El hijo mayor de Bernard Madoff, el ex broker norteamericano condenado a 150 años de presión por haber confesado haber llevado a cabo el mayor fraude de la historia, se suicidó ayer en su casa del barrio neoyorquino del Soho (Manhattan). El suceso se produce el mismo día en que se cumplen dos años desde que su padre le confesara a él y a su hermano que había llevado a cabo una estafa por valor de más de 51.000 millones de dólares a sus clientes.
Según fuentes de la policía de Nueva York, cuando fue descubierto el cuerpo de Mark Madoff colgaba de una correa de perro atada a una tubería del techo. El cadáver fue hallado por un miembro de la familia Madoff cuyo nombre no ha trascendido a primera hora de la mañana. El fallecido era actualmente jefe de operaciones de la consultoría, Black Umbrella, empresa fundada por su prometida, Catherine Hooper.
Bernard Madoff cumple condena en la actualidad en un centro penitenciario de Carolina del Norte. Sus dos hijos negaron en todo momento tener cualquier tipo de relación con la trama. De hecho, a la mañana siguiente de la confesión el propio Mark Madoff y su hermano Andrew decidieron denunciar a su padre.
Desde que se conoció el fraude, el nombre de Madoff es sinónimo de estafador, lo que ha condicionado la vida de sus hijos. Varios medios americanos relataban ayer que Andrew hacía las reservas de restaurantes bajo el nombre de su prometida y que la ex esposa de Mark usaba su apellido de soltera hasta para encargar la compra.
El suceso tiene lugar cuando vence el plazo para que el abogado Irving Picard exigiera responsabilidades a las firmas financieras, familiares y amigos que participaron en la estafa.
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La Nueva España