¿La punta de lanza de los «k’aras»-blancoides-?


No aparece mucho por su despacho del Ministerio ubicado en la avenida Arce. Se lo ve más transitando por los pasillos del palacio de Gobierno con una soberbia aún mayor a la que mostraba cuando era viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, aunque según los propios “movimientos sociales” nunca coordinó nada con ellos.

imageEl «blancoide» ministro Llorenti y su acólito el «mestizo» coronel Nina, Comandante de la Policía.

Es que Sacha Llorenti sabe que alejarse del palacio de Gobierno significaría alejarse de Evo Morales y ello implica distancia de su fuente de poder cosa que nunca haría. Mucho esfuerzo le costó llegar arriba y en algunos momentos tuvo que aguantar algunos desplantes del “jefazo” que observaba con sorna todo lo que hacía para ubicarse junto a él y aparecer en la foto.



Para iniciar su gestión, Sacha Llorenti ha escogido como caballito de batalla impedir que se conduzca vehículos en estado de ebriedad y en ese su innato afán de protagonismo, no duda en tener que aparecer cumpliendo funciones de asesor de Alcohólicos Anónimos o de varita de Tránsito.

Como todos saben, Sacha no tiene escrúpulo alguno y cualquier método le parece bueno cuando tiene que deshacerse de alguien que le pueda disputar los favores de Evo Morales. Existen persistentes rumores de que ese fue el caso de Félix Patzi, cuyas inclinaciones si bien eran muy conocidas eso no impedía que Evo se solazara escuchando sus curiosas teorías acerca del retorno a la época del Tahuantinsuyo.

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Naturalmente Sacha no podía tolerar rivales, más aun cuando, como ahora, dispone de todos los instrumentos para deshacerse de ellos. Es claro que a Patzi no era necesario rogarle para que se entusiasmara con el trago, pero la aparición de la policía fue sospechosamente oportuna y más sospechosa fue la rapidez con la que el caso se hizo público. No se debe olvidar que dos casos similares protagonizados por el mismo Patzi fueron convenientemente tapados aún cuando en ambas oportunidades resultaron dañados vehículos de la Prefectura paceña. (claro, Sacha ni el satuco estaban en el ministerio del espionaje) 

Tampoco deja de sorprender la rapidez con la que Sacha Llorenti anunció la aplicación de drásticas sanciones contra Patzi cuando usualmente esta tarea corresponde al director de la Unidad de Tránsito o si se trata de un caso que involucra a un personaje de relativa importancia, al viceministro de Régimen Interior.

Pero no, fue él, en persona quien hizo el anuncio. Muchos consideran que Sacha realmente saboreó de su venganza. Patzi tenía que pagar la osadía de haber querido desplazarlo del círculo de influyentes sobre Evo Morales. El propio Patzi afirmó que Llorenti le tenía envidia por su formación intelectual, aludiendo al infructuoso tránsito del Ministro de Gobierno por la facultad de Derecho de la UMSA y su paso, también sin resultados por una universidad privada, sin que esto le impida, de vez en cuando, figurar como “doctor” (¿de donde habrá conseguido titulo?). 

Por otra parte Patzi era el exponente más visible de una corriente indigenista a ultranza que naturalmente tenía que chocar con la corriente “blancoide” dominante en el palacio de Gobierno.

Sacha Llorenti ha encontrado su alter ego en el actual comandante de la Policía, Oscar Nina que está mostrando características personales similares a las suyas, por cuanto suple sus evidentes carencias profesionales con la adulación.

Nina está pagando ahora el favor de haber sido promovido al más alto cargo de la institución profesional sin tener los méritos suficientes. El que siga con el grado de coronel y haya desplazado a tres generales es una prueba de ello.

“No permitamos que los blancos nos humillen, no permitamos que el Álvaro (García Linera) me humille, no permitamos que el Sacha (Llorenti) me humille”, gritó Patzi ayer desde Patacamaya y luego le advirtió a Evo Morales: “Desde aquí le digo Presidente, no se haga rodear con esos k’aras, los k’aras te van a arruinar Presidente y están empezando a arruinarte Presidente, no te dejes arruinar Presidente, salvemos al partido, salvemos al MAS, tú eres el líder del MAS y no dividas señor Presidente por culpa de estos k’aricitos que te están haciendo meter la pata”.

El caso de Patzi demuestra que la pugna por el poder entre “indigenistas” y “blancoides” que se mostraba desde hace tiempo atrás, se agudizará y Sacha y su  Ministerio serán los instrumentos de los segundos. Es difícil predecir cuales serán los resultados pero que la cosa promete, promete.