Audiencia. Un colombiano y dos bolivianos, encarcelados. Acusan a más policías. Comandante de la Policía descarta que carteles internacionales operen en el país.
Evidencias. Estos chalecos de policía utilizaron los colombianos en el secuestro y asesinato en San Ramón.
Narcos de Colombia y Paraguay pugnarían por espacios en Bolivia
El secuestro de un narcotraficante y la muerte de seis de sus guardaespaldas, estaría motivada por el interés de controlar el mercado de producción y comercio de droga entre bandas de colombianos y paraguayos, reveló una fuente policial. Se habla de bandas criminales.
William Rosales, condenado a 10 años de cárcel por narcotráfico, fue secuestrado el viernes en San Ramón. El hecho acabó con la vida de seis de sus guardaespaldas, entre bolivianos y serbios; narcos colombianos en Paraguay habrían ofrecido un millón de dólares por su captura.
“Cualquier grupo criminal siempre quiere tener el poder, el monopolio y puede ser que aquí (en Bolivia) haya dos grupos, uno de Rosales (paraguayo) y otro de colombianos, que quieren acaparar el mercado, entonces entre ellos han querido sacarse del mercado”, reveló la fuente como parte de una hipótesis que se maneja sobre lo sucedido en San Ramón.
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El colombiano Jahir Repizo Rengijo y los bolivianos Édgar Suárez Terrazas y el ex policía Dagoberto Burgos Durán fueron aprehendidos y ayer fueron remitidos a la cárcel. A diferencia del resto del grupo, el colombiano fue herido en el secuestro y ayer relató que Rosales y el resto del grupo fueron interceptados por supuestos policías, entre los que identificó al ex capitán Orlando Araujo.
No se descartó que estos tres sean parte del grupo de sicarios, por las contradicciones en las que incurrieron en sus declaraciones ante el juez. Otro de los heridos, Juan Carlos Maras, está en el hospital San Juan de Dios, con custodia policial.
“Puede ser un ajuste de cuentas, una trampa o un enfrentamiento, pero no se puede afirmar esto todavía”, dijo el director de la fuerza anticrimen, coronel Miguel González, quien añadió que se busca a Rosales.
El coronel Luis Caballero, ex jefe antidroga, aseguró que, por las características del crimen, se trata de “organizaciones criminales muy estructuradas” del narcotráfico.
Aún no se confirmó si el caso está relacionado con la destrucción del megalaboratorio de droga en San Ignacio de Velasco. Una fuente policial dijo a La Razón que Rosales habría revelado la ubicación de esa fábrica.
El gobernador electo Rubén Costas afirmó que hay mafias rusas, colombianas y brasileñas que operan en Bolivia.
Una fuente diplomática dijo a EFE que, además de estas bandas, hay indicios sobre cárteles de México que operan en Bolivia.
Más policías sindicados y los serbios
Maras, quien salvó la vida en la masacre, reveló a través de Pedraza que en el hecho de sangre habrían participado el ex capitán Orlando Araujo, quien sería el principal cabecilla; el capitán Rioja (no se conoce el nombre), el teniente Daner Paz y un oficial con el alias de Masaco. Los serbios asesinados son Sasha Turcinovic, Predrag Sertfku y Bojan Bakula (director de la agencia para la protección de personas y objetos “Combat Team”).
Nina niega presencia de cárteles
El comandante de la Policía, general Óscar Nina, descartó que en Bolivia operen cárteles del narcotráfico y calificó como asesinato el supuesto ajuste de cuentas de narcos en San Ramón, donde fueron victimadas seis personas, entre bolivianos y serbios.
“No existen cárteles en Bolivia; en este momento no hay la posibilidad de ello, la Policía está atenta”, aseguró.
Mientras tanto, desde Santa Cruz, el gobernador electo, Rubén Costas, aseguró que en este departamento operan mafias de Rusia, Colombia y Brasil. “Bolivia se ha convertido en una filial de la delincuencia y la mafia internacional que se está radicando en Santa Cruz, mafia rusa, mafia de colombianos, mafia de brasileños, mafia que realmente son cárteles”, insistió.
El viernes, en la población cruceña de San Ramón, un grupo de colombianos victimó a seis personas y secuestró al supuesto narcotraficante William Rosales Suárez.
Fuentes consultadas por La Razón revelaron que existía una recompensa de un millón de dólares ofrecida por narcotraficantes colombianos en Paraguay, por la captura y entrega de Suárez.
“Todo es especulación (cuando se habla de cárteles). Lo sucedido el viernes es catalogado como un hecho policial, es decir, un asesinato con un grado de violencia nunca visto en el país”, afirmó Nina.
