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Preguntarse si los líderes nacen o se hacen ya está demodé. Es un poco de todo, la cualidad de líder está en la personalidad de cada uno, en su entorno familiar y educativo y también en los apetitos. Constituirse en un líder tiene que ver con la escala de valores que se esgrimen en un momento dado y en las respuestas a las demandas que plantean sectores insatisfechos. Está en el discurso pero también en la resolución de los problemas concretos en situaciones especiales. Un líder da la talla especialmente en los momentos difíciles …
Hoy Santa Cruz vive un momento especial. Por qué los líderes no dan la talla? Sin ánimo de simplificar pero aportando algunos elementos para el debate podemos citar entre muchos otros la siguiente causa:
Los supuestos líderes que tenemos son los líderes del Grand Tour. Empezando por la presidencia de una comparsa, pasando por algún colegio profesional, terminan presidiendo un alto cargo en la jerarquía institucional. Sin embargo, en este recorrido hay una ruta crítica que ha sido diseñada en un escritorio, en alguna agrupación de aquellas que tanto se habla y esto por supuesto tiene consecuencias.
La primera: Se privilegia una meritocracia basada en la obediencia y la consigna, factores que ahuyentan a los líderes naturales y atraen a los más obedientes al grupo. Los creativos y disidentes desordenan, por lo tanto no son bienvenidos.
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Segunda: se generan lideres prefabricados o fabricados en serie, carentes de creatividad y de los valores intrínsecos del liderazgo. Son buenos en circunstancias normales pero ineficaces en situaciones especiales.
Tercera: no son propositivos, generalmente le fabrican la causa tailor made o a pedido, por eso no pueden lidiar con su propia causa pues la desconocen o simplemente solo creen en ella como herramienta.
Cuarta: al carecer de una mística intrínseca creen que la causa es utilitaria y no un fin en sí mismo. Por eso tienden a negociarla, entregarla a cambio de lo que ellos creen que es el fin último que no necesariamente coincide con los factores que movilizan a la población.
Y, así muchas otras consecuencias nefastas que las estamos viviendo y sufriendo. Saquemos entonces conclusiones frías y cada uno de nosotros en nuestro fuero interno asignemos responsabilidades.
Se está dibujando una nueva consigna diciendo que es un aplazo del pueblo cruceño que no se moviliza, no nos dejemos engañar, se trata de que hubo una gran causa, un liderazgo que se perdió en el camino y una élite incapaz de renovarse.
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