Una ley dificulta el control de fármacos

Dueños de farmacias, autoridades locales y nacionales coinciden en que la Ley del Medicamento 1737 es la principal barrera para combatir la venta ilegal de medicinas y hay consenso para revertirla

Peligro. Muchos de los fármacos que son vendidos sin exigir receta en las farmacias y mercados, figuran entre la lista de medicamentos controlados

El Deber. (Roxana Escobar N.) En el mismo lugar donde se venden bolsas de plástico, champú, líquido lavaplatos, condones y toallas higiénicas también se ofertan medicamentos. Es que adquirir un tónico Inti, tabletas diclofenac o dioxadol es muy fácil, pues en cualquier centro popular de abastecimiento se los encuentra al por mayor y menor. No se exige receta médica, tampoco cadena de frío para mantener las medicinas en buen estado.



La culpa de esto se la atribuye a la Ley del Medicamento 1737 aprobada en 1996 como una norma que revolucionó la dispensación de fármacos y otorgó mayor acceso de la población a los medicamentos, permitiendo que la propiedad de una botica no sea exclusiva de un profesional en bioquímica y farmacia. Esta ley abrió el abanico de venta libre de los medicamentos, que antes se limitaba al mentisan y curitas, para dar acceso irrestricto a una larga lista de analgésicos, antihistamínicos y antiinfecciosos.

Con la legislación aprobada hace 13 años proliferaron las farmacias, por eso las registradas legalmente en el Servicio Departamental de Salud (Sedes) suman 1.200, aunque la Asociación de Profesionales Propietarios de Farmacias (Asprofar) estima que hay 2.400 entre legales e ilegales.

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Muchos de los propietarios no son profesionales en bioquímica y farmacia; si bien están obligados a contar con un regente, no siempre cumplen. Por eso, en los últimos meses la Jefatura de Farmacia, dependiente del Sedes, ha ejecutado tres clausuras. El fenómeno sigue en expansión y la demanda no deja de crecer. Prueba de ello es que el alquiler de un local para instalar una farmacia en los alrededores del mercado La Ramada y Los Pozos oscila entre $us 800 y 1.000. Otro ejemplo es que muchas empresas han monopolizado la comercialización de fármacos.

Los especialistas advierten que urge realizar cambios a la Ley del Medicamento. Una de ellas es la jefa de Farmacias, Mery Quevedo. “Lastimosamente, hasta que la ley no se cambie, hasta que se decida prohibir la venta de medicamentos en mercados y ferias será difícil ejercer control. En la norma actual no hay restricción en cuanto a la propiedad de la farmacia y sólo establece que los fármacos pueden ser vendidos en lugares legalmente establecidos, no sólo en farmacias.

El artículo 93 del reglamento de la Ley 1737 señala: “Se autoriza el expendio de medicamentos aprobados expresamente como medicamentos de venta libre (OTC) en farmacias, farmacias populares, institucionales, botiquines, locales comerciales diversos legalmente establecidos”. Entonces basta que el negocio cuente con NIT y licencia de funcionamiento para ser considerado legal.

Las autoridades nacionales en salud también están a favor de modificar esta norma. De hecho, el jefe nacional de la Unidad de Medicamentos del Ministerio de Salud, Amílcar Rada, anunció que el próximo martes estará concluido el proyecto de la nueva ley de medicamentos, trabajo que se realiza con la participación de representantes de bioquímicos y farmacéuticos y que a partir de su aprobación estará prohibida la venta de remedios en las calles. Para la presidenta de Asprofar, Fidelia Calderón, la ley del medicamento abrió la puerta para que la dispensación de fármacos se convierta en un comercio con competencia desigual. “Primero, ven sus intereses personales y no la orientación profesional, porque al perderse la esencia, que consideraba a la dispensación de medicamentos como un bien social, prolifera un mercado negro de medicamentos en ferias y mercados, convertidos en centros de acopio ya que proveen grandes cantidades a las tiendas de barrios y a las provincias”, subrayó.

