Aunque Evo y Chávez acaban de anunciar con bombos y platillos un acuerdo para la participación venezolana en la explotación del Mutún, lo cierto es que ése fue el plan desde un comienzo. Un memorándum secreto firmado a comienzos del 2006 entre el Ministerio de Planificación y Desarrollo de Bolivia con su homólogo de Caracas ya establecía la intención de un convenio entre la COMIBOL y la Corporación Venezolana de Guyana (CVG), para explotar el rico yacimiento de hierro en el sudeste cruceño. El contrato con la Jindal sólo fue un largo rodeo para volver a la idea inicial. ¿Se saboteó deliberadamente el proyecto para darle paso a la presencia chavista en el escenario geopolítico privilegiado del heartland continental?
Manotazos de ahogado
Puesto contra las cuerdas por una auténtica rebelión obrera que desafía las políticas laborales de su administración, Evo Morales volvió a recurrir al expediente oportunista de las “nacionalizaciones”. El método ya había sido aplicado en los primeros meses de su gobierno, en momentos en que su popularidad comenzaba a descender. En aquella circunstancia, la nacionalización de los hidrocarburos brindó los réditos políticos deseados. Muy distinta parece ser la situación actual, donde el anuncio nacionalizador sólo aparece ante la opinión pública como lo que efectivamente es: el manotazo de ahogado de un proyecto de poder que ha entrado en un franco proceso de descomposición.
¿Comerán pollo?
La Agencia Española de Cooperación Internacional y el Centro Cultural Franco Alemán realizarán en pocos días el Festival de Cine de la “Diversidad Afectivo-Sexual”, con 50 películas de temática lésbica, gay, bisexual y transexual. Se desconoce si el menú que consumirán los asistentes incluirá pollo. Tampoco se sabe aún si el vicepresidente García Linera y el presentador Sixto Nolasco concurrirán a este evento cultural.
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