‘Diego salvó a su novia antes de morir’. Sepultura. Uno de los bolivianos fallecidos en España será enterrado en Santa Cruz. El calvario de sus familias aún no termina.
Dolor. Delmira Araúz colocó un altar en su casa con fotos de su nieto Diego. Muestra al joven junto a su madre y su pequeño hermano de 10 meses, Mateo
Roxana Sotelo P. El Deber
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Familiares esperan los cuerpos
El calvario de las familias de Jesús David Parada y Diego Gutiérrez, jóvenes bolivianos fallecidos el pasado miércoles en España, tras ser arrollados por un tren, aún no termina. Deben esperar la identificación de todos los cuerpos de las 12 personas fallecidas en ese accidente (así lo confirmó la policía española), antes de ser entregados para ser sepultados.
“A mi hijo lo enterraré aquí, en España, porque aquí está toda la familia”, dijo Heidy Ayala, mamá de Jesús David en un contacto telefónico con EL DEBER desde Barcelona. Agregó que todos los cuerpos están bajo custodia de un juez y deben pasar por la inspección de forenses. Les han pedido paciencia, pues mientras no se confirme la identidad de todos los cuerpos no los entregarán a los familiares.
Por su parte, Reyna Algarañaz, madre de Diego Gutiérrez, cuenta que su deseo es volver a Santa Cruz con su hijo y enterrarlo. “Lo único que estamos esperando es el cuerpo de Diego y nos vamos para Santa Cruz. No sabemos dónde lo vamos a enterrar allá, pues mi cerebro aún no acepta lo que está pasando”, mencionó Algarañaz. No ha visto a su hijo todavía y aunque sus familiares están impacientes, ella dice que ha sacado paciencia y calma de donde sea para esperar el momento adecuado para darle una cristiana sepultura.
Eso sí, tras la tragedia, todos vendrán a Bolivia. El cuerpo de Diego y toda su familia serán trasladados hasta Santa Cruz con ayuda de AeroSur. Delmira Araúz, abuela de Diego, se entrevistó con el presidente de la compañía aérea y éste le prometió su ayuda.
Un dolor enorme sufre Heidy Ayala, que vive en Sabadell, Barcelona. Se fue a trabajar allá hace 14 años y cuando logró algo de estabilidad se llevó a sus gemelos Jesús y Abraham, cuando éstos tenían ocho años. Jesús David estaba haciendo un curso de electricidad y contaduría.
La noche de la víspera de San Juan, Jesús tenía planeado ir a la playa en Castelldefels a celebrar la fiesta. “Como allá no hay peligro de incendio, la juventud se reúne allá, hacen fogatas, toman, comen, se bañan y la pasan muy bien”, contó.
Recordó que su hijo había ido a la misma fiesta el año pasado, por eso quiso repetir la experiencia.
Su gemelo Abraham tenía pensado acompañarlo, pero se retrasó y ya no pudo unirse al festejo al que Jesús David fue con su novia, que también es cruceña.
En Santa Cruz, Rossy Chávez, tía de Jesús David, repite lo que le explicaron sus familiares desde España. Dicen que el joven logró hacer subir a su novia al andén, de pronto apareció el tren, lo empujó a unos metros, donde se golpeó la cabeza en el cordón. Sólo tuvo tiempo de sacar un crucifijo, entregárselo a la novia y falleció.
Afirmó que todos han recibido condolencias de bolivianos y por el momento no necesitan ninguna ayuda. “Si tuviera que pedir algo, sería que me devuelvan a mi hijo sano, pero no se puede”, mencionó. “Prefiero no preguntar cómo estaba mi hijo porque quiero recordarlo como era en vida”, dijo Heidy Ayala.
Mi hijo le dijo a su hermana en un contacto telefónico: “Con el dolor en mi garganta y mi corazón, Reina sé fuerte porque somos de familia fuerte, somos nobles de corazón, y también tenemos fuerzas para enfrentar”.
Reina Algarañaz trabaja en un restaurante junto con su esposo. Diego había concluido la carrera de Gestión Administrativa, pensaba seguir otra carrera y trabajar. Por las mañanas iba a clases, por las tardes hacía sus prácticas y por las noches iba al gimnasio, luego practicaba ping pong o fútbol.
Diego enamoraba desde hacía tres meses con Patricia, una catalana a la que le dio tiempo de subir al andén antes de que aparezca el tren que lo arrolló.
