El MAS celebró con gran entusiasmo los enfrentamientos producidos en la ciudad de Santa Cruz entre los seguidores de Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina. Por cierto se trata de un lamentable suceso que no hace más que llevar agua al molino del oficialismo.
Erwin Villarroel (izq), militante de PPB-CN, lesionado a causa de una pelea con gente de UN seguidores de Samuel (der)
Existen criterios bastante razonables en sentido de que la ventaja que llevaría el MAS en las preferencias electorales de acuerdo a algunas encuestas no se debe en modo alguno a una buena gestión gubernamental sino a las prebendas que compran apoyos y también a la miopía de una oposición que no acaba de darse cuenta que en las próximas elecciones se está jugando el destino de Bolivia como país democrático.
No se trata de una elección más. Se trata de decidir entre una opción hegemónica que ha proclamado abiertamente su intención de quedarse en el poder durante 50 años y otra, democrática y pluralista, pero que lamentablemente la oposición no ha terminado de perfilar con lo que en los hechos está haciéndole el juego al MAS.
El mismo proceso electoral no se está llevando adelante en las condiciones más transparentes y equilibradas, por cuanto todos los niveles e instancias del gobierno se han puesto al servicio de la reelección de Evo Morales, en una competencia desleal respecto de las otras candidaturas.
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Los funcionarios públicos están siendo extorsionados y tienen que dar mensualmente el diez por ciento de su salario para la campaña. Que digan que este aporte es voluntario no es más que una cínica mentira. Los medios de comunicación del Estado, que funcionan con el aporte de todos los bolivianos, están a la entera disposición del MAS.
Como no ocurría ni siquiera durante las dictaduras tenemos a toda hora a “periodistas” lanzando elogios a la candidatura oficialista atribuyéndole supuestas virtudes que solo existen en su mercenaria mente.
A parte de eso es sabido que el MAS no está dispuesto a facilitar la campaña de la oposición y las versiones sobre un traslado de Leopoldo Fernández a la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro no es una especulación. Ocurre que quisieron acallarlo pero en este caso las voces del silencio resultaron atronadoras.
La entrevista que logró un canal televisivo no gustó para nada al oficialismo que se percató que su andamiaje es débil y se puede venir abajo al menor soplido. Existen verdades que no pueden ser silenciadas eternamente y las responsabilidades sobre la “masacre de Pando” recaerán más temprano que tarde sobre los verdaderos culpables.
Finalmente tenemos la “prohibición” de algunos dirigentes de “organizaciones sociales” de que los candidatos opositores hagan campaña en las zonas que controlan. Se trata de una muestra de la arbitrariedad y el abuso con el que «trabaja» el oficialismo y una muestra clara de la forma en la que actuará en el futuro para reproducir de manera permanente su poder.
Esta situación debiera ser tomada en cuenta por los candidatos a fin de evitar los enfrentamientos entre los opositores ya que este tipo de acciones favorecen únicamente a Evo Morales colmado de ventajas que utiliza de la manera más impúdica.
Existen muchos elementos que debieran obligar a la oposición a actuar con mayor sentido histórico y con mas tino político. De lo contrario pueden resultar siendo cómplices de la perpetuación de un régimen populista y totalitario que inevitablemente conducirá al descalabro del país.