Todos quisiéramos que sea cierto. Que el presidente del Banco Central de Bolivia, Gabriel Loza hable con boca santa y efectivamente ya no seamos pobres. Sin embargo nuevamente el optimismo de este y otros funcionarios gubernamentales está confrontado radicalmente con la dura realidad que nos dice exactamente lo contrario.
Foto: Así viven familias en el municipio de Charagua (Santa Cruz), una situación peor se presenta en el occidente. Por estas comunidades no ha llegado el plan del”vivir bien”.
Una práctica muy extendida en los gobiernos de corte populista y/o autoritarios es la deformación sistemática y consciente de la realidad. Es de esta forma que generan un mundo de ficción que se acomoda a sus intereses y objetivos. Recordemos que los alemanes mediante una persistente campaña de intoxicación informativa montada por Goebbels llegaron a ser convencidos de que realmente vivían en un paraíso y que estaban a un paso de conquistar el mundo.
Algunos afirman que en el juego del poder todo es válido. Sin embargo Mussolini opinaba que hay algo que nunca debe hacerse: mentirse a uno mismo. En alguna ocasión recriminó a sus colaboradores recordándoles que les había dicho que mintieran no que creyeran sus propias mentiras. En el caso del actual gobierno, está ocurriendo exactamente eso pero también es cada vez más evidente que la población ya no está dispuesta a tragarse semejantes piedras de molino.
Lamentablemente los bolivianos seguimos siendo pobres ya que si bien nuestro presidente Morales se traslada a todo lado en su avión de lujo, a pocos pasos del palacio de Gobierno, y ni que decir de los pueblos y comunidades rurales del país, se puede ver no solo la pobreza sino la miseria reflejada en los rostros de decenas de mujeres y niños que sobreviven como pueden y en muchos casos deben apelar a la caridad de la gente, una caridad que en ocasiones se muestra esquiva por cuanto tenemos cada vez menos que dar.
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Periodistas para dividir al periodismo
“A título de responsabilidad, de veracidad se puede incurrir –como lo hemos visto no sólo en Bolivia sino en otros países– en actos de censura desde el Estado, desde el Gobierno y desde cualquier tipo de institución y por eso la sensibilidad de quienes ejercemos el oficio. Por eso impedimos cualquier tipo de sanción, de persecución o de posibilidad de resquicio a una censura que impida el derecho a la comunicación y el derecho a la información”.
Periodistas. Unos se sacrifican y otros le hacen juego al gobierno.
Este criterio que está incluido en la página web de la ONG, UNIR corresponde a Sandra Aliaga, una de las impulsoras de una llamada “plataforma de periodistas” que supuestamente fue creada ante la “radicalidad” de los periodistas en su defensa de la libertad de expresión.
Esta visto que la ex alta funcionaria del gobierno de Carlos Mesa, Sandra Aliaga, ha cambiado mucho sus criterios en el último tiempo ya que el año 2009 opinaba que debía impedirse cualquier resquicio que de margen a una censura. Resulta muy difícil de determinar a que se debe cambios tan radicales de actitud que se han advertido en ella y otros periodistas, supuestamente de izquierda.
Es evidente que el régimen del MAS no solo está invirtiendo grandes sumas para publicitar su criterio sobre la llamada “ley antirracismo”, sino que trabaja en forma sistemática para dividir cualquier movimiento u organización que se le ponga al frente y es el turno de la prensa, cuyo movimiento primero intentó romper con los llamados “comunicadores alternativos” y ahora con la mencionada “plataforma de periodistas” que cuenta entre sus filas a comunicadores de medios gubernamentales como Gisela Lopez y otros afines al “proceso de cambio”.