Definitivamente, el modelo de país instituido en la nueva Constitución Política del Estado es un engendro inaplicable, un monstruo que ha escapado del control de sus creadores. Como aprendices de brujo, los ideólogos del Estado Plurinacional echaron a andar fuerzas que ahora se vuelven contra ellos mismos: es así que el Consejo de Ayllus y Marcas del Qollasuyo (CONAMAQ) y la Confederación de Indígenas del Oriente (CIDOB) entran en franca disidencia con el gobierno, en reclamo de aquello que les prometieron y ahora resulta que no puede ser cumplido. En la novela “Frankenstein”, de Mary Shelley, el invento mataba al inventor.
Los ayllus rojos
Tal vez el aprendiz de brujo más relevante de todos sea el vicepresidente García Linera, quien desde fines de los `80 predicaba la necesidad de destruir el Estado “colonial” para sustituirlo por una constelación de comunidades colectivistas y autodeterminadas, los “ayllus rojos”. El ayllu de Uncía sería la primera y más completa plasmación en la realidad de esa explosiva teoría social.
Amazonia Blues
Otro indicador del creciente proceso de descomposición al interior de la alianza oficialista es el desbande del otrora exitoso equipo comunicacional del gobierno. Sucesivamente, Wálter Chávez, Pablo Stefanoni y Pablo Cingolani fueron saliendo del esquema gubernamental. El último incluso ha sido objeto de acusaciones por parte del ministro de la presidencia, Óscar Coca, quien lo sindica de estar detrás del descontento de varias organizaciones indígenas por los proyectos de explotación petrolera en el norte amazónico del país. Su libro “Amazonia Blues” ha causado urticaria en el gabinete.
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