Es mentira que da lo mismo tener enfrente a Brasil que a cualquier otro. Hoy quedó demostrado. Ese loco festejo de los doce jugadores de cara a los cerca de 800 hinchas que acompañaron al equipo hizo acordar a las más grandes celebraciones de la Generación Dorada.
Argentina ganó 93-89 y mandó a Brasil de nuevo a casa con las manos vacías. Y eso tiene un sabor muy especial. La frutilla de este postre es que con sus 37 puntos, Luis Scola se convirtió en el máximo anotador argentino en un partido de Mundial, superando los 35 de Alberto Desimone en el Mundial del 63.
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