El mundo ya no cree en Hugo y Evo


chavez evo La reciente declaración del Parlamento Europeo señalando su preocupación por la ola de persecución a opositores, corrupción y medidas de restricción a la libertad de expresión en la Venezuela de Hugo Chávez, es una nueva muestra del creciente aislamiento internacional de los regímenes neo-autoritarios del ALBA. Junto a ésta, no podemos dejar de mencionar la completa orfandad en la que cayeron las “propuestas” (intentos de imposición, en realidad) del gobierno de Evo Morales en la Cumbre Climática de Cancún, papelón mundial que en cualquier otro país habría provocado la defenestración automática del canciller. Sin olvidar, por supuesto, a esas filtraciones de Wikileaks que constituyen -al decir de Álvaro Vargas Llosa- un “alivio”, denotando que ni la administración Obama ni el gobierno socialista español habían tenido una visión tan ingenua sobre Chávez (“un payaso”), Morales (“ignorante”) y Ortega (“errático”). Todo apunta a que estamos entrando en la fase terminal del proyecto continental “bolivariano” y que el anterior romance con la comunidad internacional, alimentado por la propaganda, estructuras políticas de la izquierda trasnacional y mucha candidez, ha llegado a su fin. Cierto que existieron esfuerzos importantes de denuncia externa realizados por opositores de los diversos regímenes del bloque, pero fueron los propios mandatarios del ALBA los que acabaron por arrancarse las máscaras seudodemocráticas con el cinismo y la soberbia desatados por su borrachera de poder. Lo cierto es que el mundo ya no cree en Hugo y Evo, y esto tendrá un peso ineludible en los acontecimientos de los años venideros.

Bolivia: campeón regional en emigración

Otro triste récord roto por Bolivia es el de la salida al exterior de sus ciudadanos. 1 de cada 4 bolivianos vive fuera del país, de acuerdo a un informe del Defensor del Pueblo divulgado en la víspera del Día Internacional del Migrante, celebrado el 18 de diciembre. Con un 25% de su población fuera del territorio nacional, nuestro país es el que presenta una peor situación a nivel latinoamericano. Síntoma innegable de que las cifras de desempleo no han mejorado en los últimos años y de que tanto la falta de oportunidades como la incertidumbre siguen arrojando a los bolivianos hacia otras latitudes. Según la Organización Internacional para Migraciones (OIM), “el ciclo migratorio no se ha frenado” y el gobierno actual no cuenta con un plan de repatriación como los que han puesto en práctica otros países de la región. Mientras el populismo da discursos sobre los pobres, éstos -con muy buen olfato y sentido común- siguen emigrando, no hacia Cuba o Venezuela, sino hacia los países más capitalistas a los que puedan acceder.

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