La diplomacia boliviana está como para volverse locos. El vicepresidente Álvaro García Linera acaba de decir que los bolivianos deben prepararse para una invasión de Estados Unidos al continente, versión light de las bravuconadas del jefe de jefazos, Hugo Chávez, quien anda afilando sus bayonetas para una guerra sinfín contra “el imperio y sus lacayos”. El presidente Morales, aunque no pronunció la palabra “guerra”, sí justificó los alaridos belicistas del presidente venezolano, el que dio por asegurado el concurso de las Fuerzas Armadas bolivianas y de otros países por supuesto, cuando se desate la conflagración continental contra “el enemigo”. Decíamos, que mientras ese mambo guerrero suena cada vez más fuerte, el canciller Choquehuanca, tan buenito que es él, dijo ayer que no cree que todo esto vaya a afectar la recomposición de las relaciones diplomáticas con el país del norte. El ministro cree que “el interés de nuestros gobiernos va más allá de estas declaraciones”. En otras palabras, don David les dijo a los gringos que no hagan caso de lo que andan diciendo por acá.
Bajo el penoco – El Día