Ochenta presos se mantienen amotinados desde hace horas en una cárcel de máxima seguridad en São Luis, la capital del estado brasileño de Maranhão.
Los rebeldes decapitaron este lunes a tres reos, degollaron a otros seis e hirieron de bala a un agente que se encuentra en estado grave, aunque sin riesgo de muerte. Las negociaciones con las autoridades fueron suspendidas por la noche y no se reanudarán hasta primera hora del martes.
La revuelta estalló hacia las 09.00 de la mañana, hora local, cuando varios reclusos del Anexo III del Complejo Penitenciario de Pedrinhas abordaron a uno de los agentes y le arrebataron su arma. El hombre, con disparos en la pierna y en la espalda, fue soltado casi tres horas después para ser trasladado a un hospital.
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En el interior de la prisión, acordonada por la Policía Militar, se encuentran todavía cinco vigilantes desarmados y tomados como rehenes. Junto a ellos, los cadáveres de al menos nueve presos -todos condenados por violación- y quizá otros cinco más, según un miembro de la Orden de Abogados de Brasil (OAB) que pudo acceder al edificio como intermediario.
Noticias de TV: Unitel.