En alto nivel del oficialismo se dijo que los grupos opositores que ahora militan en sus filas no son alianzas sino simples sumas, pero como una alianza política supone la coincidencia de programas, al no existir éstos ni en unos ni en otros es obvio que no se puede hablar de alianza alguna.
Editorial El Diario
Está visto que los tránsfugas tienen puerto seguro en el MAS, así como antes lo tenían en los partidos de gobierno. Veamos las identidades de estos contingentes volátiles, algunos con la agravante de que fueron fuerza de choque callejera hasta no hace mucho. Tenemos, pues, a la Unión Juvenil Cruceñista a la cabeza de su jefe Ariel Rivera, a ex funcionarios de la prefectura cruceña y a la vez unionistas, a los dirigentes de las “barras bravas” de Oriente Petrolero y Blooming. La transmisión del mal fue inmediata y llegó a Tarija, donde el senador disidente de Podemos, Roberto Ruiz Basswerner, de la agrupación ciudadana “Dignidad”, sin dudar, siguió los mismos pasos, pero el contagio continuó marchando hacia Sucre para encontrar el terreno abonado en la agrupación “País” (ex MBL), nada menos que de la alcaldesa Aidée Nava y de la mayoría del Concejo Municipal capitalino. Ahí las tratativas País-MAS al parecer continúan a toda vela. De seguro que lo anterior seguirá a lo largo y ancho del territorio.
Mientras en el Oriente se alega que engañados arremetieron contra las instituciones públicas y piden el enjuiciamiento de quienes los indujeron, en el Sur se sale con que se debe sintonizar con el momento del cambio. En fin, nunca faltarán excusas aunque de hecho no sean tales. En cambio superando cualquier extremo pragmático, la fuerza receptora de deshechos se ciega por la obtención de dos tercios en diciembre y se vanagloria de que su aspiración de gobernar 50 años es muy tentadora. Para el prefecto Rubén Costas los huidizos eran agentes infiltrados para desprestigiar al autonomismo y ahora se desenmascaran.
Visto objetivamente el acomodo propio de muchos políticos, el MAS desde su creación alrededor de algunos movimientos sociales, fue penetrado por izquierdistas al acecho de oportunidades, sin duda, buenos pescadores, que terminaron cooptando al movimiento originario para llenar sus vacíos doctrinales y pasar a insuflarles fuertes dosis extremistas y métodos heredados de agitación social y otros transmitidos a sotto voce. ¿Quién habla hoy por el PCB y por otras tantas siglas ubicadas a la siniestra? Posiblemente nadie.
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Es más, siendo el transfugio una suerte de deporte nacional como otros horripilantes, si bien practicado con frecuencia a nivel individual asume ahora proporción grupal y es que expandirse es propio de los peores males. En lenguaje franco, la vendimia de los mercenarios viene de muy lejos en la historia y escarbar mucho sería escandaloso. En algunos casos lo verdaderamente lamentable es el estado en que dejan a organizaciones que en el pasado fueron ejemplo de perseverancia y valor. Es que en los años 50 otro tipo de gente estaba en las filas de la Juventud Cruceñista, la que llegó a ofrendar sus vidas por defender las regalías petroleras cruceñas y puso su pecho ante hordas llevadas de los valles.
Es sensible que el país sufra degradaciones éticas y psicológicas tan profundas, aunque se las tome de modo baladí.
Afecta también el juego democrático liviano que se practica y las permisibilidades democráticas, entre las que se ubica el transfugio. Son muchas y evidentes las pruebas de que no estamos preparados para la práctica leal de la democracia. Si se dice que entre todos los sistemas de gobierno el de la democracia es el mejor, no es menos cierto que se debe ser merecedor de ese sistema. Cierto es también que nadie se esmera para crear mejores y aptas condiciones de recepción de la democracia y poder ejercerla en la misma medida. En la actualidad estas falencias son, pues, compartidas por oficialistas y opositores. Lo que se mostraba como un frente oriental sólido y estable como sería deseable para otras regiones, no había estado blindado frente al oportunismo político y es que éste corroe y ha corroído la conciencia cívica y ciudadana de nuestro medio con desenlaces como el conocido.