Según Calderón hay hasta 200 boticas ubicadas una al lado de la otra en los alrededores de los centros de abastecimiento. Argumenta que como cerca del 80% de la población no tiene acceso a un seguro de salud muchos optan por automedicarse, por eso existe la costumbre de acudir directamente a comprar remedio, sin previa consulta médica.

En descargo, el representante de los comercializadores de medicamentos de la feria Barrio Lindo, Rubén Vásquez, afirma que la casetas tienen las condiciones adecuadas, pues son ventiladas y amplias. “Podría decirle que están en mejores condiciones que una farmacia”, remarcó y agregó que la ley establece la venta libre de algunos medicamentos, a tiempo de asegurar que sus afiliados se limitan a expender los que están permitidos. Dijo que no ofrecen antibióticos y tampoco productos de contrabando, sino de industria nacional, que incluso se los encuentra en tiendas de barrios.

Sin embargo, en un recorrido realizado por la feria Barrio Lindo se observó el expendio de diclofenac a Bs 80 la caja de mil tabletas de 50 mg, droga que según Calderón no puede ser utilizada por personas hipertensas y con problemas gástricos. Quevedo advierte que muchas veces la gente adquiere productos en los centros populares, porque considera que son más económicos, pero no toma en cuenta que están expuestos a las inclemencias del tiempo. Similar es el criterio del gerente de la Cámara de Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol), filial Santa Cruz, José Ernesto Aponte. Todo medicamento requiere un tratamiento especial para la fabricación y almacenamiento y cuando no cumple con esto, puede perder su efecto terapéutico y no dará los resultados esperados, entonces, se estaría pagando por algo que no sirve”, dijo.
A todo esto se suma el contrabando, sobre todo de medicamentos. Según datos extraoficiales, entre el 20 y 30% de los medicamentos que se comercializan son de contrabando o ilítico, es decir, falsificados.

  Grupos de medicamentos de venta libre   

Antihistamínicos. Son medicamentos que ayudan a parar los síntomas causados por las alergias. El anitihistamínico puede actuar en ojos llorosos, estornudos y narices con mucosidad.
Antiinfecciosos. En este grupo se encuentran los antimicrobianos y antimicóticos tópicos, antiparasitarios externos y antivirales.
Analgésicos antiinflamatorios no esteroideos y paracetamol. En dicho grupo se encuentran los analgésicos de acción sistémica y analgésicos tópicos.
Digestivo. Entre ellos se encuentran los antiácidos, antiflatulentos, antidiarréicos, antiespasmódicos anticolinérgicos, antihemorroidales, laxantes, levaduras y restauradores de la flora intestinal.
Líquidos y electrolitos, órganos de los sentidos. Para los oídos, ojos, orofaringe, piel y mucosas, antisépticos-desinfectantes, astringentes, antipruriginosos, queratolíticos, cicatrizantes, contrairritantes y rubefacientes, antiseborréicos-anticaspa y lubricantes.
Respiratorios. En este grupo están los expectorantes, antitusígenos y la medicación sintomática del resfrío común.
Heparinoides.
Anestésicos locales.
Anticinetosicos.
Terapia vaginal. En este grupo se encuentran anticonceptivos, antimicóticos y antisépticos de uso vaginal.
Varios. Entre ellos, edulcorantes, vitaminas y minerales

Dos inspectores para controlar 1.200 boticas

Salud. La ley permite que todo local legalmente establecido expenda medicamentos y no es necesario que el dueño sea bioquímico. La venta libre va desde el mentisan a los antivirales

