Poco tiempo le duró al Gobierno central la pose de ganador que asumió el 16 de abril pasado, tras anunciar al mundo entero que acababa de desarticular a un grupo terrorista que no sólo quería matar al Presidente de la República, sino también dividir a Bolivia.
SEMANARIOUNO – Maggy Talavera – EDITORIAL – Voz compartida
A siete meses de ese anuncio, al Gobierno central parece no quedarle otro camino que el de forzar el cierre de las investigaciones abiertas entonces, por una razón simple: su versión oficial carece de sustento y hace aguas por todas partes, muy a pesar de sus portavoces nacionales y extranjeros. Una constatación que no puede ser soslayada por el Ministerio Público y el Poder Judicial, a pesar de las presiones políticas a las que ambos demuestran estar sometidos.
El fracaso de la estrategia del Gobierno central de asestar un segundo golpe contundente contra sus opositores es tan evidente, que hasta su comisión investigadora del Congreso Nacional se ha visto en apuros y por eso acelera el cierre de las investigaciones paralelas abiertas en el Parlamento. Actúan de tal forma, que recuerdan y mucho el caso Huanchaca que conmovió al país en 1986. Las investigaciones congresales abiertas entonces para aclarar el asesinato del profesor Noel Kempff Mercado y otras dos personas en Huanchaca terminaron complicando al gobierno del MNR, a ADN y a la DEA, vinculándolos con los narcotraficantes que operaban en la reserva natural la mayor fábrica de droga en el país.
No está demás recordar cómo acabó el caso Huanchaca. Las investigaciones fueron frenadas, a pesar de la presión ciudadana por conocer la verdad y pese a que en el proceso el país lamentó el asesinato del diputado Edmundo Salazar, miembro de la comisión congresal investigadora. Algo similar amenaza suceder con el caso Rózsa, como se ha dado en llamar al abierto el 16 de abril por el Gobierno del MAS, ya que la supuesta desarticulación de un grupo terrorista derivó en la muerte de Eduardo Rózsa Flores y otros dos extranjeros que estaban alojados en el hotel Las Américas. Desde entonces, el Gobierno no ha hecho otra cosa que tratar de sortear con más torpezas que astucia las contradicciones en las que ha caído su versión oficial.
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La cuestión de fondo, sin embargo, no es determinar cuán hábiles o torpes pueden ser los funcionarios de Gobierno y de los organismos represivos del Estado al momento de enfrentar a quienes delinquen a gusto y paciencia en todo el país. El tema de fondo es descubrir hasta qué punto está dispuesto a llegar el Gobierno en su afán de consolidar su poder político, anulando a las voces disidentes aún a costas de montajes y manipulaciones peligrosas como parece ser el caso Rózsa, con el ingrediente del terrorismo, esta vez desde el Estado. A ese extremo apuntan las revelaciones que han surgido en contra de la voluntad del Gobierno, con pruebas fehacientes sobre su relación con los que luego fueron identificados como enemigos, y muertos.
Develar los hechos tal y como ocurrieron, así como aclarar las razones verdaderas que llevaron al Presidente de la República a ordenar el operativo y ajusticiamiento de los tres supuestos terroristas, deben ser ahora tarea urgente no sólo para el Ministerio Público y la justicia, sino para la sociedad boliviana en su conjunto, ya que el cierre de un caso grave como el de Rózsa implica avalar la impunidad de quienes continúan actuando al margen de la ley y, en muchos casos, en nombre del Estado o en el de millones de bolivianos que a lo único que aspiran es a vivir en libertad.
SUB EDITORIAL
Sin vueltas
Cada vez que me emociono al conocer buenas noticias, recuerdo el verso de Fito Paez… quien dijo que todo está perdido/yo vengo a entregar mi corazón… Lo recuerdo ahora otra vez, a propósito de un programa de actividades que inundará Santa Cruz de la Sierra la semana que se inicia, diseñado en el marco de la Semana Mundial del Emprendimiento que celebrarán 77 países del 16 al 22 de noviembre.
No se trata apenas de un recuento de actos formales. La Semana, organizada por el Nodo Santa Cruz de la Red Boliviana Emprendedora, llega trayendo historias de vida que son dignas de ser propagadas a los cuatro vientos, por las enseñanzas que entrañan. Son testimonios de hombres y mujeres a los que las adversidades no les han quitado las ganas de seguir luchando para salir adelante, superando metas insospechadas hasta por los propios protagonistas.
Lo que más reconforta de estas historias es que son narradas por sus protagonistas con mucha alegría, con entusiasmo, sin una gota de resentimiento o frustración por las adversidades que los han llevado al extremo de perder techo y el sustento diario.
Son verdaderos emprendedores y emprendedoras a los que no los amilana ni siquiera la coyuntura política que absorbe toda la atención de los medios de comunicación y de las autoridades públicas. En medio del bullicio que provoca la pugna electoral y de las trabas que acostumbran ponerles los funcionarios de las reparticiones públicas, estos emprendedores surgen como el oasis en el desierto, trayendo vida y esperanza para miles de familias que sólo esperan un incentivo, una ayuda pequeña, un jisunú, como el que tuvo La Hoguera hace veinte años.
Esta semana, ellos son los que alegrarán las jornadas con propuestas que deberían estar en manos de los candidatos que andan por todos lados, inundando calles y barrios con sus propagandas y arengas políticas.