También se denunció que en el hecho estarían involucrados algunos miembros de la Policía. El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, informó que la “ley se aplicará a todos, sin importar si visten o no uniformes”.
Ajuste de cuentas en Santa Cruz
Tres acribillados
En una sola noche
El 18 de enero del 2010, el brasileño Carlos M. Alves (45), el colombiano Edmundo Vaquero (27) y otro desconocido fueron acribillados en diferentes puntos de la ciudad de Santa Cruz.
Enterrados en una fosa
Los ejecutaron en San Matías
El 14 de abril del 2009, la Policía halló siete cadáveres en una fosa común en San Matías, localidad fronteriza con Brasil. Los cuerpos corresponden a seis brasileños y un colombiano.
Motorizado
Balazos de un vehículo a otro
El 12 de mayo del 2009, dos personas, a bordo de un vehículo, acribillaron a su paso a dos personas en la residencial zona de Equipetrol. El caso se vinculó a ajuste de cuentas.
Son 33 muertes el 2009
Estadísticas
33 asesinatos ocurrieron el 2009 relacionados con ajuste de cuentas; 15 en la urbe cruceña, 10 en San Matías, 3 en Warnes, 2 en Cotoca, 1 en la Brecha, en Urubó y en Paurito.
Narcos de Paraguay y Colombia luchan por controlar el oriente
Violencia: El Comandante de la Policía asegura que no hay carteles operando en Bolivia. El Ministro de Gobierno anuncia que la investigación esclarecerá los hechos. El presunto traficante William Rosales Suárez sigue desaparecido.
Acción: el serbio Bojan Bakulac, uno de los asesinados en San Ramón, hace una demostración de sus habilidades como cinturón negro de karate en una toma de la página oficial de la agencia de seguridad privada que dirigía en Ruma, Serbia.
La Prensa. Narcotraficantes de Paraguay y Colombia pugnan por controlar el negocio ilícito en el oriente. Uno de los capítulos de esa disputa es el violento secuestro de William Rosales Suárez y el asesinato de seis de sus presuntos cómplices la tarde del pasado viernes en San Ramón, Santa Cruz.
Las investigaciones de la Policía y del Ministerio Público llegan a esa conclusión, aunque por el momento, según el comandante de la institución del orden, general Óscar Nina, “no existen carteles en Bolivia; en este momento no hay la posibilidad de ello”, y en realidad se trata de organizaciones formadas por delincuentes de nacionalidad colombiana y paraguaya.
“Estamos preocupados por esta situación y, naturalmente, estamos utilizando todos los mecanismos y todas las herramientas necesarias para resolver el caso”, dijo la autoridad policial.
La versión es coincidente con lo afirmado ayer por el abogado de la familia Rosales Suárez, Denver Pedraza, quien declaró a la red televisiva PAT que “existe un grupo de narcotraficantes colombianos que quiere controlar el tráfico de cocaína en Bolivia, y William Rosales era un estorbo para ellos porque le temen”.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) intervino el jueves 13 de mayo un megalaboratorio de cristalización de cocaína que pertenecía a una banda colombiana.
Los investigadores tienen la sospecha de que los afectados ofrecieron un millón de dólares por la captura de Rosales Suárez, quien había tomado previsiones porque ese mismo día llegaron a Santa Cruz los serbios Sasha Turcinovic, Predrag Sertfuk y Bojan Bakulac, quienes formaban parte de una agencia internacional de seguridad y de guardaespaldas.
Los tres europeos murieron junto a los bolivianos Mauricio Méndez Santistevan, Rafael Douglas Cuéllar Loras y Diego Guardia Vía, cabo de la Policía.
El viernes por la tarde, Rosales Suárez se dirigía al frente de una caravana de tres vagonetas todo terreno a San Ramón, cuando fue interceptado por un grupo que presuntamente fingió ser de la FELCN en labores de control rutinario de drogas.
Según el abogado Pedraza, el desaparecido “estaba haciendo otras averiguaciones y, de paso, saber si era cierta esa información” de que un colombiano había puesto precio a su cabeza.
Desde el viernes por la tarde, Rosales Suárez permanece desaparecido, mientras los uniformados buscan al ex capitán de la Policía Orlando Araujo.
Pedraza aseguró que en el asalto a la caravana participaron el teniente Dagner Paz, un capitán de apellido Rioja y un oficial de inteligencia conocido por el alias de Masaco, quienes son buscados.
En esa acción de secuestro, el boliviano Juan Carlos Maraz Gutiérrez (34) —inicialmente confundido con un colombiano—, resultó herido.
