La palabra entre rejas


penoco Los que sugieren que Leopoldo Fernández sea llevado a la cárcel de Chonchocoro para evitar que siga hablando con los medios de comunicación, deberían recordar la historia de la prisión de Alcatraz, que se hizo famosa porque nadie había podido escapar en sus 29 años de funcionamiento, hasta que el recluso Frank Morris, junto con los hermanos John y Clarence Anglin pudieron fugarse en 1962 gracias a un plan que inspiró una película. Después de ese escape, Alcatraz tuvo que ser clausurada. En el Gobierno son aún más pretenciosos, pues no sólo quieren tener al ex prefecto de Pando encerrado ilegalmente, sino que también buscan impedir que ejerza su derecho a la libertad de expresión, tal como está establecido en las normas y conforme lo exige la Corte Nacional Electoral. Mantener tras las rejas a una persona puede resultar fácil, aunque nunca falta un astuto capaz de vencer hasta la prisión mejor fortificada. Mucho más difícil es tratar de encarcelar a la palabra y hasta ahora, Leopoldo Fernández está resultando mejor que Houdini para burlar a sus custodios.

Bajo el Penoco – El Día