La violenta actitud del primer mandatario, durante un partido de fútbol “amistoso” entre el equipo presidencial y la escuadra del alcalde paceño, es un nuevo síntoma del creciente estilo autoritario de Evo Morales. El gobernante propinó un fuerte rodillazo al área de los genitales de uno de los jugadores contrarios, luego de que éste lo marcara, tras lo cual el pobre futbolista -herido en su virilidad- estuvo a punto de ser llevado preso por la guardia del presidente. Tal parece que Bolivia al dejar de ser república estuviera adoptando un régimen monárquico absolutista, donde el jefe de Estado no sólo manifiesta sus afanes de perpetuidad sino que también se arroga el derecho de castigar físicamente a sus súbditos. ¿Hoy patadas y mañana azotes? El mismo mandatario que confiesa sin rubor que le hace trampa a los opositores y que manda a allanar las oficinas de derechos humanos. ¿Estamos ante un estado avanzado de borrachera de poder, típica de la fase terminal de los despotismos? De yapa, quien se atreva a criticar estos desmanes será considerado racista.
“Personalidad esquizofrénica”
Militantes ecologistas dicen que Evo Morales tiene una “personalidad esquizofrénica”, que le impide hacer en el país lo que predica en el exterior. Fuertes declaraciones las de la organización Fobomade, difundidas por la agencia Bolpress, fundada nada menos que por Wálter Chávez. Los ambientalistas dicen que “la rebelión de organizaciones sociales descontentas a partir de 2010” llegó a “malograr la salud física y mental del jefe de Estado”. Critican ante todo que el mandatario predique a nivel mundial el modelo del “Vivir Bien” como alternativa al “capitalismo depredador”, pero que en la práctica se implemente un sistema extractivista y afirman que varios proyectos de explotación gubernamentales en “hidrocarburos, hidroelectricidad, minerales y madera, además de la construcción de vías camineras y férreas, afectan a buena parte de las 22 áreas protegidas del país, que suman una superficie de 170.048 kilómetros cuadrados, el 15,5 % del territorio boliviano”. El bloque del evismo, que el vicepresidente quiso imaginar hegemónico por 50 años, se descompone aceleradamente…