image Venta. En la feria Barrio Lindo se ofrece, por ejemplo, diclofenac a Bs 80 la caja de mil tabletas de 50 mg
El Deber
. Una pequeña oficina, con tres escritorios, un estante y una mesa en la que se registran las farmacias conforman la jefatura de Farmacias y Laboratorios, dependiente del Servicio departamental de Salud. Allí comparten el mismo ambiente la jefa y dos inspectores que deben lidiar con el control de 1.200 locales farmacéuticos registrados legalmente, para verificar si están dispensando fármacos con receta simple, con receta archivada y otras más, como establece la Ley del Medicamento, dependiendo del tipo de fármaco expendido, sin tomar en cuenta los laboratorios y las farmacias que se abren sin autorización, además, de los puestos ubicados en ferias y mercados.
Precisamente éste es uno de los aspectos que requiere ser fortalecido para lograr una labor más eficiente. Tampoco cuentan con vehículo para desplazarse.
El presidente del Colegio Médico, Gueider Salas, considera que se ha avanzado en el control, por ejemplo, en la venta de remedios controlados, como los estupefacientes y psicotrópicos, pero falta fiscalización, sobre todo en la exigencia de la receta médica. Además, se quejó porque muchas veces el medicamento prescrito es cambiado por otro similar en las farmacias, sin tomar en cuenta el diagnóstico del médico. “El problema mayor es que se ha sobrepuesto el aspecto comercial en la dispensación de medicamento”, subrayó. Y parece tener razón. El director del Hospital de la Mujer, Raúl Hevia, ha denunciado varias veces el expendio de forma clandestina en algunas farmacias y el uso indiscriminado de la pastilla abortiva Sytotec.
La representante de los profesionales propietarios de farmacias, Fidelia Calderón, criticó la prescripción por parte de algunos galenos, sobre todo los que se forman fuera del país, de fármacos que no existen en el país y, como hay demanda, provoca que éstos lleguen por la vía ilegal.
Ante este panorama se espera que se concrete la conformación de un comité interinstitucional, con representantes de la Cámara del Medicamento, la Policía, la Aduana, la Alcaldía, la Fiscalía, propietarios de farmacias, Colegio de Bioquímica, del cual se viene hablando en varias gestiones.

Pistas para reconocer un buen fármaco
La Organización Mundial de la Salud establece que todo fármaco debe cumplir tres requisitos básicos: ser seguro, eficaz e inocuo. Según las autoridades de salud, esto no se cumple con los fármacos adulterados, falsificados o de contrabando  que se venden en el país sin registro sanitario, y lamentablemente la población no siempre tiene el cuidado de revisar dichos aspectos.
Mery Quevedo, responsable del programa de Farmacia y Medicamentos del Sedes, indicó que el registro sanitario es emitido por el Ministerio de Salud, luego de que el fármaco ha sido sometido a un proceso para controlar su calidad y eficacia. Las medicinas lícitas tienen el sello del registro sanitario en el envase y en la caja.
Además, dijo, es importante controlar que tanto la medicina como el envase estén bien cerrados y que coincidan los datos de lote, vencimiento y registro sanitario. Éstos deben ser comprados con receta y sólo en farmacias.

Las cifras   

2.400 Es la cantidad de farmacias que se estima hay entre legales e ilegales Asprofar.

30% De acuerdo a datos extraoficiales este porcentaje de fármacos que se venden es de contrabando.

3 Es el número de farmacias clausuradas en los últimos meses por estar funcionando sin autorización

No cumple su efecto y es un engaño
Juan Saavedra Quintanilla / Especialista en enfermedades infecciosas
Un medicamento vencido es un fármaco que no alcanzará el objetivo: recuperar la salud del enfermo. Esto puede provocar un retardo en el restablecimiento  de la salud o más grave aún, no producir ningún efecto, y ese es uno de los grandes problemas.
El hecho de comercializar medicamentos vencidos o carentes de registro sanitario, es un delito contra la salud y debe ser controlado. Además de que no alcanzará la eficacia terapéutica, es un engaño a la población. Por ejemplo, si se compra diez tabletas y están adulteradas, por más que el paciente las ingiera en la hora indicada y concluya su tratamiento, no logrará la recuperación deseada.  También deben tener cuidado las personas que padecen alguna enfermedad crónica o degenerativa, como la diabetes, cuando compran algún fármaco verificar si cuenta con registro sanitario y la fecha de vencimiento, de lo contrario puede agravar su estado y descompensar al paciente, lo que pone en riesgo la salud o aparecer complicaciones. Así como hay campañas de concienciación sobre la otorgación de facturas y la exigencia de las mismas por parte del consumidor, hay que incorporar la cultura en nuestra sociedad, de que cuando compramos un medicamento lo tenemos que hacer previa consulta al profesional de salud. Otro aspecto importante es  adquirir lo que prescribe el médico tratante, puesto que al haber una variedad de nombres comerciales de un mismo producto, la persona elige el más económico y es un error que se comete a diario. Otro error es que en las farmacias no respetan el nombre comercial que el médico prescribe.

