Previsor. Un ministro busca pega


image Los mismos masistas lo describen ya como el “ministro curricular”. Luís Arce, el actual ministro de Economía está demostrando ser muy previsor y está distribuyendo su currículo en forma muy profusa ante los rumores de un cambio, pese a que Evo ratificó su confianza en todos sus ministros en horas pasadas y decidió ignorar las críticas de sus bases campesinas.

Los cuestionamientos a la gestión del burócrata Arce Catacora ya no vienen solo de las “organizaciones sociales” sino del propio Evo Morales que “no puede entender” como el mencionado le tomó el pelo y le mostraba una situación económica bonancible que no era tal al punto que es muy probable que se vea obligado a asumir una medida tan impopular como el levantamiento de la subvención a los hidrocarburos.

Los organismos que están sufriendo el acoso del ministro (que decidió abrir el paraguas por si acaso) son la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo los que sin embargo no se han mostrado muy interesados en contar con sus servicios.



El que me la hace me la paga

De acuerdo a la versión de Martín Sivak contenida en esa apología de Evo Morales titulada “Jefazo”, José Antonio Quiroga, sobrino de Marcelo Quiroga Santa Cruz fue prácticamente obligado a aceptar la candidatura a la vicepresidencia por el MAS el año 2002, aunque reculó muy a tiempo sabiendo a lo que se metía.

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Es claro que Evo Morales no tolera ni perdona ese tipo de desaires a lo que se suma que Quiroga le haya criticado haber dicho que no existen documentos en las Fuerzas Armadas sobre los desaparecidos en las dictaduras. Por este motivo el siempre solícito y obsecuente viceministro de Régimen Interior, Marcelo Farfán ha recibido una instrucción directa del palacio de Gobierno para que investigue algo respecto de José Antonio Quiroga que sirva para hacerlo “crujir” (sentar la mano).

Por eso su domicilio y las oficinas de la editora Plural de la que es propietario Quiroga están recibiendo las visitas de “cortesía” de los agentes del Ministerio de Gobierno que no se preocupan mucho por pasar desapercibidos.

Un cuento muy gastado

“Deduzco, no tengo información, nos quieren matar”. El vicepresidente Álvaro García Linera es matemático – o al menos eso dice ser-, y en esa condición lo menos que se le podría pedir es que sea algo más riguroso en su razonamiento. Las nociones más elementales de lógica nos enseñan que si las premisas son falsas las conclusiones también lo serán.

Esto debiera saberlo el vicepresidente pero eludiendo su condición de matemático prefiere hacer deducciones utilizando el método del absurdo. Debiera saber que el cuento del “magnicidio” está demasiado gastado y no se lo creen ni él ni Evo, a menos, eso sí, que estén al borde de la paranoia y este caso sus declaraciones no debieran ser tomadas en cuenta por analistas políticos sino por los psiquiatras.