De brazo represor a esencia del Estado Plurinacional

Solo tenemos que tomar en cuenta la situación en Pando si queremos ver con claridad cuál es la función que pretende dar Evo Morales a las Fuerzas Armadas. Serán utilizadas como fuerza de ocupación de las regiones que puedan resultarle respondonas. La instauración del Estado totalitario marcha a pasos acelerados y las coincidencias con la experiencia venezolana no son pura casualidad.

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Por norma la izquierda fue antimilitarista. Sin embargo esa nueva corriente que ha surgido en el último tiempo al influjo del chavismo y que pugna por apropiarse ese denominativo se ha tornado súbitamente en militarista y asigna a los uniformados todas las virtudes, habidas y por haber.



La izquierda fue antimilitarista por que las Fuerzas Armadas eran la expresión y la esencia de ese Estado que querían destruir en su camino la construcción del socialismo. Cuando la izquierda llegaba al poder, cambiaban radicalmente su criterio y se dedicaban a fortalecer sus instituciones armadas como ocurrió en Cuba, que en su época llegó a tener uno de los ejércitos más poderosos del continente.

No está también recordar que Hugo Chávez está ganando ingentes cantidades de recursos en la compra de armamentos arguyendo un inminente ataque del “imperialismo” o de la vecina Colombia.

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Evo Morales en sus épocas de dirigente cocalero (aunque en realidad sigue siéndolo y combina esa su actividad con la de presidente y “guía espiritual” de los bolivianos) proclamaba que las Fuerzas Armadas y la Policía deberían desaparecer por cuanto consideraba que eran el brazo represor del Estado neoliberal.

En realidad lo que reprochaba era que estas dos instituciones fueran las encargadas de luchar contra el narcotráfico y particularmente de erradicar los cultivos ilegales de coca. En la actualidad, la lucha contra el narcotráfico tiene muchos cuestionamientos y la erradicación de cultivos es solo una frase hueca si tomamos en cuenta su incremento.

Como tanto la Policía como las Fuerzas Armadas están muy limitadas en la actualidad en ese campo, era lógico suponer que Evo Morales cambiaría radicalmente la opinión que tenía de ambas instituciones.

Ahora opina que son imprescindibles y que en ellas se resume la esencia del nuevo Estado Plurinacional. En realidad el MAS pretende replicar la experiencia del MNR a partir del año 1952 cuando células de oficiales adictos al régimen dominaban ambas instituciones.

El nuevo comandante del Ejército, Gral. Alberto Cueto ya dio la pauta del papel que Evo tiene reservado para las Fuerzas Armadas. De una forma que no admite dudas anunció que se modificará la doctrina castrense para acomodarla a los planes del gobierno.

Es decir, la doctrina de las Fuerzas Armadas ya no responderá al interés permanente del Estado y la Nación sino al interés eventual del gobierno de turno, lo cual constituye una grave deformación en la concepción de las funciones de la institución castrense.

Lo mismo ocurre en la Policía. Como ya lo anunciara el ex ministro de Gobierno, Alfredo Rada, los ascensos y las designaciones en cargos jerárquicos ya no se las efectuará tomando en cuenta los méritos profesionales sino el grado de adhesión al gobierno del MAS. Para muestra un botón: el nuevo comandante policial es un coronel que fue designado sobrepasando a los generales a quienes les correspondía el cargo.

Si tomamos en cuenta el discurso que pronunció el Gral. Oscar Nina, no cabe duda de que será un incondicional al gobierno del MAS.

Solo tenemos que tomar en cuenta la situación en Pando si queremos ver con claridad cuál es la función que pretende dar Evo Morales a las Fuerzas Armadas. Serán utilizadas como fuerza de ocupación de las regiones que puedan resultarle respondonas. La instauración del Estado totalitario marcha a pasos acelerados y las coincidencias con la experiencia venezolana no son pura casualidad.