Daño a la democracia


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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Para corregir el rumbo

  2. Bajo el Penoco, El Día: ¿Fijación o miedo?

  3. Los Tiempos: LA PARTICIPACIÓN SOCIAL Y LAS NUEVAS LEYES

  4. El Deber: De voz del Gobernador

  5. Cambio: Piedad Córdoba

  6. La Prensa: Daño a la democracia

  7. El Diario: En peligro libertades de expresión y pensamiento

  8. El Mundo: Para enojarse

  9. Opinión: Efectos de las elecciones venezolanas

  10. Clarín, Argentina: Presiones oficiales al periodismo


El Día: Para corregir el rumbo

El ascenso del MAS al poder no se entiende apartado del contexto internacional, sobre todo, del giro a la izquierda que adoptaron varios países del continente y el auge de los regímenes populistas que siguieron los pasos de Hugo Chávez, el líder que marcó el camino con abundantes petrodólares para que lo sigan los  “pulgarcitos” de la región como Bolivia, Nicaragua, Honduras, Paraguay y Ecuador. Ahora que están ocurriendo hechos sumamente relevantes en el continente, habría que ver si todos los que se sumaron al juego, saben percibir la necesidad de un cambio de orientación.



En el caso hondureño, el viraje se produjo a la fuerza, mientras que en Paraguay y en Perú, el sistema de partidos pudo soportar los embates populistas. Nicaragua  y Bolivia son los mejores seguidores de las directrices que emanan de Caracas, mientras que el ecuatoriano Rafael Correa parece haber reaccionado a tiempo, antes de que las circunstancias lo obliguen a hacerlo. Ecuador no es precisamente el país que mejor aguanta las aventuras de sus presidentes.

A juzgar por la quejumbrosa reacción algunos brillantes “opinadores” del régimen boliviano sobre lo que está ocurriendo en Cuba, donde no hace falta ser Fidel Castro para saber que el modelo fracasó hace mucho; sobre lo que ha sucedido en Colombia, con el descabezamiento de las FARC y por último, sobre la reciente derrota electoral del chavismo en Venezuela, estos hechos son de gran incidencia en la vida política boliviana, donde naturalmente, tienen que darse las consecuencias y posiblemente las rectificaciones al curso adoptado.

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El paradigma del Estado poderoso, presente en todas las circunstancias de la vida de la población no sólo está cuestionado en Cuba, donde la mitad de los trabajadores del país son empleados públicos, sino también en Europa, donde el modelo del “Estado de bienestar”, que establecía una serie de garantías a los ciudadanos, está recibiendo fuertes ajustes para salir de la grave crisis que ha azotado al viejo continente. La consigna es abandonar el dogmatismo, tal como ha sucedido en Estados Unidos, donde también se sujetaron a las leyes del mercado como un credo intachable.

En lo que respecta al narcotráfico, otro de los aspectos que ha estado marcando fuertemente a los países de la línea bolivariana, la arremetida final contras FARC debe ser entendida como la señal más clara de la comunidad internacional en contra de los grupos de cualquier tipo que protegen y promueven la producción de drogas. No se puede a estas alturas desconocer las vinculaciones que ha tenido esta organización terrorista con algunos regímenes de la región, relaciones que seguramente se irán haciendo más nítidas cuando se recupere información valiosa recientemente hallada.

Finalmente se debe hablar del proceso de destrucción de la democracia y la eliminación del estado de derecho que han estado acometiendo los líderes populistas del continente. La votación del domingo en Venezuela es un fuerte indicador que le debe servir a Chávez y a todos los que le rodean para retomar el camino democrático. Esta expresión ya se dio en Bolivia el 4 de abril, pero el Gobierno decidió ignorarla. Sería bueno no insistir en la tozudez.

 

La votación en Venezuela es un fuerte indicador que debe servir a Chávez y a los que le rodean para retomar el camino democrático.

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Bajo el Penoco, El Día: ¿Fijación o miedo?

