A falta de pan, buenas son las tortas


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Como es sabido de la historia de la Revolución Francesa, cuando al rey Luis XVI le informaron que el pueblo estaba convulsionado por falta de pan, el monarca respondió que no había problema y que “a falta de pan, buenas son las tortas”. Días después la monarquía se desplomaba. La fórmula no había dado resultado.

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: El buen pobre y la clase media

  2. El Día: Excelencia del punto y coma

  3. El Día: Bolítica

  4. El Día: Definiciones plurinacionales

  5. El Día: El horizonte del estado

  6. Los Tiempos: EL PRIMER AÑO DEL NUEVO ESTADO

  7. El Deber: Primer año, segundo periodo

  8. Cambio: Cumplimos dos años

  9. La Prensa: Necesidad de recuperar credibilidad

  10. El Diario: A falta de pan, buenas son las tortas

  11. El Mundo: Aniversario

  12. Opinión:

  13. Clarín, Argentina: Haití, una tragedia que permanece




El Día: El buen pobre y la clase media

Miradas

La pobreza y la producción de alimentos son para los ambientalistas, un punto de atención determinante, porque ello define el comportamiento de la humanidad para las próximas décadas y su impacto en el resto de las especies. Una pobreza irracional, sin producción alimentaria, sería como una gran nube de insectos langostas sobre una cosecha de maíz.

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Al pensar en la pobreza y lo que ello significa en nuestro continente, se puede inferir, que lo último que desea la inmensa mayoría de los pueblos latinoamericanos, es ser pobres. Sin embargo, las políticas de una buena parte de los gobiernos “solidarios”, van dirigidas hacia la consolidación de la pobreza. Siguen en la creencia, que los pobres, quieren seguir siendo pobres o mejor dicho buenos pobres.

La inteligencia política de esos gobiernos, no se ha tomado la molestia en averiguar cuáles son las verdaderas expectativas de quienes hoy se señalan como pobres. Se está partiendo de supuestos, de esquemas o visiones del mundo totalmente desactualizados. La realidad “verdadera”, es que todos aspiran a ser clase media. Y la globalización se ha encargado de mostrar sus distintas ventajas. La misma clase media, tiene como su mayor aspiración, ser una sólida clase media. En el presente el anhelo de ser ricos, no es lo que mueve o conmueve voluntades.

Así, encontramos, una infinidad de estrategias y esfuerzos gubernamentales como programas sociales, misiones educativas, médicas, para las amas del hogar, casas de alimentación, casas de interés social, entre otras. Todas bajo un mismo norte, fortalecer la pobreza y la lealtad a cambio. El referente político, ha sido el de seguir, a los gobiernos que más han lidiado y controlado a voluntad la pobreza.

La reflexión obligatoria: En Latinoamérica, nos hicimos expertos en hacer ofertas para los pobres, de animarlos a ser fieles creyentes de su histórica condición, para que sean buenos pobres. Ahora se ha empezado a sentir, que la oferta es cada día menos halagadora. El otrora capital político se comienza a desvanecer y se sigue sin pensar que el gran colectivo lo que anhelan es ser clase media. La visión ideológica, se sigue imponiendo y no permite considerar, que con la misma dedicación con que se ha estudiado a “los reyes de la pobreza”, se pueden revisar, las naciones que han desarrollado estrategias sociales y económicas para tener clase media. Ejemplo muchos: En América, existen países que sin discusión alguna, han trabajado por tener una sólida clase media. Su estructura de gobierno está diseñada para desarrollar y mantener su clase media. Es igual, esos gobiernos ofrecen oportunidades, programas y también misiones para fortalecerlos. Y no es precisamente “el imperio”.

Seguro que los defensores de la pobreza a ultranza dirían, que cómo puede haber clase media si aún existen los pobres, y que hasta que no se acaben los pobres, no habrá posibilidades de lograr una clase media. Es decir, el diálogo/trabalengua de nunca acabar.

Las actuales estrategias siguen apuntando a mantener a la pobreza cómoda, que es, una porción de los pobres que cada día es menor. Además, de ser una generación de pobres cómodos que no tienen relevo generacional. El grueso de las expectativas las tiene la llamada pobreza media, que no acepta la condición de pobreza cómoda y aspira a ser clase media.

