por el Movimiento Al Socialismo (MAS), que selló nueve alianzas con unionistas, barras brava, universitarios, ex funcionarios prefecturales, y anteayer firmó un acuerdo con los agropecuarios del norte cruceño.

El más reciente e importante de los frutos obtenidos por el MAS es el convenio suscrito en Montero con la Federación de Agropecuarios del Norte del Departamento de Santa Cruz, que se unió al partido oficialista para realizar campaña por la reelección del presidente Evo Morales.

Pero no es sólo en Santa Cruz donde ese plan de acción se desarrolla con notable éxito. En el Beni, el martes pasado, el MAS logró acuerdos con dos bloques del movimiento cívico de ese departamento, muchos de cuyos principales dirigentes decidieron pasar a engrosar las filas del oficialismo.

Ya antes algo similar ocurrió en Tarija, donde incluso uno de los más prominentes diputados de lo que fue Podemos puso a su agrupación ciudadana al servicio de la campaña del MAS. El caso de Pando, que por ser “el eslabón más débil” es donde se inició la “conquista de la Media Luna”, tiene características diferentes, pero los resultados son los mismos.

Pero tan o más notable que la eficiencia con que el oficialismo avanza hacia el objetivo de lograr dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional es la absoluta y total parálisis en la que está sumida la oposición. Arrinconada, siempre a la defensiva, sin iniciativas, sin liderazgos, sin ideas, sin saber qué decir cuando tienen la oportunidad de dirigirse a sus potenciales electores, la oposición contribuye en no poco a que el MAS logre cuanto se propone.

Así, entre el MAS y sus oponentes están escribiendo las próximas páginas de la historia de nuestro país.