Inflación golpea más al salario de los sectores empobrecidos


Debate: El alza de precios de los alimentos, bajo la influencia de factores externos y climáticos, es el punto más sensible.

imageEl Índice de Precios al Consumidor (IPC) estimado en 6 por ciento para el año que concluye no es el mayor del Gobierno de Evo Morales, que en 2008 vio subir el indicador hasta 11,85 por ciento, pero tendrá un mayor impacto en la capacidad de compra de los sectores de menores ingresos, según economistas consultados por La Prensa.

Un cambio en la ponderación del grupo de alimentos que ahora tiene menos incidencia en el indicador final calculado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es uno de los factores que observa el economista Alberto Bonadona.



“Los precios de los alimentos subieron en un 9 por ciento en promedio”, un nivel mayor al 6 por ciento esperado para la inflación anual, comentó.

El incremento salarial, prometido a los sectores dependientes, no logra compensar la baja de su capacidad adquisitiva durante el año, opinó.

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El director de la consultora Gómez-García & Asociados, Vincent Gómez-García, asignó absoluta importancia a la capacidad de compra de los salarios bolivianos que, en su opinión, se destinan en más del 50 por ciento a la adquisición de alimentos.

Bonadona observó el escenario de la economía nacional en 2010 y ratifica la abundancia de dinero en algunos segmentos sociales, beneficiados directamente por los dólares generados por las exportaciones y el ingreso de mercadería de contrabando. El economista evalúa el conjunto de factores y llega a la conclusión de que en los últimos años la economía vive a la sombra de un promedio inflacionario del 6 por ciento.

En el rubro de alimentos, Bonadona recordó que la ponderación asignada a éste bajó de 49 a 39 por ciento, y atribuyó a este hecho que los datos mensuales de precios no se aproximen a la realidad observada por los ciudadanos en los centros de comercio de alimentos.

Gómez-García señaló a Bolivia como un punto de impacto de una tendencia global, movida por los precios de las materias primas y alimentos como el trigo, azúcar y maíz. A ello agregó una demanda creciente de China e India por alimentos, combinada con operaciones financieras especulativas.

El cambio climático es otro factor analizado por el economista en el contexto boliviano, en el que la temporada de siembra es afectada por la falta de lluvias y de agua, y hace prever una baja oferta de alimentos.

El aumento de la población y el crecimiento del ingreso por persona también repercuten en los precios, opinó Gómez-García. A ello suma un inusual nivel de vida barato en Bolivia que atrajo la atención de los países vecinos para aprovisionarse de alimentos. La medida es contrarrestada por el Gobierno con una valoración del signo monetario nacional.

Trazó como tareas inmediatas la adopción de políticas dirigidas a fortalecer la oferta de alimentos, con incentivos directos en favor del productor, con la finalidad de alcanzar un equilibrio entre la producción nacional y la demanda de los consumidores locales.

La evolución de los precios desde 1967

La historia de los últimos 43 años en materia de indicadores de precios se asocia a los momentos de crisis económica y política y a circunstancias de bonanza que explican una sobreoferta de dinero en manos del público. Un repaso a esta cronología en números es más que apasionante.

1967 14,80%

1968 3,48%

1969 3,20%

1970 4,08%

1971 3,29%

1972 23,60

1973 34,75%

1974 38,95%

1975 6,04%

1976 5,50%

1977 10,46%

1978 13,49%

1979 45,45%

1980 23,94%

1981 25,12%

1982 296,55%

1983 328,49%

1984 2.177,23%

1985 8.170,52%

1986 65,96%

1987 10,66%

1988 21,51%

1989 16,56%

1990 18,01%

1991 14,52%

1992 10,46%

1993 9,31%

1994 8,52%

1995 12,58%

1996 7,95%

1997 6,73%

1998 4,39%

1999 3,13%

2000 3,41%

2001 0,92%

2002 2,45%

2003 3,94%

2004 4,62%

2005 4,91%

2006 4,95%

2007 11,73%

2008 11,85%

2009 0,26%

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)

Opiniones

“La inflación afecta al poder adquisitivo de los hogares. En Bolivia, los niveles salariales son deprimidos y más del 50 por ciento del ingreso es destinado a la compra de alimentos. El Gobierno no es el único actor económico que paga sueldos y, por lo tanto, no es la única fuente para compensar la baja capacidad de compra de los sectores pobres. Una mayor asignación salarial también puede contribuir a una espiral inflacionaria”. Vincent Gómez-García / Director de Gómez-García & Asociados

“El Gobierno debería proyectar un impuesto al ingreso, aplicable a salarios desde 7.000 bolivianos, en un rango del 0,5 al 10 por ciento, con la finalidad de obtener recursos dirigidos a crear acciones, subsidios o políticas sociales.

El incremento de salarios no logrará compensar la pérdida de capacidad adquisitiva que sufren los ingresos de los sectores pobres como consecuencia del alza de precios registrada durante el año”. Alberto Bonadona / Analista económico

La Prensa