En los últimos años, parte de los gobiernos solidarios llegaron al tope de la aceptación entre los pobres, pero misteriosamente, dicha aprobación comenzó a descender. En lo más interno, se movió un conector invisible emocional, motorizado por los pobres medios que aspiran otras salidas, oportunidades distintas a la actual oferta.

La clase media hay que entenderla como una tendencia mundial de la organización ciudadana, así como lo son hoy en día, las crecientes protestas o conflictos por los temas ambientales. Que por cierto, quien los lidera es la misma clase media. Esta ha dado muestras de resistencia y coherencia ante los transgresores de su espacio.

Marx en su momento, le dio grandeza a la clase media, dijo que gracias a ella la Historia dio un salto adelante, pasando de golpe del oscurantismo y la jerarquía de la sangre al pensamiento moderno y universal; Sin embargo, no apostó a su supervivencia. Esta clase, tímida y discreta, sobrevivió al convulsionado siglo XX y hoy renovada, actualizada, es la gran referencia social. Si la clase media fue capaz de saltar el atraso medieval, ¿por qué ahora, que es el más importante referente, no puede destronar la pobreza como estilo de vida? ¿Por qué seguir siendo pobres, si tenemos todo para ser clase media?.

La salida es una sola: Primero: No hay que descartar esta hipótesis. Segundo: O se abre el debate, para acordar trabajar en paralelo estrategias que apunten a desarrollar clase medias o nos preparamos para ser desplazados por quienes sí interpreten la verdadera aspiración del “buen pobre”.

*Conceptos para entender este artículo:
Pobreza cómoda: es cuando personas que no trabajan o no tienen oficio definido, están sumamente complacidas de las cosas que consiguen del gobierno. Es una pobreza no generacional, ya que sus hijos sienten que están dentro de la pobreza media, pero de manera transitoria. Pobreza media: Son aquellas personas que aspiran a ser de la clase media.

Clase media: Sector de la población, que lucha por mantener su estándar de vida medio.

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El Día: Excelencia del punto y coma

Tribuna.

Los signos de puntuación son la clave para la buena lectura y la correcta redacción del idioma. Si alguien lee en voz alta sin tomarlos en cuenta, leerá en forma torpe, insegura, sin entender lo que lee. Quien escriba en castellano sin utilizar adecuadamente las comas, los puntos y los demás signos ortográficos de puntuación, su redacción será defectuosa, cuando no pésima. Entre esos signos, el decisivo para la buena construcción gramatical, esto es, para una escritura en que haya una relación racional entre lo que se piensa y lo que se escribe, es el punto y coma. Con él, la frase queda bien construida, se ajusta a la lógica, se ordena en cláusulas dotadas de sentido.

Es como la arquitectura del idioma. Por eso se habla, precisamente, de “construir” una frase, un texto, un párrafo. Lo que en la edificación de una casa son los arcos, las vigas, las columnas, son, en el lenguaje escrito, los puntos, los guiones, los dos puntos, los signos de interrogación, los paréntesis, los puntos y comas. La gramática provee todo un instrumental de pequeños adminículos que sirven para elaborar la frase, para marcar las pausas, para dar una entonación adecuada a cada parte de la oración. Y esto varía de un idioma a otro, como es natural. Por algo, en otras lenguas se usa un solo signo de interrogación, al final de la pregunta, al paso que en castellano se usan dos, al comienzo y al fin, por la calidad especialísima que en nuestra lengua tiene la cadencia interrogativa, desde el principio hasta la última sílaba. Entre tales signos tienen un valor singular, ciertamente, los puntos suspensivos, los menos prosaicos de todos, los más sugerentes, indicadores a veces de lo inefable.

Ahora bien; el eje de la formación de la frase está en la significación lógica que da a la escritura el punto y coma, cuando no basta la simple coma para separar los conceptos o las enumeraciones o las ideas. Naturalmente, el escritor que sabe percibir los matices y las secuencias de las palabras, en la afluencia natural del pensamiento escrito, advierte sin dificultad la circunstancia en que debe usarse precisamente un punto aparte o un punto seguido o un punto y coma para detener la redacción por un instante y cortar la frase separando una idea de otra.

