El otro título pensado para esta nota era ¨ Teoría de los rumores , una versión vernácula¨ y se refiere a las técnicas desarrolladas en ciertos círculos de nuestra sociedad para posicionar una idea o una consigna que sea favorable a los intereses de su grupo. Pero como hay que empezar a llamar las cosas por su nombre, así nomás quedó el título.
Hasta hace muy poco cuando a un miembro de una logia se lo cuestionaba o era interpelado sobre su pertenencia o no a dichos grupos, después de evasivas y resbalosas respuestas terminaba negando la pertenencia pero reconociendo la existencia de ¨grupos de poder¨ justificando que sí existen y arguyendo que están propagados por el mundo y que Santa Cruz no podía ser la excepción.
Era una respuesta concertada en el interior del grupo y justificatoria que se repetía una y otra vez, era una muy bien montada consigna y servía como escudo a la hora de enfrentar cuestionamientos. Hoy cambió la consigna, los grupos de poder se han convertido en ¨fraternidades¨, como las que "hay muchas y son inofensivas¨. Menuda patraña. Hay dos que pesan mucho , les encanta el poder y hacer prevalecer voluntades.
Usan esas técnicas con métodos probados y funcionan. Operan mejor que los medios de comunicación y sirven muy bien para lograr determinados fines. Pero llega un momento que se tornan muy peligrosas y es cuando sirven para descalificar personas, o ideas. Así vemos ahora, evidencias sobran, que desarrollan consignas y las propalan mediante rumores. Ejemplo claro en la última campaña que para descalificar a un adversario lo acusaban de recibir fondos del MAS porque dividía el voto, luego descalifican opiniones esgrimiendo su baja votación ( tampoco para ellos valen las minorías, que ironía ) y hoy, escuchamos ya repetidas veces la última consigna y creciente rumor que es descalificar a los sectores críticos a la dirigencia regional etiquetándola de radicales y otros apelativos de mayor calibre.
Lo que no están sopesando es que el velo está cayendo, que la población es menos ingenua de lo que creen y que el poder tanto para unos y otros es perecedero y pasajero. Nada es inmutable,todo cambia, incluso los códigos para leer una sociedad cada vez más compleja que no se contenta con simplificaciones. Dejemos las consignas, los lugares comunes y las frases hechas, discutamos de una vez por todas el futuro de Santa Cruz llamando las cosas por su nombre y dejando de forzar situaciones.
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