Tierra, tema candente


Un locuaz parlamentario del MAS justificó la reversión de tierras como un “ajuste de cuentas” con las oligarquías frente al nuevo Estado…

laPrensa eldeber Editorial La Prensa – El Deber

Es más que justificada la intranquilidad que impera entre los sectores productivos de la región, particularmente a raíz de una suerte de furiosa arremetida que tiene como punta de lanza sobre sí la reversión de tierras bajo la supuesta posesión irregular, en unos casos, o en el incumplimiento de su función económica social (FES), en otros. Según informes públicamente conocidos, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) ha revertido más de 100.000 hectáreas de un total de 89 propiedades en Santa Cruz en lo que va del año. La zona más afectada es la de Cordillera con cerca de 71.000 ha de 31 haciendas.



Como para despejar susceptibilidades que en tan sensibilizada materia no pueden dejar de haber, funcionarios del INRA han explicado que las expropiaciones únicamente se cumplen en Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca, porque en Cochabamba y La Paz sólo hay “minifundios” de 300 o 400 metros. Pero hay otras lecturas sobre el mismo asunto: un locuaz parlamentario del MAS justificó la reversión de tierras como un “ajuste de cuentas” con las oligarquías frente al nacimiento de un nuevo Estado, mientras que el Viceministro de Tierras, el del frecuente acullico, habló de “golpear” con el proceso al poder político del Oriente, sin caer en cuenta de lo depauperado que está.

Por su lado, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) ha advertido que el sector siente una fuerte presión política en el accionar del INRA y un manoseo del patrimonio agropecuario, que conlleva a generar inseguridad jurídica, afectando así las inversiones para la producción de alimentos en el país. Un 75% de lo que comen los bolivianos se produce en Santa Cruz, que a cambio sólo demanda condiciones para perseverar.

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A las reversiones consumadas se agregan las ocupaciones irregulares como las que acaban de darse cerca de Buenavista, en el norte cruceño, donde más de un centenar de campesinos llegados del interior ocuparon dos fincas que cumplen la exigida “función económica social” y cuyos propietarios presentaron toda la documentación legal en regla, según se tiene informado. En una mayor demostración de abuso, los invasores, que accedieron al lugar armados de palos, machetes y armas de fuego, procedieron a bloquear las rutas de acceso a las propiedades y como rehenes retuvieron a cinco personas, entre ellas a una mujer y a un menor de edad, incurriendo en un delito de lesa humanidad, ni más ni menos. En horas recientes, un operativo policial logró el desalojo pacífico de los usurpadores que a regañadientes abandonaron los fundos que habían ocupado atropelladoramente.

Sobre el candente tema “tierra” es oportuno señalar que el sector productivo cruceño ha dado la cara con coraje a los embates naturales tan diversos y crueles con que vive confrontado y a la falta casi absoluta de alicientes. Pero el acoso bajo el que está discurriendo hoy su quehacer fatigoso y viejo ya, sobre el surco, equivale punto menos que a una privación de sus manos y sus pies.