Desde que llegó de Estados Unidos, el Presidente casi no ha hecho otra cosa que hablar de Juan del Granado. Le dice líder de la derecha, lo relaciona con Tuto Quiroga, lo vincula a Goni, después lo acusa de haber intentado dividir al MAS y de ser un hábil cizañero, aunque al final se muestra dispuesto a dialogar con el ex alcalde de La Paz. Mucho de lo que dice Evo Morales puede ser cierto, ya que Del Granado no tuvo problemas en ponerle su firma a la capitalización y años después se convirtió en un fervoroso aliado de la nacionalización impulsada por el MAS. Pese a los antecedentes del “Sin Miedo”, el jefazo no sabía cómo elogiarlo y ponerlo de ejemplo ante el resto de los alcaldes del país. Después del divorcio político de ambos líderes, el oficialismo ensayó el ataque, pero en vez de destruirlo, lo hizo crecer, al punto que Juancito le ha hecho la parada a Evo y el nerviosismo de éste posiblemente sea el reflejo de la talla que ha alcanzado el contrincante.  Es que la democracia había tenido nomás sus anticuerpos, más allá de Juan o de cualquier otro.

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Los Tiempos: LA PARTICIPACIÓN SOCIAL Y LAS NUEVAS LEYES

Para que las recientes leyes no sean nuevos motivos de frustraciones, hace falta que sean elaboradas con la participación activa de toda la sociedad

Desde que el pasado 22 de enero, cuando la Asamblea Legislativa Plurinacional inició sus labores para dotar a Bolivia del nuevo andamiaje legal necesario para llevar a la práctica los preceptos contenidos en la nueva Constitución Política del Estado, todos sabíamos que lo que nos esperaba era una época de intensos debates y que quien más, quien menos, por uno u otro motivo, todos nos sentiríamos involucrados en ellos.

No debe sorprender por eso que gran parte de la atención colectiva, a través de los medios de comunicación, principalmente, esté concentrada en una reflexión en la que participa activamente toda la sociedad. Más aún cuando las leyes sobre las que se debate están directamente relacionadas con las vivencias cotidianas de las personas, como ocurre ahora con el proyecto de ley contra el racismo y la discriminación y como sin duda ocurrirá con muchas de las que están en la agenda legislativa.

Que así sea puede parecer, desde un punto de vista excesivamente pragmático, una pérdida de tiempo y energías. Más práctico sería, según esa visión, que los legisladores hagan solos su tarea y el resto de la ciudadanía se limite a acatarlas sumisamente una vez que sean puestas en vigencia.

Ese criterio, sin embargo, no se adecua en nada a nuestra realidad actual y a sus múltiples desafíos. Es que la sociedad boliviana, por una serie de factores acumulados y no resueltos a lo largo de su convulsionada historia, necesita hacer un alto en el camino para pensarse a sí misma, mirarse colectivamente en el espejo, reflexionar sobre sus problemas, sus angustias, sus esperanzas y frustraciones. Por eso, la nuestra es una sociedad que ha decidido someterse a una especie de psicoterapia colectiva y eso es algo que sólo puede dar un buen resultado si se hace con la participación de toda su gente.

Sin embargo, para que tal propósito sea alcanzado, hace falta que el proceso cumpla con algunas condiciones básicas sin las cuales se corre el riesgo de que todo el esfuerzo degenere en un gran engaño colectivo, en una frustración de la mayoría y que todo termine beneficiando sólo a quienes más habilidades muestren para encaramarse y aferrarse al poder.

Hace falta, por ejemplo, que nadie se atreva a expropiar para beneficio propio derechos que ya son de todos y no de unos cuantos, como el derecho a opinar, a cuestionar, a criticar, a discutir, a participar. Que nadie se apropie, finalmente, del derecho a equivocarse.

Felizmente, muchas décadas de experiencia acumulada a través de la democracia sindical, luego reproducida y ampliada en otras instancias de la sociedad civil -como los hoy llamados movimientos sociales– dan motivos para creer que el derecho a participar será debidamente defendido y quienes pretenden redactar leyes en herméticos círculos de iluminados para luego dictarlas a la Asamblea Legislativa para que ésta las apruebe "sin cambiarles ni una coma" tendrán que quedarse con sus pulsiones autoritarias insatisfechas.

Por eso, como dice la Iglesia católica en su más reciente comunicado, es necesario que las leyes que están en proceso de aprobación "sean suficientemente difundidas, socializadas y consensuadas, a través del debate social y abriéndose a los aportes de todas las organizaciones vivas de la sociedad".

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El Deber: De voz del Gobernador

En particular, y como no podía ser de otra manera, en los niveles gubernamentales y su entorno, las críticas no se han dejado esperar sobre el giro de las palabras del gobernador de Santa Cruz durante los actos centrales de la reciente conmemoración septembrina. Inapropiado, confrontador, agresivo fueron, entre otras muchas, las consideraciones que se hicieron acerca de lo dicho por Rubén Costas Aguilera, la primera autoridad política elegida del departamento, durante  los fastos de su ya bicentenario grito libertario.

Si bien es cierto que la conmemoración volvió a poner de manifiesto las diferencias existentes entre el Gobierno central y la Gobernación cruceña, no lo es menos que las vertidas en la ocasión por  Costas Aguilera fueron verdades de a puño.

¿O no lo es, por ventura, aquella convocatoria a mantener la unidad de los cruceños como ‘materia prima’ de los éxitos de la región, cualidad que hace dos centurias llevó a la buena gente de estas llanuras a sublevarse contra el opresivo yugo colonial?

El gobernador se refirió también a los riesgos que entrañan para aquella unidad las ‘verdades a medias’ o los falsos discursos que buscan confundir y promover enfrentamientos.

De igual manera alertó acerca de los que pretenden colocar una venda sobre los ojos de los nuestros en tanto sus más elementales valores morales y cívicos y sus principios son quebrantados.

Se le ha reprochado a la vez a Costas el  hablar de la necesidad de una democracia y de una autonomía ‘de verdad’, y de criticar a los que se empeñan en sembrar el miedo y acallar las voces disidentes con la judicialización de la política partidaria.

Un llamado a un pueblo que lleva el nombre de la Santa Cruz no puede tener miedo e invocando su fe lo convocó a defender, intransigente, la libertad y la autonomía.

Entre ésas y otras expresiones que siguieron una línea crítica contra las políticas del Gobierno nacional,  el gobernador Costas no dijo nada que no estuviera dentro del sentir del ciudadano común de esta parte del país, que clama por el respeto de unos valores y principios esenciales con los que simplemente aspira a vivir en paz y en mejores condiciones.

Aprestos inconfesables, torcidas intenciones no se pregonan en público y a la luz clara del día. En tal tesitura no estuvo el gobernador cruceño que en todo caso, se aprovechó apenas de sus derechos para proclamar su vocación cívica en un día de franco cruceñismo.

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Cambio: Piedad Córdoba

La Procuraduría de Colombia ordenó ayer la destitución de la senadora liberal Piedad Córdoba —quien facilitó liberaciones de rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)—, la acusó de tener  "nexos" con la guerrilla y, aunque el Consejo de Estado deberá avalar la sanción, decidió su destitución como senadora y la inhabilitó por 18 años de ejercer sus derechos políticos.

Esta resolución —que podrá ser apelada ante el Consejo de Estado, máxima autoridad de justicia contencioso-administrativa—, fue condenada por instituciones defensoras de los derechos humanos y por varios gobiernos de los países latinoamericanos, entre ellos el del presidente venezolano Hugo Chávez.