Reina Algarañaz agradece a todos los bolivianos y asociaciones de residentes que están apoyando moralmente a sus padres y su familia.
“En cuanto sepamos cuándo nos entregarán el cuerpo de mi hijo, avisaremos a la prensa y a las familias bolivianas”, comentó.
Flores y velas en el sitio del accidente
La Asociación de Bolivianos en Cataluña, el consulado boliviano y otras instituciones han brindado las condolencias a los padres de los jóvenes fallecidos el 23 de junio.
A las 19:00 de ayer sábado, hora de España, hubo una concentración en la estación de trenes de Castelldefells, en Barcelona, justo en el lugar del accidente, donde rociaron pétalos de rosas y encendieron velas en memoria de las jóvenes víctimas, muchos de ellos latinoamericanos que residían en España.
El grupo de jóvenes venía de la playa al promediar las 23:30 (hora española). Se sabe que cruzaron las vías sin percatarse de que se acercaba un tren de alta velocidad. De acuerdo con los reportes, éste iba a 139 kilómetros por hora y, según han dicho algunos testigos que se salvaron de morir atropellados, el tren no tenía las luces encendidas.
‘Diego salvó a su novia antes de morir’
Dramático relato de amigos del joven cruceño de 18 años, uno de los dos bolivianos atropellados por un tren en España.
El Día, 27 de Junio, 2010
Mientras la madre del boliviano nacido en Santa Cruz, Jesús David Parada Ayala (19) lloraba por su hijo, los amigos añoraban a otro joven boliviano, Diego Erwin Gutiérrez Algarañaz (18). “Era el más alegre de todos, siempre estaba de buen humor”, destacó su amigo Kiny. “Fue un héroe porque antes de ser arrollado por el tren consiguió subir al andén a su novia Patricia y salvarla”. La joven está ingresada en el Hospital Clínico de Barcelona. Kiny también cruzó las vías la noche de San Juan. Después del accidente fue a buscar a Diego Erwin pero no lo encontró. Sólo vio cuerpos descompuestos. “Había una chica partida por la mitad y una cabeza suelta. Patricia repetía: ‘¿Dónde está mi Diego?”. El joven había acabado un ciclo formativo de administración y vivía en el barrio barcelonés de Les Corts.
Amigos y familiares de los dos jóvenes bolivianos fallecidos también colocaron ayer flores ante sus fotos. “Diego (Erwin Gutiérrez) iba a festejar esa noche con su novia, en la verbena, que había logrado el título (de grado medio en administración de empresas). Ahora él está muerto y ella, herida en un hospital”, lamentó su mejor amigo, Alan.
Silvia Pinchao, Kiny y otros amigos y familiares no sólo lloraban a sus muertos. También denunciaron que en la estación no había suficientes medidas de seguridad. “Quiero que se haga justicia. Mi hijo pasó por las vías porque no sabía que había un paso subterráneo”, dijo Silvia. Una tesis que Kiny ratificó: “No se podía pasar porque estaba todo abarrotado. No venía ningún tren y pasamos, no fue por capricho. El tren no llevaba luces, no las vimos”, insistió.
El balance de muertos en la tragedia ferroviaria fue revisado a la baja ayer tras conocerse los resultados de las pruebas ADN y quedó en 12, en vez de 13, casi todos ellos latinoamericanos.
Representantes de los gobiernos de Ecuador, Perú y Bolivia, autoridades catalanas, familiares y amigos de las víctimas latinoamericanas de la tragedia ferroviaria de Castelldefels se reunieron ayer en un sencillo homenaje.
Las víctimas fueron siete ecuatorianos, dos bolivianos, dos colombianos y una rumana. / EFE
‘Un montón de cadáveres en tres segundos’
El tren bala dejó a su paso una escena dantesca. Algunos de los cadáveres quedaron completamente descuartizados. Incluso varios de los heridos recibieron fuertes golpes provocados por extremidades de los fallecidos que salieron disparadas. “Ha sido horroroso. Había trozos de muertos por todos lados. La gente lloraba y gritaba buscando a sus familiares”, relataba Genís Gil, un vecino de Castelldefels que se encontraba en la estación en el momento del atropello.
El colombiano John García, quien también había cruzado las vías, se felicitaba por su buena suerte: “Me he salvado por tres segundos. Fue subir al andén y justo pasó el tren. Fue terrible, volaban cuerpos por todas partes.