Sin luz en las tinieblas, así aparece hoy EL DIARIO, en blanco, porque una ley que viola todos los derechos la apagó y siente que ha sido violada y violentada su libertad, la razón de su existencia, la causa de su vida y sus servicios a la Patria, a la justicia, la libertad y la democracia durante 106 años; tiempo de entrega sin claudicaciones defendiendo el derecho de un pueblo a ser libre para pensar, sentir y obrar con responsabilidad buscando mejores días para el bien común que es el país. Ciento seis años de continua formación y práctica de valores que han calado muy hondo en la conciencia de muchas generaciones; tiempo de entregas, sacrificios sin cuento y paso de miles de periodistas, escritores, pensadores, articulistas, editorialistas que han volcado en sus páginas su saber, sus virtudes y sus esperanzas que las han sentido consubstanciadas con los ideales de EL DIARIO.
Se hizo todo, fueron expresados conceptos claros y precisos sobre lo que es la libertad de pensamiento. Se analizó, se estudió, se dio ideas, criterios, posiciones; se mostró derechos y se probó hasta la saciedad lo que significa la libertad de expresión – un bien no sólo de los medios y periodistas, sino un derecho incuestionable de todo ser humano – que, de las libertades es la primera, porque con ella nace a la vida el ser humano, se desarrolla, se forma y vive.
Todo quedó en la nada porque pudo más el racismo de racistas que endilgan a otros, a la población boliviana, sus propios sentimientos o complejos. Legislar contra el racismo, como forma para sumergir a la libertad en tinieblas, fue una sola labor, un golpe, pero contundente y artero. Así, el racismo, en la forma como se lo legisla, crecerá, se presentará con mayor contundencia por confiscar los valores y será el arma de la discordia y la división, el principio de la desconfianza y el semillero de dudas entre los estantes y habitantes del país.
¿Quiénes juzgarán los actos de racismo, el contenido de la prensa, la radio y la televisión? ¿Tendrán la capacidad moral, el sentido de equidad, ecuanimidad y justicia para analizar faltas o delitos racistas?
El racismo, encadenado a la falta de libertades es, en principio y fin, el arma contundente que se encargará de acrecentar los males del país porque con la desunión, el regionalismo acentuado, las diferencias sociales, económicas y hasta culturales se harán patentes, y todo ello se convertirá en instrumento para causar daño.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
¿Cuánto habrá ganado el régimen del presidente Evo Morales con la aprobación de una ley – cuya obligación de cumplimiento nadie la puede negar – que, más temprano que tarde, se volcará contra él mismo, su entorno y su partido? ¿Ha medido las consecuencias de un paso que precipita a los bolivianos a los pozos de la discordia, el desencuentro, el desentendimiento?
¿Se da cuenta el Gobierno que nada de lo que se diga de él en los medios de comunicación – si aún quedan razones y ganas para seguir publicando noticias sobre los que piensan y sienten odio contra los medios y los periodistas – será creíble, aceptable por la comunidad? ¿Se podrá confiar en los medios que hasta ahora han merecido el apoyo, la credibilidad y hasta el afecto del público, de una opinión pública que analizaba, juzgaba, aplaudía o rechazaba las informaciones por su contenido o por lo que informaba del Gobierno y de todo el desenvolvimiento nacional y mundial sabiendo que todo será sometido a la censura?
País sin noticias, sin información, sin análisis ni ideas ni criterios ni comentarios de nada y sobre nada; país anodino o, simplemente sujeto a lo que digan los medios de comunicación del régimen; pero, ¿quién les creerá? ¿Quién dará fe de ellos? ¿Cuánto podrán influir en la opinión pública nacional e internacional?
Un mundo en tinieblas donde cada quien dará pasos a tientas porque no sabrá ni conocerá nada; un país que estará a la espera de que la libertad de pensamiento, expresión y prensa desaparezcan y quede – tal vez como único remedio – que rijan las arrugas de los ancianos en lugar de la lectura de diarios y libros.
Triste papel el jugado por el Gobierno y su partido; lamentable el sometimiento del Poder Legislativo que cumplió, sometido hasta los peores extremos a las órdenes o disposiciones del Ejecutivo. Es lamentable que con esta medida se consolide el pisoteo dictatorial y tiránico a los derechos humanos. Es doloroso que un régimen constitucional, legal y legítimo atente contra la Libertad, que es base de la Democracia; es reprochable que se haya recurrido a manidos pretextos racistas – tal vez en atención al que se practica en niveles del oficialismo – para que EL DIARIO, consciente de sus deberes, publique una página en blanco rechazando la medida gubernamental, una disposición que ahondará los males que sufre el país y que agravará la situación deleznable del propio régimen.
(N.R.).- Posición del matutino EL DIARIO frente a la crisis de la prensa boliviana.