La ética sobresale en los Premios Príncipe de Asturias


MAALOUF La ciudad española de Oviedo fue el marco en el que distinguidas personalidades de ámbitos culturales, sociales y deportivos recibieron el Premio Príncipe de Asturias. El heredero de la corona española, Felipe de Borbón, presidió la ceremonia en un acto que se desarrolló en el Teatro Campoamor, en compañía de su esposa Letizia Ortiz, y la Reina Sofía.

Mientras decenas de personas esperaban en los alrededores del recinto, la XXX edición de los galardones fue hilada por alocuciones que buscaron fomentar la comprensión entre los pueblos del mundo. “Generemos otra vez ilusión y confianza en proyectos que nos integren y cohesionen cada día más”, recalcó el heredero de la Corona frente a los laureados. Otro punto en su discurso fue la defensa de la importancia de la moderación, la ética y el fortalecimiento de las instituciones, “porque a través de ellas se pueden y deben articular las soluciones que esperan los ciudadanos”.

Los conciliadores

El escritor francolibanés Amin Maalouf (foto), que recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, advirtió que este siglo estará marcado por el retroceso de los valores éticos. Maalouf también realizó una fuerte defensa de la coexistencia y la convivencia de los pueblos y culturas al leer su discurso en francés, porque el castellano es una lengua que le gusta oír y en la que prefiere leer, pero con la que no tendría la “sutileza que se merece”.



La obra de Maalouf ha sido traducida a más de 20 idiomas y es considerado como uno de los escritores contemporáneos que más ha profundizado en la cultura mediterránea, representada como un espacio simbólico de convivencia y tolerancia.

La ceremonia continuó con el tinte de integración cuando el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, que comparte el Premio Príncipe de Comunicación y Humanidades, junto a su homólogo francés Alain Toruaine, alertó de que las ideologías son “densos velos” que hacen que las personas miren “sin llegar a ver”.

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El equipo arqueológico de los Guerreros de Terracota de Xi’an también recogió un galardón, el de Ciencias Sociales, por su labor en uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del Siglo XX. El yacimiento es una fuente de información de extraordinaria riqueza sobre la civilización china.

Una obra que invita a la reflexión al integrar los espacios urbanos fue el motivo por el que el escultor Richard Serra también recibió un Premio Príncipe de Asturias, el de las Artes.

Otros ganadores

También recogieron sus galardones en la ceremonia efectuada ayer los bioquímicos David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins (Investigación) y The Transplantation Society y la Organización Nacional de Trasplantes (Cooperación Internacional), Manos Unidas (Concordia) y la Selección española de futbol (Deportes).

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