17 niños intoxicados con pastillas de hierro; 2 murieron en 2009

En 2009, el Hospital del Niño atendió más de 20 casos de intoxicación medicamentosa en chicos que ingirieron accidentalmente varias dosis de fármacos; 17 de ellos tragaron tabletas de sulfato ferroso.

image Pediatría: un bebé se recupera de intoxicación en la Unidad de Pediatría del Hospital del Niño

La Prensa. En 2009, en La Paz, dos niños murieron por tragar tabletas de sulfato ferroso. Fueron, en total, 17 los que ingirieron, accidentalmente, varias dosis de este fármaco que tiene un color parecido al del chocolate; sólo 15 de ellos se salvaron.

Las pastillas o tabletas de sulfato ferroso son micronutrientes de vitaminas con hierro que el Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) otorga a las madres embarazadas para que las tomen durante el embarazo.

El año pasado, el Hospital del Niño atendió más de 20 casos de niños con intoxicación medicamentosa, que es el diagnóstico que los médicos realizan a una persona —en este caso a un pequeño— por una sobredosis de medicamentos de cualquier tipo.

De ese número, 15 casos se intoxicaron por ingerir sulfato ferroso y dos murieron. Los tres casos restantes fueron porque los chicos consumieron grandes cantidades pastillas que la familia guardaba en el hogar.

El responsable de Emergencias del Hospital del Niño, Adalid Zamora, dijo a La Prensa que cualquier persona que ingiera, de un solo golpe, más de cinco pastillas de hierro —como es el sulfato ferroso— resultará con intoxicación medicamentosa. “Pero un niño, al ser más vulnerable, siempre lleva la peor parte en una intoxicación”.

Las pastillas de sulfato ferroso son entregadas a la mujer embarazada por el Programa de Control Prenatal del Ministerio de Salud. Pero muchas de ellas no las consumen porque tienen un sabor amargo y las guardan.

La doctora del Hospital del Niño Viviana Salazar explicó que “es entonces cuando esas vitaminas se convierten en un peligro dentro de la casa. Los niños pueden encontrar esos medicamentos y comérselos porque parecen chocolates”.

El Gobierno nacional entrega las pastillas de sulfato ferroso a las mamás durante el periodo de embarazo en dosis de 60 a 90 pastillas. Lo que ocurre es que en Bolivia el 60 por ciento de las mujeres sufren de anemia y necesitan hierro en la etapa de gestación.

El hierro en los niños

El jefe de la Unidad de Pediatría General, Alberto Durand, señaló que la dosis del sulfato ferroso produce intoxicación en un niño porque, por ejemplo, un infante de 15 kilos de peso necesita sólo dos miligramos de hierro —como vitamina— en su cuerpo.

“Cada tableta tiene 160 miligramos —añadió Durand— y si ese niño toma cinco, significa que su cuerpo asimiló más de 50 miligramos de hierro, cuando sólo necesita dos, por eso se produce la intoxicación”.

Entonces, el hierro que absorbió se deposita en el hígado y ocasiona la insuficiencia hepática. “El hígado es el laboratorio del organismo. Si el hígado comienza a fallar, no fabrica proteínas para la coagulación ni procesos metabólicos”, explicó Durand. De esa forma se produce la intoxicación en el niño con el sulfato ferroso.

El sulfato ferroso se entrega a las madres durante el embarazo.

Las intoxicaciones

La intoxicación medicamentosa ocurre cuando un niño consume altas dosis de unidades de medicamentos.

En 2009, en el Hospital del Niño atendieron más de 20 casos de intoxicación por sulfato ferroso.

Otras intoxicaciones por fármacos que se presentan son las de pastillas y jarabes.

Hay casos accidentales de intoxicación de niños como los que tomaron soda cáustica y lavandina.

Hay casos de negligencia de niños que tomaron veneno o raticida e ingresaron con órganos fosforados.

Son de varias edades: los lactantes (cero a un año), preescolares (dos a cinco años) y escolares (más de seis años).

En los niños lactantes, los médicos siempre sospechan fines homicidas, por la forma en que ingirieron el raticida.

En los preescolares es por negligencia de los padres y en los escolares, por fines suicidas.

INFORMACIÓN ÚTIL

El sulfato ferroso

El Gobierno lo entrega a la madre para que pueda superar la anemia durante el embarazo. El jefe de Emergencias del Hospital del Niño, Adalid Zamora, señaló que el 60 por ciento de las mujeres en el país tiene anemia.

Las madres reciben esas pastillas como parte del Programa de Control Prenatal del Ministerio de Salud.

Es una vitamina con hierro que se entrega a las madres durante la gestación. Son tabletas de 60 a 90 unidades de color café, por eso el niño piensa que son chocolates y se los comen, señaló la doctora Viviana Salazar, del Hospital del Niño.

Un sabor amargo tienen las tabletas, por eso las mamás no las consumen y las guardan; los niños las encuentran y se las comen. Entonces, éstos resultan intoxicados.

Intoxicación

Los 15 casos de intoxicación por sulfato ferroso atendidos en la gestión 2009 en el Hospital del Niño fueron porque los niños comieron varias pastillas de esa vitamina que el Gobierno entrega a las madres embarazadas, dijo el jefe de Emergencias del Hospital del Niño, Adalid Zamora.

Una tableta tiene 160 miligramos de hierro y un niño de 15 kilogramos sólo necesita dos miligramos de esa vitamina en el organismo, explicó el director de la Unidad de Pediatría, Alberto Durand.

La intoxicación medicamentosa se produce por la ingestión de más de una tableta en el organismo.

El hierro va a depositarse en el hígado y produce la insuficiencia hepática. El hígado es el laboratorio del organismo. Si ese laboratorio empieza a fallar, no produce proteínas para la coagulación ni el metabolismo.

Síntomas

Son cinco estadios de un niño con intoxicación medicamentosa por sulfato de hierro. La edad más frecuente en la que un chico se intoxica con esa vitamina es entre uno y cinco años. Así lo confirmó el director de la Unidad de Pediatría, Alberto Durand.

El primer estadio son vómitos y malestar general.

El segundo estadio es la deshidratación y dolor abdominal. Fuertes dolores estomacales.

El tercer estadio es sangrado digestivo y urinario.

El cuarto estadio son adherencias o perforaciones.

El quinto estadio es el estado de coma.

A tomar en cuenta

No es recomendable que a un niño se le preste primeros auxilios cuando presenta síntomas de intoxicación. Es mejor llevarlo a un centro de salud o al Hospital del Niño, sostuvo el jefe de la Unidad de Pediatría, Alberto Durand.

Cuando el niño llega a la Unidad de Emergencias del Hospital del Niño, si necesita tratamiento, pasa a la Unidad de Pediatría.

Las primeras 72 horas es la etapa más crítica del niño. Luego está estable y después de dos semanas en la Unidad de Pediatría se le da de alta. En caso de que la intoxicación sea muy fuerte, el niño pasa a la Unidad de Cuidados Intensivos.

Son dos semanas en observaciones para revisar las complicaciones como la insuficiencia hepática y perforaciones en el estómago.

El mensaje

Los padres no deben dejar el sulfato ferroso al alcance de los niños. Tampoco cualquier sustancia química, farmacéutica y tóxica.

Toda persona responsable debe tener en cuenta que el medicamento que recibe, si no lo usa, debe botarlo y no almacenarlo, señaló el director de la Unidad de Pediatría del Hospital del Niño, Alberto Durand.

