Policía usa agentes encubiertos sin respaldo legal en 4 áreas


Crimen: La legislación penal boliviana sólo autoriza esta figura en la lucha antidrogas. Se los emplea para combatir al crimen organizado, trata y tráfico de personas, control de choferes ebrios y secuestros exprés.

image

Intervención: efectivos de la FELCC intervienen en la escena de un hecho delictivo. Sucedió en La Paz en octubre pasado



La Prensa

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

La legislación penal boliviana autoriza la labor de los agentes encubiertos exclusivamente para investigar delitos de narcotráfico, y aunque la Policía ya los emplea en el control de buses de transporte interdepartamental, la lucha contra el crimen organizado, la trata y tráfico de personas y los secuestros exprés, sólo hay respaldo legal para la primera actividad. Para las otras cuatro áreas no existen leyes, excepto un decreto que autoriza la infiltración de policías en colectivos.

El artículo 282 del Código de Procedimiento establece que “las declaraciones testimoniales del agente encubierto no serán suficientes para fundar una condena si no se cuenta con prueba adicional incorporada válidamente al proceso”.

El Decreto No. 420, que el Gobierno promulgó el 3 de febrero pasado para evitar que choferes ebrios conduzcan buses de transporte de larga distancia, dispone que la Policía emplee efectivos no necesariamente uniformados para realizar control de seguridad durante los viajes.

El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, anunció que se estudia la posibilidad de introducir agentes encubiertos a los penales para que éstos controlen si sus propios camaradas autorizan el ingreso de alcohol, drogas y armas a las cárceles.

El abogado y ex fiscal Alain de Canedo explica que si bien no hay una norma legal que respalde las acciones de los agentes encubiertos o infiltrados, la Policía los emplea para seguir a los delincuentes y capturarlos en flagrancia.

Estos policías, indica De Canedo, actúan bajo el denominativo de apoyo de inteligencia y la Policía respalda su actuación en el artículo 292 del Código de Procedimiento Penal, que le permite “practicar las diligencias orientadas a la individualización de los autores y presuntos partícipes en el delito”.

Sin embargo, según el jurista, “ninguno de estos efectivos puede prestar testimonio. Para condenar a estas personas se debe presentar pruebas obtenidas en forma legal”.

En la terminología propia de la institución, a los agentes encubiertos se los conoce como “topos”. Son hombres y mujeres que tienen la misión más peligrosa de todas: seguir de cerca a los delincuentes.

Su trabajo es tan delicado, que ni siquiera figuran en las planillas oficiales y sus haberes son depositados en cuentas bancarias de terceros.

Ninguno utiliza su verdadera identidad. Su apariencia no es la de un policía. Sus obligaciones les impiden llevar una vida familiar normal.

Dos agentes confesaron a La Prensa que a diario se juegan la vida y que emprendieron un camino sin retorno.

Uno de ellos comentó que fue destinado al Departamento Segundo de la Policía (Inteligencia) en 1999. Era el tercero de su grupo y sus primeros éxitos fueron la desarticulación de tres bandas de asaltantes. Ese operativo se desarrolló en junio de 2000, pero recordó que, antes de seis meses, un juez dispuso la libertad de los aprehendidos.

El agente encubierto revela que si bien “nos preparamos para hacer este trabajo, a momentos quisiéramos cambiar, sobre todo los que tenemos familia”.

Uno de sus camaradas interviene para decir que muchos siguen solteros.

Un coronel retirado, quien también solicitó mantener su nombre en reserva, explicó que “el agente encubierto investiga el delito desde el interior de la organización criminal. Actúa sin exceder el marco de las garantías constitucionales básicas y aprovecha las oportunidades y facilidades que le brinda aquel grupo u organización ya predispuesto a cometer un hecho delictivo”.

Aclaró que una de las reglas que no se debe olvidar y cumplir es mantener en estricto secreto al agente encubierto.

En caso de que se revele su identidad real, queda expuesto y debe ser destinado a otra unidad policial.

Cuando los instructores advierten que algunos tienen condiciones para esa labor, les dan un adiestramiento especial desde que son cadetes o alumnos tanto de la Academia Nacional de Policías como de la Escuela Básica Policial.