En cierta forma, es como una cuestión “de oído” o de ritmo en el desarrollo de la escritura. Uno “siente” que de pronto hace falta interrumpir brevísimamente la frase porque es necesario introducir una conexión mental entre lo que se ha dicho y lo que enseguida se ha de decir. Y ahí está el punto y coma para establecer el equilibrio entre las partes componentes de la expresión o, como lo dice el diccionario, entre los miembros de una misma frase.

Todo esto viene a cuento porque, lamentablemente, no son pocos los escritores nacionales que prescinden por completo o al menos, en amplia medida, de este indispensable signo ortográfico. Hay libros de extensa difusión en que el punto y coma no se usa jamás. Señalemos este vicio de redacción y de estilo porque es demasiado frecuente en la prosa de periodistas, autores de libros, de informes, documentos, estudios o declaraciones públicas. En la enseñanza del castellano, en todos los niveles escolares o académicos, deberá ponerse especial cuidado en mostrar la utilidad de este particular signo de puntuación, así como de todos los otros que le acompañan en la gramática. ¿Por qué ignorar o dejar de lado los medios expresivos que el idioma pone a nuestro servicio? Así como los edificios se derrumban por ausencia de algún material sustentante, así también una redacción histórica o una crónica informativa pueden fallar por carencia de esos elementos de ensamble que unen los períodos de una frase, dándole a un mismo tiempo claridad y solidez.

Todo ello vale más, indudablemente, para la prosa que para la expresión lírica, la cual tiene en el ritmo y en la significación interna sus propios puntos de apoyo y expresividad. Hay libros hermosos de moderna poesía que apenas usan la puntuación pues el valor mismo de la palabra la hace innecesaria, aunque también es evidente que la expresión poética sabe usar a su manera los medios de la puntuación para enriquecer el verso, darle un cauce o reconducirlo a lo más íntimo.

Claro está que muchas veces la inspiración literaria se abre camino atropellando formas, límites y señales de tránsito, como ocurre con tantos escritores modernos que se saltan comas, puntos y otras señales de la escritura, dejándose llevar por el ímpetu de su aliento creador. Esto vale para autores de genio, sin duda, y es característico de ciertas corrientes literarias de nuestro tiempo.

Pero tal tendencia no hará desaparecer en modo alguno la importancia y el valor permanente de la lógica y el rigor de composición en la escritura de quienes quieran hacerse comprender y apreciar en la precisión del concepto y en la técnica propia del lenguaje.

*Miembro de las Academias Bolivianas de la Historia y de la Lengua, correspondientes de las Reales Academias Españolas.

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El Día: Bolítica

No estamos pidiendo la despenalización de la hoja de coca. Estamos solicitando la despenalización del mascado de la hoja de coca. Algunos países piensan que queremos incrementar la producción de coca para el narcotráfico".

David Choquehuanca
Ministro relaciones exteriores


Se dice que: ¿Legalizar o no legalizar? Esa es la pregunta que divide a Bolivia y Estados Unidos respecto al mascado de la hoja de coca. EEUU entregó a la ONU su objeción sobre la despenalización del mascado de la hoja milenaria.".


Hay preocupación en Washington ante la posibilidad de que la propuesta debilite la integridad de la Convención de Naciones Unidas sobre Narcóticos de 1961 al retirar el texto que obliga a los firmantes a prohibir que se mastique la hoja de coca".

Comunicado
Gobierno de EEUU

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El Día: Definiciones plurinacionales

Bajo el Penoco.

Frankenstein quedará hecho un adonis al lado del “discurso plurinacional”, que día a día se va degenerando y adquiriendo las características de un adefesio monstruoso. Siguiendo la onda del presidente Morales, que para justificar el “gasolinazo” mezcló mercado con economía comunitaria, mulas y mamaderas, la ministra de Desarrollo Productivo, Antonia Rodríguez, acaba de justificar el aumento del precio del azúcar en los almacenes de Emapa, diciendo que esta repartición se ajusta a los precios del mercado. Pese a su aparente alineación con el “compañero Goni” y el decreto 21060, la funcionaria afirmó que el Gobierno central no puede hacer nada con los precios y que es atribución de los municipios ejecutar el control en los centros de abastecimiento ