Santa Cruz: Bicentenario de una República


Pablo Javier Deheza

DEHEZA La “República” (o Republiqueta) de Santa Cruz nació el 24 de septiembre de 1810 al influjo independentista proveniente de Charcas y Buenos Aires. Pronto la estrategia emancipadora fue cruelmente sofocada, pero ya estaba encendido uno de los fuegos que posibilitaron más tarde el nacimiento de la República, hoy Estado Plurinacional.

¿Qué celebra Santa Cruz este 24 de septiembre de 2010?



Exactamente lo que se celebra en esta fecha son los 200 años de la proclama libertaria de Santa Cruz y su declaración como “República de Santa Cruz”, ésta pasaría a la historia como la Republiqueta de Santa Cruz. Cosa nada rara por ese entonces, ya que también hubo las republiquetas de Vallegrande, Tarija, Ayopaya, Cinti, Larecaja y algunas más.

Pasó que al calor de lo ocurrido en Buenos Aires, Santa Cruz se levantó y proclamó su independencia. El cura José Andrés Salvatierra lideró un alzamiento revolucionario en el Fuerte Membiray y luego, con el capitán Eustaquio Moldes –en su condición de delegado por la Junta de Buenos Aires–, se dirigieron a Santa Cruz. A ellos se les unieron los emisarios llegados a nombre de la Revolución de Chuquisaca de 1809, los doctores Juan Manuel Lemoine y Antonio Vicente Seoane, además del segundo comandante del Fuerte Membiray, el coronel Antonio Suárez. Ellos incentivaron y promovieron el movimiento libertario que tuvo lugar el 24 de septiembre de 1810. Fue entonces que se depuso al subdelegado Pedro José Toledo y se conformó una Junta Provisoria. Ésta fue conformada por Antonio Vicente Seoane, Juan Manuel Lemoine, Antonio Suárez, José Andrés de Salvatierra y Eustaquio Moldes. Hay controversias sobre a quién le tocó presidir la Junta Provisoria, aunque algunos historiadores sostienen que ésta fue presidida por Antonio Suárez.

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Este gobierno revolucionario se mantuvo hasta la derrota de las fuerzas independentistas en la batalla de Guaqui a manos del General José Manuel Goyeneche, un 20 de junio de 1811. El teniente José Miguel Becerra repuso al gobierno realista entre agosto y septiembre de ese año. El 11 de noviembre, el General Goyeneche asumió como gobernador intendente de la entonces recién creada Intendencia de Santa Cruz de la Sierra. Varias cosas pasarían después entre escaramuzas, republiquetas y diversos héroes ilustres; héroes que hoy nos miran en las plazas cruceñas desde su monumentalidad congelada en el tiempo.

Esta historia de idas y venidas se resolvería un 14 de febrero de 1825 cuando, luego de la victoria de Antonio José de Sucre en la batalla de Ayacucho, el Colorao Mercado entraría a Santa Cruz para ser proclamado gobernador luego de deponer a Tomás Aguilera. Aunque al día siguiente éste sería reemplazado por el cabildo, que nombró a Juan Manuel Arias en su lugar, ese ya es el primer capítulo de otra historia.

El devenir cruceño

A principios del siglo XIX, Santa Cruz tenía poco menos de 10.000 habitantes. Según lo registrado por Victorino Rivero y Egüez hacia 1850, su aspecto era triste. “Todos los caminos son malos. Además de los que unen la capital con los pueblos del Cercado, que todos son transitables con carretas, existen tres que conducen a las provincias y estos son los peores y únicamente de herradura”. Hacia finales de esa centuria la producción cruceña se centraba en el azúcar, el cuero y el algodón.

Hacia los inicios del siglo XX, Santa Cruz tenía una población de alrededor de 20.000 habitantes. Esta población se elevaría hasta casi 50.000 a mitades del siglo y luego hacia la década de 1960 alcanzaría los 200.000 habitantes. El disparador de este crecimiento fue la implementación del Plan Bohan y la apertura de la carretera con Cochabamba. Es entonces que comienza la industrialización de Santa Cruz y la economía del departamento se centra en la producción extensiva, agrícola y pecuaria.

Hoy en día Santa Cruz tiene una población que supera los 2,6 millones de habitantes y es, sin duda, la fuerza económica más vigorosa de Bolivia. Su población no sólo ha crecido cuantitativamente, sino que sus contenidos culturales y su imaginario se han enriquecido con aportes de la gente llegada de todo el país y de allende nuestras fronteras. La interculturalidad, el mestizaje y el sincretismo son hoy en día los lugares sobre los cuales se asienta la vivencia de Santa Cruz. Esto es evidente por todas partes, en cada esquina cruceña, en cada espacio de actividad.

El lado oscuro

Si bien Santa Cruz tiene un lado bullanguero, carnavalesco, farandulero, botarate, directo, emprendedor e industrial, hoy atraviesa un difícil momento político marcado por una crisis en su institucionalidad formal y un vacío de contenido en sus instancias de poder y de representación ciudadana. Es un momento de crisis en el mejor sentido de la palabra: tiempo de reflexión y cuestionamiento, pero también de necesarios ajustes y cambios. Hoy Santa Cruz busca articular nuevas maneras de comprenderse, de entender su rol en un país cada vez más inclinado hacia este departamento.

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