“Ellos serán el periscopio de inteligencia. Brindan información sobre la ubicación y el número de integrantes de una organización criminal, sobre todo en lo que se refiere al narcotráfico”.

Entre los miembros de la Policía, referirse a los agentes encubiertos es tabú, pues sólo un reducido grupo del Alto Mando y el Ministerio de Gobierno conoce la identidad verdadera de estos efectivos. Otro jefe policial en actividad destinado actualmente a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) afirmó que “Inteligencia es una especialidad en la Policía que requiere de un adiestramiento extraordinario, bajo presión, para lograr los objetivos trazados”. De acuerdo con el oficial, actualmente en el país no funcionan organizaciones letales, como carteles de droga u otras organizaciones que cuenten con grupos de ataque armados o equipos de contrainteligencia.

“Nuestros hombres investigan a grupos que cometen delitos comunes, estos grupos ya están controlados, pero si nos sobrepasaran, nuestros hombres podrían ser asesinados”. Actualmente un grupo de agentes recibe capacitación para desbaratar las bandas dedicadas al secuestro exprés, que según los datos de la FELCC han proliferado en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra.

Se cree que estas organizaciones están conformadas por delincuentes peruanos, colombianos y chilenos, además de bolivianos.

Otro efectivo de inteligencia declaró que “no podemos hablar sin órdenes, pero pocas veces somos vistos en dependencias policiales, sólo los efectivos de Inteligencia actúan abiertamente al entrar en acción”.

Actualmente operan decenas de agentes encubiertos en el país, uno de esos grupos está siendo capacitado para localizar a una red internacional de trata y tráfico de personas y otra banda que se dedica a la comercialización de órganos humanos.

“Algunas de nuestras agentes están ya infiltradas para dar con los peces gordos. Su trabajo no es fácil y deben incluso hasta pasar de meretrices en algunos casos para ubicar a los cabecillas. Una vez que conocen detalles de la organización, dan parte a Inteligencia”.

La Policía llama a estos agentes personal de apoyo de inteligencia.

Un trabajo que no admite pausas

Son las 07.00; un grupo de inteligencia planifica la estrategia que aplicará para atrapar al grupo de ladrones de viviendas particulares, después de recibir la alerta de uno de los agentes encubiertos.

Uno de los integrantes del grupo se desempeñó hasta hace 10 años como agente encubierto, pero fue descubierto por un descuido y ahora está destinado a la Dirección de Inteligencia. “Ya estoy quemando mis últimos cartuchos para ser agente o parte de inteligencia, uno debe ser joven. Por eso, nuestros grupos están integrados por cabos, suboficiales, tenientes y capitanes. Los demás hacemos otra labor, la de planificación”. El oficial guarda en un vehículo una escopeta, granadas de gas lacrimógeno y un arma automática.

Según el oficial, la labor que desempeña no tiene pausa. Se trabaja los 365 días del año y cada día se rinde un exigente examen porque debe enfrentarse diversas situaciones. El veterano confiesa que debió disparar su arma cuando se enfrentó a un grupo de ladrones armados. “Nos apuntaron con su armas, escuchamos un disparo y reaccionamos. Para reducirlos utilizamos gas paralizante”.

La mayoría de los agentes y miembros de inteligencia no pueden vivir en un solo sector, y deben cambiar de residencia continuamente para evitar ser “fichados” por los delincuentes, que tienen sus propios sistemas de contrainteligencia.

Para destacar

Unos 10 policías encubiertos trabajan en La Paz. Cada uno de ellos tiene dos y hasta tres identidades.

Estos agentes especializados son testigos en procesos judiciales. Posteriormente, son cambiados de destino.

El personal es seleccionado por la Dirección de Inteligencia, y los elegidos reciben adiestramiento especial.

Mujeres policías son capacitadas actualmente. Su accionar resulta imprescindible en algunas áreas de investigación.

Todos los uniformados guardan silencio sobre este tema. La reserva es imprescindible para precautelar su vida.

Los soplones cooperan a los agentes encubiertos para localizar a los delincuentes a quienes logran identificar.