Chile concurre nuevamente a las urnas mañana. Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomáticas desde 1976. Piñera y Frei disputan la segunda vuelta electoral.
Chile concurre nuevamente a las urnas mañana. Sebastián Piñera y Eduardo Frei se van a segunda vuelta. – Agencias
A punto de cumplir cuatro años de vigencia, la agenda de 13 puntos, el mayor entendimiento de La Paz y Santiago en 130 años de desencuentros, quedó, en los hechos, a merced del electorado chileno que el domingo concurrirá a las urnas para elegir de entre el candidato derechista a La Moneda, Sebastián Piñera, cerrado a cualquier acuerdo marítimo con Bolivia, y el candidato progresista Eduardo Frei, abierto a profundizar el diálogo bilateral, al nuevo presidente del país trasandino.
Poco más de 8,2 millones de chilenos se pronunciarán el domingo, en el balotaje chileno, por la continuidad de la Concertación, un cóctel de socialistas y democristianos que asumió el timón del país en 1989 después de 18 años de la dictadura militar de Augusto Pinochet y que ha puesto a Chile en el umbral de abandonar el subdesarrollo o, en la otra vera, por la derecha empresarial chilena en el poder signada por el recuerdo espectral de Pinochet.
Las del domingo serán, sin duda, las elecciones más vistas y escuchadas y las que mayor clima de opinión levantarán en Bolivia.
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De hecho los rostros de Frei y Piñera no han dejado las primeras planas de los diarios bolivianos durante la semana.
Frei, que ejerció la Presidencia de Chile entre 1994 y 2000, se dijo públicamente dispuesto, en un debate presidencial televisado, a mantener vigente la agenda de 13 puntos con Bolivia, a contrapelo de Piñera que afirmó un no rotundo a la posibilidad de ceder soberanía en los 4.000 km de costa de su país a la mediterránea Bolivia.
Frei proclamó su voluntad de "buscar alternativas que permitan a Bolivia tener acceso al mar".
"Yo creo que el tema de soberanía es un tema a discutir más adelante. Siempre, en materia internacional, uno tiene que tener la capacidad de buscar alternativas y soluciones", sostuvo el abanderado de la Concertación que encarna la presidenta Michelle Bachelet.
En cambio Piñera aseveró que "el territorio, el mar y la soberanía chilena nos pertenece y un presidente debe defenderlas siempre".
"Vamos a facilitar el acceso de Bolivia a nuestros puertos para que lo puedan usar para el comercio exterior, pero no vamos a ceder ni territorio ni mar", subrayó.
Bachelet que entregará en el poder en marzo con más de 80% de popularidad, entabló, con su colega boliviano Evo Morales, el diálogo más fructífero en la historia de Bolivia y Chile.
Las autoridades de La Paz no se han pronunciado puntualmente sobre el balotaje chileno y en las últimas semanas, incluso después de la primera vuelta que endosó Piñera, ha hecho mutis por el foro.
Sin embargo, el presidente boliviano Evo Morales esgrimió su talante sobre la política chilena cuando, a mediados de 2009, cuando las primeras encuestas revelaban la popularidad de Piñera, alertó a la región la recomposición de la derecha en Latinoamérica.
La Paz y Santiago han construido entre 2006 y 2009 una relación de "confianza mutua" y la piedra miliar de ésta es la amistad personal de Bachelet y Morales.
El canciller boliviano David Choquehuanca ha asegurado que "hay avances concretos" en el diálogo bilateral, pues ahora en Chile se habla "en diferentes estamentos del derecho de Bolivia al mar".
"En nuestra gestión, gracias a la voluntad política de los presidentes hemos podido establecer una agenda seria, de trece puntos, donde Chile acepta incorporar de manera oficial el tema marítimo", sostuvo.
Consonante con su Presidenta, Frei anunció su voluntad política para continuar el diálogo sin condiciones con Bolivia, al que consideró como "prioridad".
Frei consideró "acertada" la política de Bachelet, de llevar adelante una agenda de 13 puntos con Bolivia para buscar soluciones a sus diferendos a fin de normalizar las relaciones diplomáticas.
Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomáticas desde 1976.
"En la medida que avancemos en esos 13 puntos, debemos lograr acuerdos, que además comprometen al Perú. Esa prioridad que tenemos con Bolivia la vamos a seguir, siempre hemos estado dispuestos a darle todo el acceso al mar, en todos los puertos del norte de Chile, de acuerdo a los tratados que tenemos", enfatizó Frei.
Luego de la primera vuelta, el 13 de diciembre último, que el acaudalado empresario Piñera ganó con el 44% de los votos, 15 puntos por encima de Frei, la intención de voto en el electorado chileno ha sufrido en el último mes cambios sustanciales, un vuelco según analistas locales.
La última encuesta de opinión divulgada el miércoles estableció un empate técnico entre ambos candidatos, a falta de cuatro días para la crucial elección.
Piñera, empresario mediático y accionista de la principal línea de aeronavegación de su país, LAN, incluso con intereses en el Colo Colo, uno de los clubes más populares del fútbol de Chile, no ha podido desembarazarse de la sombra de Pinochet y muchos esfuerzos por negarlos tampoco ha hecho, al aseverar públicamente que "gobernaré con todos los hombres y mujeres de Chile".
Piñera representa la más rancia oligarquía de Chile y ella, a su vez, la más absoluta negación a la secular reivindicación boliviana de una salida soberana al mar, mas no por nada, sino porque el comercio boliviano, en manos de la oligarquía chilena deja a los miembros de ésta pingües ganancias, según el líder histórico de Cuba, Fidel Castro.
"Bolivia sufrió una extraordinaria humillación histórica en aquella contienda (de 1879). No sólo le arrebataron la costa marítima y la salida al mar, sino que privaron a ese país, de origen auténticamente americano, sobre todo aimaras y quechuas, de extensos territorios muy ricos en cobre que constituían la mayor reserva del mundo, que habiendo sido explotadas durante 130 años, hoy su producción se eleva a 5, 364 millones de toneladas anuales y aporta a la economía chilena alrededor de 18.452 millones de dólares estadounidenses anuales", escribió en una de sus columnas semanales.
Bolivia carece de acceso al mar Pacífico desde 1879, cuando, en alianza con Perú, enfrentó militarmente a Chile.
En la denominada guerra del Pacífico (1879-83), Bolivia perdió 400 kilómetros lineales de costa y 120.000 km cuadrados de territorios en la puna del Atacama, a favor de Chile.
Bolivia demanda desde 1904, cuando suscribió un Tratado de Paz y Límites, que selló su enclaustramiento geográfico, la reposición de una salida a marítima, por vía de un corredor soberano en el límite septentrional de Chile y la frontera sur de Perú.
El contencioso marítimo planteado por Perú en 2009, por el control de 100.000 km de aguas marítimas, ha frenado en seco la negociación boliviano chilena.
Los gobiernos de Morales y Bachelet, que dejará el poder en marzo de 2010 al cabo de un mandato de 4 años, llevan adelante una negociación "de mutua confianza" y que incluye, por primera vez en la historia bilateral de desencuentros signada por el contencioso marítimo, la demanda secular de Bolivia.
La Paz y Santiago han mejorado en el último tiempo sustancialmente su relación, reducida, desde 1989, a un intercambio comercial, favorable, en una proporción de 9 a 1, a Chile.
Intercambios en el área militar, en la educación y la tecnología y también en el campo político, con viajes de misiones parlamentarias de uno y otro lado, caracterizan el nivel de la nueva era de entendimiento entre ambos gobiernos.
Por primera vez en la historia bilateral, La Moneda (sede del gobierno chileno) se avino a discutir sin remilgos el reclamo marítimo boliviano en 2006, pese a fundar sus argumentos en el carácter irretroactivo del Tratado de 1904.
Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomáticas desde 1962, cuando Chile desvío unilateralmente el Río Lauca, de curso internacional, para alimentar sembríos en la puna de Atacama. Los Tiempos (ABI)