Una fuerte lluvia, acompañada de descargas eléctricas y ráfagas de viento que superaron los 90 kilómetros por hora, causaron temor en la población al arrancar de cuajo los techos de decenas de viviendas, derribar árboles y dañar parte del sistema de distribución eléctrica y cables telefónicos.
Una de las edificaciones que sufrió destrozos en su techo de calamina
El Deber. (David Bernal, Riberalta) El meteoro duró aproximadamente 40 minutos, al promediar las 15:45 de ayer, y en su transcurrir trajo a la memoria lo sucedido hace cuatro semanas, cuando otro fenómeno similar destruyó viviendas, tinglados y torres de transmisión radial.
Una primera evaluación efectuada por las autoridades de la municipalidad permitió establecer que los daños se registraron en las zonas norte, este y oeste de esta ciudad.
Techos dañados, árboles caídos y muchas personas lamentando el desastre y comentando que como nunca antes Riberalta está sufriendo los embates de la naturaleza.
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Paradójicamente, esta vez la naturaleza atacó los barrios que no resultaron damnificados por el anterior vendaval.
Como se recordará, hace menos de un mes la capital riberalteña también sufrió los rigores de la naturaleza debido a otro fuerte temporal que afectó a diversos barrios.
En esa ocasión, uno de los edificios de la Universidad Amazónica de Pando resultó entre los más dañados.
También hubo caída de árboles y postes de luz que provocaron cortes de energía eléctrica.