Éste dijo que sobrevivió por fingirse muerto y pudo salvarse a pesar de que recibió tres impactos de bala, y salvar la vida de tres de sus camaradas.
Maraz Gutiérrez permanece internado en el hospital Boliviano-Japonés de Santa Cruz de la Sierra, donde efectivos de inteligencia policial controlan incluso los medicamentos que le suministran en ese nosocomio. La víctima recibió un tiro en la pierna, otro en la vejiga, cuyo proyectil se le extrajo quirúrgicamente, y otro en el hombro derecho que le causó fracturas múltiples.
Esa articulación fue enyesada y una junta médica definirá el tratamiento para corregir las heridas.
El parte médico oficial da cuenta de que la vida del paciente se encuentra fuera de peligro actualmente.
Los tres sobrevivientes son el colombiano Jair Repizo y los bolivianos Dagoberto Burgos y Édgar Suárez Terrazas, primo hermano de Rosales Suárez.
La Fiscalía de Santa Cruz imputó a los tres del supuesto delito de asesinato y fueron sometidos ayer a una audiencia de medidas cautelares ante el juez cruceño Luis Hernando Tapia Pachi, quien ordenó su reclusión en el penal de Palmasola debido a las contradicciones en que incurrieron en sus declaraciones.
Durante la audiencia cautelar, los imputados coincidieron en que su vida correrá peligro dentro del penal de Palmasola y aseguraron que no tuvieron participación en el hecho criminal del viernes pasado.
Consultado sobre el particular, el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, indicó que “existe el compromiso absolutamente claro de llegar al fondo de esta situación, (para que) a través de la investigación se podrá dar con los autores materiales e intelectuales de lo sucedido. (Fue) Un hecho por supuesto gravísimo, con seis personas muertas, que está en proceso de investigación, y nosotros estamos monitoreando minuto a minuto los avances” de la indagación.
Llorenti hizo esas declaraciones durante el acto de homenaje al aniversario del Regimiento Policial número 5 de la ciudad de El Alto.
Tres aprehendidos fueron recluidos en el penal de Palmasola.
Para destacar
Autoridades de la Policía Boliviana insisten en que en Bolivia no operan carteles de narcotraficantes.
Una fuente vinculada a los organismos de seguridad del Estado reveló que hay organizaciones que aspiran a ser carteles.
El camino que une Santa Cruz de la Sierra con San Ramón y la frontera con Brasil es considerado “el callejón de la droga”.
El 40 por ciento de la materia prima para la cocaína elaborada en territorio nacional proviene de Perú, según reportes.
La droga atraviesa el territorio nacional con destino a Brasil, Argentina y Chile, para seguir viaje a Europa y África.
La cocaína procesada en Bolivia no llega a Estados Unidos, cuyos consumidores reciben la droga colombiana.
Informes no confirmados dan cuenta de que narcotraficantes brasileños pretenden también ganar zonas en Bolivia.
La frontera boliviano-brasileña tiene 3.423 kilómetros. Inicia en Bolpebra, Pando, y concluye en Bahía Negra, Santa Cruz.
Entre ambos países hay 80 islotes fluviales que no están bajo administración de ninguno de los dos países.
Sobrevivientes de la matanza se contradicen
El juez Luis Tapia Pachi envió con detención preventiva a tres de los sobrevivientes de la matanza de quienes se sospecha que hubieran participado de la desaparición de Rosales. En uno de los imputados arrojó positiva la prueba del guantelete.
CRÍMENES • Los muertos de San Ramón tenían un disparo en la cabeza.
El Día. Las declaraciones de los cuatro sobrevivientes de la matanza en la localidad de San Ramón, donde estarían involucrados policías y narcotraficantes, no termina por convencer a la Fiscalía y la Policía. A tres días del hecho, ocurrido el pasado viernes 14 de mayo, empiezan a surgir contradicciones.
En la audiencia cautelar de ayer, realizada ante el juez Luis Tapia Pachi, el colombiano Jair aseguró haber sido víctima de una operación ilegal que cobró la vida de seis personas, tres de ellas serbias.
Relató con detalle cómo él y sus otros amigos que sobrevivieron fueron supuestamente maniatados con manillas de plástico y estuvieron a punto de ser asesinados con disparos dirigidos hacia el vehículo en el que iban con el resto del grupo que acompañaba a William Rosales Suárez, quien tiene antecedentes por narcotráfico.