Según la Procuraduría, organismo encargado de investigar y sancionar a funcionarios públicos, se "estableció con certeza que la senadora emitió consejos al grupo de las FARC relacionados con no enviar videos de personas secuestradas por el grupo insurgente a cambio de grabaciones de voz de los mismos, con el fin de adoptar una mejor estrategia en la búsqueda de sus objetivos" y que la legisladora "dio información a este grupo, al margen de la ley, sobre asuntos diferentes con la liberación de los secuestrados, entre ellos, posibles donaciones de gobiernos extranjeros a departamentos colombianos".

Lo peculiar de la fundamentación de la Procuraduría es que asume como ‘prueba’ los datos que supuestamente fueron encontrados en ‘la computadora’ confiscada al fallecido jefe guerrillero de las FARC Raúl Reyes, fuente que no sólo fue cuestionada y rechazada por organismos defensores de los derechos humanos, sino también por gobiernos latinoamericanos, a cuyos presidentes se intentó vincular con el grupo guerrillero precisamente con los ‘datos’ de la computadora de Raúl Reyes.

No obstante, ¿cuál es el contexto político en el que la Procuraduría colombiana ordenó la destitución e inhabilitación de Piedad Córdoba?

La senadora exigió a los países de América Latina no mantener indiferencia ante el dolor que causa a los colombianos la guerra entre el gobierno y las FARC. Por ello recibió el Premio Internacional Paz y Reconciliación que le otorgaron organizaciones que estuvieron involucradas en los conflictos armados de Centroamérica.

Córdoba es presidenta del Movimiento Colombianos por la Paz, y reiteró su propuesta de buscar una salida política y negociada al conflicto y no por las armas. La senadora logró la liberación de rehenes: tres policías y un civil, a inicios de este año, tras convocar a intelectuales de diferentes países que dialogaron con las FARC mediante cartas.

"Colombia no puede estar relegada a la guerra fraticida, que no se escuche más que en Colombia es imposible la paz. La paz debe ser un nuevo pacto social, y América Latina no puede ser indiferente al dolor que se vive en Colombia", señaló la senadora, y abogó por la búsqueda de la paz para su pueblo mediante un diálogo abierto con las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Su propuesta política asegura que en Colombia existen dos proyectos de nación que luchan entre sí para "definir" el porvenir del país: "Uno, el del poder neoliberal y tecnocrático, el de las élites financieras. Es decir, el de la inmovilidad, que ha producido problemas como la exclusión social, la precariedad del Estado, desigualdad, pobreza y desarticulación social, lo cual se traduce en primeros lugares en América Latina en concentración del ingreso y 60% de pobres, con 20% en condición de indigentes.

Este proyecto prescribe en la práctica la negación de nuestras raíces históricas, entrega la soberanía, hace de la simulación y la mentira escaleras del éxito político, impone un programa económico que sólo consigue ganancias en la desestabilización y la inseguridad de todos y de todas las ciudadanas y ciudadanos, y utiliza la violación de derechos, la represión y la intolerancia como argumento de gobernabilidad.

El otro proyecto —el de los colombianos y colombianas del pueblo, clases medias, empresarios progresistas, artistas y campesinos, que fortalecen el desarrollo nacional de la economía y los golpeados por el TLC, profesionales, desempleados, etnias y excluidos, con o sin organización— tiene su razón de ser en la fuerza social y en los marginados y perseguidos de la patria.

Este último y nuevo proyecto entraña la reconstrucción de la nación colombiana de la única forma posible, es decir, de abajo hacia arriba. Implica recuperar las raíces históricas de nuestro pueblo; defender la soberanía; luchar por una transición a la democracia ante la ausencia histórica de ella, no simular un cambio sino promover la recuperación del país para todos y todas; luchar porque la democracia, la libertad y la justicia sean patrimonio nacional, porque el diálogo, la tolerancia, la inclusión social, la no explotación y opresión sean el camino cierto para construir una nueva sociedad, una nueva forma del quehacer político". Así piensa Piedad Córdoba, una mujer que lucha por una democracia participativa e incluyente para Colombia.

