A otro que le cierran la boca


Felix Rojas que no tuvo éxito como candidato a la alcaldía orureña obtuvo un premio consuelo. Fue nombrado viceministro de Trabajo, pero no logra olvidar sus épocas de parlamentario y acude religiosamente a la Plaza Murillo para que los periodistas escuchen sus irritantes juegos de palabras que él seguramente considera muy ingeniosos.

image

Resulta que dentro de la novísima concepción gubernamental, que indica que “no hay libertades ilimitadas” y que hasta al pensamiento se debe poner cortapisas, a Félix Rojas se le escapó y anunció que el gobierno busca la aprobación de una norma dirigida a “regular el derecho a la protesta”. Este proyecto de ley estaba siendo guardado con mucho secreto pero se filtró y por ejemplo establece que para realizar una marcha se deberá pedir permiso a la Gobernación Departamental. El permiso podrá ser negado si es que se considera que los motivos de la marcha no son justos o suficientes. Si se toma en cuenta este criterio, es seguro que las únicas marchas autorizadas serán las de apoyo al gobierno.



Otra de las previsiones contenidas en la futura norma es la que indica que los trabajadores de los sectores de salud y educación no tienen derecho a la huelga ya que estos serán considerados “servidores públicos”. El proyecto está, aunque para evitar mayores protestas de diferentes sectores laborales del país, el vicepresidente García Linera salió velozmente a desmentir al viceministro, quien seguramente  ya se habrá  ganado una buena reprimenda por su indiscreción.

La intocable “autoridad”

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

La jefa de bancada del MAS en la Cámara de Diputados, Emiliana Ayza, cuando habla con los periodistas hace gala de toda su prepotencia y no quiere ni que la toquen “porque es autoridad”. Aunque por lo general es muy difícil entender lo que dice en ocasiones, aunque con mucho esfuerzo, queda claro lo que pretende la envalentonada parlamentaria.

Resulta que en su criterio los masistas son los únicos que tienen derecho a protestar, a marchar y bloquear, “porque defienden los intereses del país”. Los otros, que han sido reducidos a la condición de ciudadanos de segunda clase, no tienen derecho ni al pataleo, según la muy peculiar concepción de la diputada Ayza quien considera ahora que “no es necesario marchas porque se escucha al pueblo”.

El país de la ficción image

El gobierno del MAS ha diseñado y muestra un país de ficción que se acomoda muy bien a sus expectativas. En este complejo proceso de autointoxicación lo que menos importa es la realidad. “Si la realidad no se parece a lo que queremos, que se joda la realidad” escuchamos decir por ahí a algún cínico funcionario gubernamental.

Es de esta forma que si los índices inflacionarios reales no se parecen a los que quiere el gobierno, simplemente se cambian los indicadores y solucionado el problema: la inflación disminuye como por arte de magia. Ahora bien, si las reservas de gas caen, como lo han hecho de forma estrepitosa debido a una deficiente política de inversiones, tendríamos como resultado que Bolivia no es ese emporio gasífero que se decía que es. Sin embargo el gobierno prefiere mirar a otro lado y seguir engatusándonos con supuestos proyectos de “industrialización del gas”, que sabemos no tiene la voluntad ni la capacidad de concretarlos.