Si ocurre el accidente, es mejor acudir al centro de salud más cercano. Es preferible que no se le dé al niño agua o hacerle tomar jabón para que vomite lo que comió.

El Hospital del Niño está ubicado a pocos metros del cruce de la avenida Saavedra con el Estado Mayor, en Miraflores. Un niño hasta los cinco años tiene la cobertura gratuita de atención y medicamentos del Seguro Universal Materno Infantil (SUMI).

El tratamiento

El lavado gástrico es el primer tratamiento al que se somete un niño cuando tiene intoxicación por sulfato ferroso. Esto se realiza en Emergencias o la Unidad de Pediatría del Hospital del Niño.

Las tabletas son radioopacas y mediante una radiografía se puede observar el número que está depositado en el intestino.

Entre 15 y 20 lavados gástricos se realizan en el primer paso de emergencia que se le brinda al niño.

Otra radiografía, después del lavado, se le realiza al pequeño. De esa forma se comprueba que las tabletas ingeridas en el intestino están eliminadas.

No todos tienen la posibilidad de utilizar el antídoto deferoxalina. No están disponibles para todos en el Hospital del Niño.

Fármacos asiáticos disputan ventas a la industria nacional

Medicamentos de India, Pakistán, Corea y China han ingresado con fuerza al mercado nacional. Mucha gente los prefiere por los precios, hasta 60 por ciento más bajos que los fármacos bolivianos y mucho más respecto a otras líneas extranjeras. – Los Tiempos – 17/01/2010

variedad Fármacos fabricados en Corea e India ofertados por una farmacia de la zona oeste. También llegan de Pakistán y China. - Portugal Noé Los Tiemposvariedad Fármacos fabricados en Corea e India ofertados por una farmacia de la zona oeste. También llegan de Pakistán y China. – Portugal Noé Los Tiempos

Los Tiempos, (Arias San­dra). Debido a los bajos precios con los que se comercializan, los medicamentos fabricados en países asiáticos, cuya importación crece cada vez más, están afectando el volumen de ventas de los laboratorios farmacéuticos nacionales que ven reducir su participación en el negocio.

En 2009, 60 por ciento de los 165 millones de dólares del mercado nacional de medicamentos fue absorbido por productos extranjeros. De ese monto total, los productos de contrabando y adulterados acapararon 40 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Cámara de Industrias Farmacéuticas de Bolivia (Cifabol).

Este panorama obliga a los laboratorios nacionales a idear constantes estrategias para no perder participación en el mercado.
El impacto de los fármacos asiáticos no sólo tiene que ver con la competencia a la industria nacional, sino también con la calidad. Algunos farmacéuticos dijeron haber recibido quejas de sus clientes sobre la ineficacia de estos medicamentos baratos.

Al respecto, la gerente regional del Grupo Alcos, Silvia Jiménez, señaló que “si bien no todo es de contrabando y hay varias marcas que llegan con autorización del Ministerio de Salud, en ningún momento se tomó en cuenta la calidad del producto para resguardar la salud de la población”.
Precio Vs calidad

India, Pakistán, Corea y China son algunos de los países de procedencia de fármacos como el Diclofenaco (antiinflamatorio), Libenclamida (para control diabético), Ranitidina (antiulceroso), Omeprazol (contra la gastritis) o el Paracetamol (analgésico y antifebril), cuyos precios son entre 50 y 60 por ciento más bajos que el precio de venta de productos nacionales.

La responsable de la farmacia Adonai, en la avenida Panamericana, que pidió guardar su nombre en reserva, puso como ejemplo el precio del Diclofenaco de Unibios, de procedencia india, que es vendido a dos por 50 centavos frente a los 50 centavos que cuesta cada tableta ofrecida por laboratorios bolivianos como IFA o Prodexa.

También señaló que hay farmacias que adquieren medicamentos asiáticos que no cuentan con registro sanitario, lo que podría permitirles bajar aún más los precios.

“La mayoría de la gente pide (fármacos) de laboratorios nacionales, pero hay mucha gente de bajos recursos que pide el hindú, como gente de Pucara que lleva el Diclofenaco hindú para tratar su reumatismo, porque es barato”, explicó.