Lo que no informó la gran prensa internacional —que ayer dio gran cobertura a la destitución de la senadora— es que el procurador Alejandro Ordóñez está seriamente cuestionado por varias actuaciones discriminatorias, pero fundamentalmente por haber desestimado pruebas válidas en el caso de la habilitación de Álvaro Uribe para su segundo mandato presidencial, razón por la que se encuentra investigado por la Corte Suprema de Justicia.

En este contexto, la resolución en contra de Piedad Córdoba es un capítulo más de la persecución política que ha sufrido en los últimos 12 años, amén de atentados contra su vida, operaciones ilegales de interceptación y seguimiento público, y acusaciones, sin prueba alguna, "de sus nexos con las FARC".

La resolución en contra de Piedad Córdoba es un capítulo más de la persecución política que ha sufrido en los últimos 12 años, amén de atentados contra su vida, interceptación y seguimiento público ilegales y acusaciones, sin prueba alguna, "de sus nexos con las FARC".

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La Prensa: Daño a la democracia

Vemos a una oposición preocupada por que Evo proclame que quiere la reelección, mientras sectores sociales que lo apoyan demandan lo mismo?

El artículo 168 de la actual Constitución Política del Estado (CPE) es absoluta y meridianamente claro: ?El período de mandato de la Presidenta o del Presidente del Estado (?) es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua?.

?Por una sola vez?. Cualquiera con dos dedos de frente percibe en el referido parágrafo tan contundente precisión constitucional. El presidente Morales cumple ya su segundo tránsito temporal por el poder político, el que concluirá en el año 2015. De ahí para adelante, la Carta Magna que él mismo hiciera aprobar por su aplastante mayoría parlamentaria en la Asamblea Plurinacional le cierra las puertas a una nueva reelección.

Ni siquiera le permite falsas interpretaciones que le abran ciertos resquicios hacia el referido objetivo. En sus respuestas a preguntas de una periodista de la cadena televisiva CNN de EEUU, el presidente Morales hizo gala de muchas de aquéllas, sin molestarse siquiera por el engañoso carácter de sus afirmaciones, referida una de ellas al respaldo que le brindaría el nuevo orden constitucional boliviano para continuar un quinquenio más en el Palacio Quemado de La Paz, elecciones presidenciales mediante.

Otro de sus alegatos aludía al pueblo, fuente de la soberanía nacional. Dijo que sería aquél quien, en última instancia, decidirá si continúa o no en el poder político. Naturalmente no reparaba en que, conforme a los preceptos constitucionales en vigencia, ese pueblo no va a las urnas, para fines de reelección Presidencial o no, cuantas veces se le ocurra a quien hace pasantía quinquenal por el Gobierno nacional. El ciudadano acude a sufragar para acreditar su voluntad política en el voto mayoritario únicamente en los casos previstos por las normas que desde la CPE definen lo que en tal orden de cosas se debe o no se debe hacer en el país.

Si revisamos la historia de Bolivia, encontramos que el prorroguismo del mandato presidencial operó siempre efectos de desestabilización política, algunas veces con resultados sangrientos. Cabe recordar el vía crucis del presidente Hernando Siles, antes de la Guerra del Chaco, al no ceder en su empeño de ir a las urnas para que el pueblo lo eligiera por un nuevo periodo presidencial. El continuismo corrió igualmente en contra del propio Víctor Paz Estenssoro, quien en 1964 fue derrocado por un cruento golpe militar.

Naturalmente que los de hoy son nuevos tiempos que excluyen tan lamentables soluciones de fuerza, pero no despejan totalmente los riesgos de graves entreveros políticos y sociales inherentes a una intención presidencial de prórroga de mandato.

Ahora mismo vemos a una oposición seriamente preocupada por que Evo Morales proclame a los cuatro vientos que quiere la reelección, mientras algunos sectores sociales que lo apoyan demandan lo mismo, en tanto que otros, que ya empiezan a desgajarse del Movimiento Al Socialismo (MAS), se pronuncian contra el continuismo.

