El viceministro de descolonización, Félix Cárdenas, acaba de anunciar que el Estado Plurinacional (ex República de Bolivia) se pliega desde ahora a la costumbre de todas las dictaduras de censurar libros considerados ideológicamente incorrectos. El funcionario informó que otro de los efectos de la Ley 045, denominada “antirracista” por el gobierno y “mordaza” por los periodistas, será la de purgar los libros en el sistema educativo nacional, eliminando de la currícula textos clásicos como Raza de Bronce de Alcides Arguedas y La niña de sus ojos de Antonio Díaz Villamil. “Es un paso más para lograr la descolonización del Estado”, dijo Cárdenas, agregando que “El Viceministerio ubica los lugares nucleares del colonialismo, obviamente que son todos, pero es un lugar especial la educación, por ejemplo”. Por si faltaba algún elemento para confirmar los afanes autoritarios del proyecto gobernante, el MAS ya cuenta con su lista negra de libros prohibidos. A la manera de la Alemania nazi, donde las obras de Heinrich y Thomas Mann, de Erich Maria Remarque, de Ernest Hemingway y Jack London fueron pasto de las llamas en las hogueras del ministro de propaganda Joseph Goebbels. Aunque tal vez el símil más aproximado para lo que se intenta hacer en “la Bolivia de Evo” sea la Revolución Cultural de Mao, donde los guardias rojos se encargaron de purgar los antiguos textos confucianos bajo la acusación de “feudalismo” (“¿coloniales y racistas”?). No en vano el evismo fue bautizado por sus impulsores como “Revolución Democrática y Cultural”. No era tan difícil prever lo que se vendría.
“Traigan a Mamani como sea”
Era mucha insolencia la de ese minerito que, por el solo hecho de pasar 69 días a 700 metros de profundidad, se creyó con el derecho de desairar a Su Excelencia. La negativa inicial de Carlos Mamani de volver a Bolivia de la mano del presidente fue recibida con furia y puñetazo al escritorio, tras lo cual la orden se impuso como prioridad absoluta a las restantes tareas de gobierno: “Traigan a Mamani como sea”. Agitados funcionarios se pusieron manos a la obra, ofreciendo el oro y el moro al minero rescatado, hasta lograr la ansiada foto de Mamani con el caudillo en tierra boliviana. Pero como nada es perfecto, ahora los mineros de Potosí acusan al gobierno de discriminación porque no reciben el mismo trato…
Bolivia se aplaza en igualdad de género
La noticia pasó casi desapercibida en el país, cuando habría merecido mayor difusión y análisis. Sucede que en el ranking sobre igualdad de género elaborado anualmente por el Foro Económico Mundial (FEM), Bolivia tuvo el dudoso honor de quedar en el penúltimo lugar en América del Sur y en la posición 76 a nivel global. En tiempos en que se habla de luchar contra la discriminación (de manera sesgada, como expediente para la persecución de críticos y disidentes), trabajar por una mayor equidad de género ofrece un campo de acción real y urgente.