Sin embargo, el fiscal Ruddy Parada reveló en la audiencia que la prueba de guantelete practicada al colombiano, dio positivo. Ello significa que habría usado arma, aunque no se explicó en qué circunstancias. El extranjero en la audiencia en ningún momento dio a entrever que usó arma porque según él estuvo maniatado. El jefe de la Felcc, coronel Miguel Gonzales, no comprende cómo Juan Carlos Maraz Gutiérrez, otro de los sobrevivientes, recibió disparos en los brazos y una pierna, y no así en la cabeza como los que fueron acribillados.
“El herido tendrá que justificar, por qué él tiene tres disparos en los brazos y muslos, y no en la cabeza. Además, si aquel día estaba herido con una fractura en un brazo, ¿cómo subió a los cuatro muertos en la parte trasera de su vehículo?. Tampoco presenta ningún signo de haber sido maniatado en ambas muñecas o torturado”, cuestionó.
Según la investigación, el día que Rosales fue secuestrado por los supuestos policías antidrogas se encontraba acompañado por una comitiva de amigos y su seguridad personal integrada por tres ciudadanos serbios a bordo de tres vehículos. Sin embargo, cuando se armó el retén de control de los falsos policías en plena carretera curiosamente dejaron pasar a uno de los vehículos donde se encontraban un beniano (Edgar Suárez Terrazas), un ex policía (Dagoberto Burgos Durán) y un colombiano (Jair) que sobrevivieron a la matanza y que actualmente se encuentran arrestados. “Hay muchas contradicciones de estos sobrevivientes el momento de explicar cómo lograron pasar el control de los supuestos policías si sabían que eran de la comitiva que custodiaba a Rosales”, afirmó Gonzales. Se cree que la tentadora oferta de un millón de dólares que supuestamente ofrecieron narcotraficantes colombianos por la cabeza de William Rosales corrompió la confianza de uno de su entorno y lo entregó en bandeja.
El abogado de la familia, Denver Pedraza, cree que William Rosales habría sido sacado al Paraguay por lo que la Policía ha ordenado la custodia en las zonas fronterizas.
El Ministerio Público está a la espera que Juan Carlos Maraz, uno de los sobrevivientes, sea intervenido quirúrgicamente para extraerle proyectiles de su cuerpo y que contribuya a brindar más información.
En tanto, en el hospital Japonés se ha dispuesto a pedido del herido (Maraz Gutiérrez) seguridad en su habitación para evitar que lo maten. La Policía está controlando, incluso el suministro de medicamentos que se le aplican.
‘Tenemos miedo que nos maten’
Los detenidos que acudieron a la cautelar clamaron a las autoridades garantías para preservar sus vidas. Uno de ellos aseguró que hay gente que pagó para matar en San Ramón y habrá gente que pague por matarlos (a los sobrevivientes) en la cárcel de Palmasola. También insistieron en que “hay policías infiltrados” en toda esta operación, por lo que temen por sus vidas. Hasta el momento, las autoridades han mostrado mucha reserva sobre la posibilidad de que el capitán Orlando Araujo y algunos policías estén implicados, pese a que los detenidos insisten en que un grupo de uniformados los interceptó en San Ramón.
Desaparecido
William Rosales Suárez • Fue sentenciado el año 1996 a 10 años de prisión en Cochabamba por tráfico de drogas, Hace 14 años estuvo involucrado en el bullado caso "Trébol" por el delito de tráfico de droga en Bolivia, Brasil y Paraguay. Era encargado de cambiar importantes cantidades de cocaína por vehículos de lujo.
Araujo tenía proceso legal
Antecedentes
El ex capitán de Policía, Orlando Araujo Becerra, apodado ‘Menono’, tenía un proceso legal en puertas por cohecho pasivo tras haber estado implicado el 2008 en el cobro o la apropiación de $us 8 millones de un supuesto narco de nombre Luis Alberto Suárez Gil, según información de la Policía. El oficial perteneció al Grupo de Tarea de Investigación de Delitos Especiales (Gtide) e Inteligencia. Pese a este proceso ordinario en su contra aún seguía en funciones policiales.
El diciembre de 2009, la familia del playero David Céspedes Chávez (44) raptado por supuestos policías antidrogas y que nunca apareció, acusó al capitán Araujo de estar implicado en su desaparición debido a que en una ocasión el agente supuestamente lo extorsionó por dinero.
“Sólo desconfiamos de ese capitán que, conforme al testimonio de una persona, andaba diciendo que iba a matar a mi marido. No sabemos cuál es la bronca”, dijo en su oportunidad la esposa de Céspedes. La última vez que Araujo fue visto fue el pasado 19 de abril en la urbanización Nuevo Amanecer de la doble vía a La Guardia.