Es fundada la aprensión opositora porque, con sus afanes ?reeleccionistas?, Evo Morales Ayma y su instrumento político no harían otra cosa que dañar a una todavía incipiente democracia que a los bolivianos tanto nos costó conquistar en 1982 y que permanentemente nos urge preservar y fortalecer.

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El Diario: En peligro libertades de expresión y pensamiento

Las denuncias de los organismos de medios, de periodistas y trabajadores de la prensa y la ciudadanía en general sobre el peligroso contenido del proyecto de Ley sobre Racismo y Toda Forma de Discriminación, han caído en saco roto, no obstante atentar contra la libertad de expresión, restringir la información y constituir un instrumento de amedrentamiento en busca de la autocensura, bajo amenaza de severas sanciones de tipo penal no sólo para los periodistas que incurran en una supuesta transgresión a las normas subjetivas contenidas en el proyecto, sino a los medios de divulgación escritos o audiovisuales, después que el presidente Evo Morales impartiera la instrucción de que el texto correspondiente debe aprobarse sin cambio alguno.

Como ha venido ocurriendo con leyes anteriores como la de Régimen Electoral y del Órgano Judicial, entre otras, dicha instrucción desdorosa desde todo punto de vista a la división e independencia de poderes (órganos) y a la personalidad institucional de la Asamblea Plurinacional, será acatada a pie juntillas por los dos tercios del MAS, tal como algunos de estos legisladores han declarado carentes de vergüenza y públicamente, su absoluto acatamiento a la orden, como no puede llamarse de otra manera.

Lo anterior no sólo significa una mutilación a la libertad de expresión, sino que llega a suprimir la libertad de pensamiento y pretende establecer una sociedad intelectualmente castrada y silente por el temor a rematar en la cárcel, otorgándole al Gobierno una carta blanca para tomar las medidas que crea conveniente, con lo que se asentaría una tiranía de tipo totalitario. Así lo demuestran variadas disposiciones contra la discriminación, cuya “apología pública” -se entiende a través de los medios- merecerá sanción de 2 a 4 años de trabajos en asilos, orfanatos, clínicas psiquiátricas y psicopedagógicas, mientras también son incluidas penas degradantes de los derechos humanos, hasta ahora desconocidas en nuestra economía jurídica.

Cuando la discriminación y anexos cometan los funcionarios del Estado, las sanciones penales se agravarán “en un tercio el mínimo y en un medio el máximo, además de la destitución”. Por su parte los periodistas no podrán acogerse a ningún fuero -esta es una tácita abrogación de la Ley de Imprenta-, medida que encontrará plena aplicación mediante las reformas o complementaciones al Código Penal, lo cual dejará en absoluta evidencia que la libre expresión de las ideas transitará a la categoría de delito penal. Al sancionar por complicidad a quienes no denuncien actos de discriminación, la norma introduce la delación y soplonería poniendo al alcance de los resentimientos personales un arma contundente, cuya valoración subjetiva quedará en manos del Consejo Nacional del Racismo que, por su carácter interventor sobre el aparato judicial, tendrá la prerrogativa de la última palabra como órgano represor.

Lo anterior basta para comprender que prácticamente todo el contenido de la disposición próxima a recibir sanción legislativa, es objetable y debería merecer una revisión de fondo y no sólo los artículos atentatorios al desenvolvimiento de los medios. El oficialismo que ha hecho de la Constitución su único programa de gobierno -aunque una norma por sabia que pretenda ser no reúne esa calidad- la viola continuamente y en cuanto a los temas que nos ocupan lo hace concretamente en los artículos 106 y 107 referidos a la libertad de prensa y expresión, pero como brevemente hemos visto, diversas garantías constitucionales caerán por los suelos mediante leyes emanadas directamente del Órgano Ejecutivo y llanamente aprobadas por la Asamblea Plurinacional, sin considerar las observaciones y súplicas de la oposición.