Rosario Butrón, de la farmacia Rosario, en Jaihuayco, indicó que no sólo la industria nacional sufre los efectos, también laboratorios extranjeros reconocidos como Chile y Tecnofarma se vieron obligados a bajar sus precios para poder competir con los precios baratos de los asiáticos o de contrabando.

Marco Terceros de la farmacia M&S, ubicada en la zona oeste, explicó que los productos asiáticos son genéricos de fármacos comunes como analgésicos o antiinflamatorios aunque también hay quienes importan antibióticos, cuya calidad está en duda.
Antonio Villarroel, de Laboratorios IFA, dijo que sus ventas se vieron afectadas en 30 a 40 por ciento con la irrupción de los nuevos productos asiáticos.

Estrategias

Las estrategias para hacerle frente a esta situación varían según el laboratorio, por ejemplo Inti “hace énfasis en las buenas prácticas de manufactura con estricto apego a las normas”, señaló su gerente regional, Martin Herb.

Por su parte, Alcos eligió dirigir sus esfuerzos a abrir mercado en provincias. “Tenemos que mantener nuestras ventas y seguir luchando por la participación en el mercado, porque además nosotros tenemos que cubrir las planillas de personal”, indicó Jiménez.

EMPRESARIOS DEFIENDEN SU PRODUCTO

Los precios son “irrisorios”

“La importación puede ser legal, autorizada por el Ministerio de salud, con todas las normas y registros, con principios activos adecuados y todo eso, pero va en detrimento de la industria nacional porque viene con precios irrisorios”, dijo el gerente regional de la Cámara de Industria Farmacéutica de Bolivia (Cifabol), Alberto Tórrez.

Indicó que la importación de medicamentos baratos perjudica a los laboratorios nacionales en la misma medida que el contrabando y que además hay muchos fármacos que eluden los controles del Gobierno y son vendidos a pesar de estar caducos o adulterados, lo que pone en riesgo la salud de la población.

“Nuestros medicamentos cumplen con rigurosos controles de manufactura y certificación de calidad y se invierten millones para cumplir con estos requisitos, pero no hay control adecuado del Gobierno, no valora la inversión privada”, agregó.

OPINIONES

“Salen baratos para la venta”

La composición de los fármacos es la misma, pero hay que ver el tema de la efectividad. Sobre eso no tenemos ninguna garantía del proveedor, solamente los requisitos que presumimos que cumplieron para obtener el registro sanitario. La única fuente de testeo que tenemos son los clientes que comentan que tal o cual producto no les hizo efecto y hay quienes dicen que ciertos productos (asiáticos) no son buenos.

Sí les están haciendo competencia (a laboratorios nacionales) porque sus bonificaciones son altas.

Marco Terceros, Farmacia M&S

“Afectan mucho a la industria”

Estos medicamentos nos afectan mucho a la industria nacional, hacen bajar la producción en planta y lógicamente los ingresos. Hay muchos importadores que traen, hace unos cuatro años que comenzaron a llegar, pero el año pasado ha sido con más fuerza han aparecido varios laboratorios, incluso unas marcas nuevas.

El asunto es el precio, yo encuentro variación con mi línea en 20 por ciento más o menos, aunque llega a ser 50 por ciento más barato en otras líneas. En el tema de las ventas se siente el impacto.

Antonio Villarroel, Visitador médico Laboratorios IFA

“El antibiótico era puro almidón”

Siempre hay duda de estos productos (asiáticos) por la calidad, el precio hace dudar y por el efecto, es que no son muy eficaces.

Tuve una experiencia con una vecina que compró Ciprofloxacina (antibiótico de alta concentración) en una farmacia de la Cancha. Me dijo que tomó 40 tabletas y no le hacía nada. Yo me sorprendí porque eso máximo se toma 14, entonces le sugerí que tome de Vita.

Al otro día trajo sus tabletas para mostrarme y eran de la India, le dije que lo hiciera analizar. Llevó a la universidad y resultó que el antibiótico era puro almidón.