Esteban Farfán Romero
El viernes, los medios de comunicación de Yacuiba no encendieron sus transmisores y se registró un silencio sepulcral en todos los medios (Radio, TV, cable), por lo que prácticamente los que consumimos noticias a diario nos quedamos en tinieblas. Todos se pusieron de acuerdo y no apretaron el switch. Sentí una sensación muy fea, desconectado de los hechos que ocurren a diario. Trabajo con la información, es la materia prima provista por los medios, esta actitud me afectó mucho porque prácticamente me dejó paralizado.
El famoso músico de jazz estadounidense Miles Davis (1926-1991) dijo una vez cuando le preguntaron sobre el silencio: “el silencio es el ruido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos”. Todos hemos sentido el silencio atronador (valga el oxímoron) que causaron los medios de comunicación al callar. Se hicieron notar. Pero, mi pregunta es si surtirá algún afecto, al margen del perjuicio que causó a la población.
La motivación de la protesta es por la intención del Gobierno de introducir en el proyecto de ley de antirracismo y discriminación artículos que penalizan la opinión pública con sanciones muy duras para los medios. Así como ocurría en la antigüedad, que un rey mataba al mensajero de malas noticias pensando eliminar el mensaje.
Haré de abogado del diablo. Hay que ser justos, no toda la culpa la tiene el Gobierno. El gremio de los periodistas (incluido este servidor) tiene mucha responsabilidad porque nunca hemos tenido la voluntad política de tomar el toro por las astas en el tema de la autorregulación y otros. El prestigioso profesor español Hugo Aznar (CEU de Valencia), define la autorregulación como el "conjunto de iniciativas, acuerdos, organismos, instrumentos y mecanismos relacionados con la actividad de los medios y orientados a garantizar que su actuación se ajuste a los valores y normas éticas que se consideran deseables", dentro de los cuales también se encuentra la Responsabilidad Social de los Medios.
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Hay mucha responsabilidad en los periodistas (gremios) que desde mucho tiempo atrás no asumen este tema con responsabilidad y de una vez redactan/aprueban varios documentos muy importantes como un código deontológico, convenio de la autorregulación, guía de estilo, estatuto de redacción, defensor del lector o defensor del público, libro de estilo, principio editorial, consejo de prensa, consejo audiovisual, etc., muy necesarios para evitar que el Estado desee legislar el trabajo de los medios/prensa.
Todos estos documentos deben partir necesariamente de iniciativas de los gremios periodísticos y no del Estado, ni de organizaciones de la sociedad porque son documentos de autorregulación que crean organismos de autocontrol necesarios/imprescindibles en un país democrático.
En la universidad nos han enseñado a agarrarnos con uñas y dientes de la Ley de Imprenta que se encuentra absolutamente desfasada porque sólo contempla a los medios escritos con mecanismos burocráticos muy pesados y poco eficientes. No cubre a los medios de audio, audiovisuales, ni informáticos. Tenemos que asumir nuestra responsabilidad, es hora de trabajar en estos documentos para que no se dé lugar a la tentación de los políticos de pretender controlar a la prensa disimuladamente a través de varias leyes como intenta hacer este gobierno.
Co paros de esta naturaleza no solucionamos el problema de fondo, hay que comenzar a trabajar en los documentos básicos que revelé. Crear organizamos que verdaderamente funcionen, que no sean de adorno, para evitar darle argumentos a los políticos.