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El Mundo: Para enojarse

El largo feriado que para los estudiantes comenzó en su día, el 21 y para los demás el viernes, dio lugar a que muchas personas decidan pasar algunas horas en algún lugar alejado de la ciudad y mejor si éste tenía agua para refrescarse, el Piraí resultó el lugar ideal.

Grandes cantidades de personas, especialmente los días sábado y domingo, luego de haber cumplido con sus deberes cívicos, de rendir homenaje al departamento en su Bicentenario, decidieron realizar una reunión de familia, para compartir sanamente en las playas del río.

Para muchas personas resultó una molestia el encontrarse lejos de la ciudad y hallar allí varias situaciones que son parte del diario vivir de los cruceños y que a pesar de los anuncios de la Alcaldía y otras instituciones, muy poco se hace para poner orden.

La Asamblea Departamental ha estado analizando algunas normas que deben regir el buen funcionamiento de la región y entre ellas consideramos que es importante tomar aquella relacionada con el orden y la limpieza que deberían ser parte de la formación de las personas.

Salir de la ciudad y encontrarse con grandes acumulaciones de basura, ya no resulta extraño; sin embargo, destruyen desde su base una de las principales características de la región, la belleza de su panorama.

Algo más que letreros se debe utilizar para crear conciencia de limpieza en la ciudadanía, ver letreros que expresan �Santa Cruz ciudad limpia� y ver en la base misma la acumulación de bolsas plásticas llenas de desperdicios, nos dicen mucho sobre la forma en que estamos educando a los ciudadanos, en especial aquellos que empiezan su vida.

Los maestros en las escuelas tienen la tremenda responsabilidad de enseñar a los niños la utilidad que tienen los basureros, que si nos fijamos, si bien son escasos, existe en varios lugares; sin embargo, la basura se acumula inclusive alrededor de éstos, porque no existe la costumbre de tener una ciudad limpia.

Será posible que los padres de familia afirmen que pagan para la limpieza y que por ello, sus hijos deben botar la basura en cualquier lugar, creemos que eso es imposible; sin embargo, algo está pasando mal, porque esas cosas se ven.

Resulta triste transitar al lado de los vehículos de transporte público y ver cómo los pasajeros van echando desperdicios por las ventanillas, cáscaras, vasos plásticos, bolsas, todo sirve para ese gran basurero en que hemos convertido la ciudad. Será que las instituciones que velan por el ornato, las escuelas, los organismos policiales, la Alcaldía, en fin todos los ciudadanos no podemos ponernos en campaña para hacer que nuestra ciudad se convierta en un modelo e limpieza para el resto del país.

Aunque los gobernantes aprueben una Ley contra la discriminación, debemos realizar una campaña seria para combatir a los cochinos que se han propuesto transformar la ciudad y enfrentar todos esos atropello que no van sólo contra el ornato público, sino también contra la salud de los ciudadanos, ya que alrededor de esos promontorios de basura se crían moscas y otras alimañas que terminan convirtiéndose en transportadores de infecciones.

Vale la pena recordar a las madres que la mayor causa de mortandad infantil son las infecciones intestinales y la causa de estas es la falta de aseo. Trabajemos para tener una ciudad limpia.

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Opinión: Efectos de las elecciones venezolanas

Las elecciones, que acaban de realizarse en Venezuela, constituyen un antecedente que, de todos modos, tendrá efectos de diferente dimensión en países en los que, con diferencia de matices, se plantea el socialismo del siglo XXI. Aquí en Bolivia, tendrá mucha más influencia que en otros lugares de nuestra América. El presidente Hugo Chávez y, en dimensión más amplia Venezuela, tienen y siempre han tenido algunas preferencias con la hija predilecta de Bolívar. Ésta es la razón por la que la contienda electoral, presuntamente democrática, realizada el domingo, debe formar parte de la agenda de analistas y políticos.

El modelo boliviano tiene componentes muy propios, por ejemplo, la hegemonía de las poblaciones quechuas, indígenas y originarias, Venezuela no tiene esa multiplicidad cultural. Aquí en Bolivia, se ha producido un empate con cierta dimensión trágica, entre las culturas nativas y la española que fue impuesta a sangre y fuego. Por otra parte, el liderazgo boliviano tiene contenido y proyecciones mucho más sorprendentes que el liderazgo venezolano, sin embargo, no podemos negar la influencia que aquel país tiene en el nuestro. Las reformas en ambos Estados se dan, por lo menos teóricamente, en el mismo sentido.

Algo que vale la pena destacar, para después lograr participaciones eficientes, es que estos procesos se están dando a través de ejercicios democráticos, aunque incompletos. Las elecciones y consultas de otro tipo que se hacen, con cierta frecuencia, modifican sustancialmente los procedimientos que las propuestas revolucionarias utilizaban en el siglo XX, bajo la hegemonía de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En ámbito de esa democracia, a pesar de todas sus limitaciones, hay la posibilidad de otras propuestas y también de otros modelos políticos y económicos.

Los resultados de la contienda electoral venezolana reflejan lo que existe en la realidad. El nuevo socialismo, encabezado por Hugo Chávez, sigue siendo la tendencia política más grande, cuantitativamente hablando. La corriente opuesta que parece haber merecido la mayor cantidad de votos, aunque logró menos escaños parlamentarios, está formada por muchos grupos. Todavía no representa una estructura sólida y estable. La vigencia de los planteamientos transformadores, en esta parte del mundo, se explica por las inmensas diferencias económicas que dejan a la mayor parte de la población sin los medios necesarios para vivir dignamente. Mientras hayan muchos pobres, los revolucionarios, tendrán siempre un espacio donde actuar.

Las experiencias de los últimos años demuestran que el gran debate político y, consecuentemente, la lucha por el poder tiene que darse en relación con las transformaciones necesarias. Lo que debe discutirse no es la necesidad de esas modificaciones, sino la forma de hacerlas con el menor costo en tiempo, recursos económicos y sobre todo esfuerzo humano. Esta dimensión global, aquí en Bolivia, es donde adquiere la mayor legitimidad y pertinencia histórica. Todos tenemos que trabajar para incorporar plenamente, en el orden estatal, a las mayorías humilladas durante la Colonia y excluidas durante la República. Sin la participación de las mayorías, Bolivia seguirá siendo un país pequeño y atrasado.

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Clarín, Argentina: Presiones oficiales al periodismo

En su reciente asamblea anual, la Asociación de Entidades periodísticas Argentinas (ADEPA), planteó su preocupación por los temas candentes que afectan el desenvolvimiento del periodismo en la Argentina.

En el documento dado a conocer en la ocasión, ADEPA sostiene que existe libertad de prensa, pero que la actividad periodística se desarrolla en un clima tenso, de presiones directas e indirectas de un Gobierno que ha elegido al periodismo como enemigo. La posición oficial tiene por objeto debilitar la función del periodismo independiente en el sistema republicano como contrapeso en el juego de poderes y auditoría social. En esta línea, tanto el Gobierno como medios oficialistas y particulares que utilizan las redes sociales, han realizado numerosas agresiones y descalificaciones a periodistas y medios de difusión críticos con la gestión gubernamental o con la ética de los funcionarios.

Uno de los aspectos centrales de la política es el intento oficial de controlar la empresa Papel Prensa, para influir sobre la distribución de papel a los diarios y que, según la entidad, viola la Constitución Nacional y el Pacto de San José de Costa Rica.

ADEPA critica, también, el manejo de la publicidad oficial, con la cual se beneficia a los medios de difusión oficialistas y se penaliza a los que no lo son, incluyendo medios chicos y del interior. Los señalamientos de ADEPA son pertinentes porque todo indica que la política de hostigamiento al periodismo se mantendrá en el período electoral que se avecina.

En ocasión de su asamblea anual, ADEPA emitió un documento en el que condena la política de presiones del Gobierno contra el periodismo independiente.

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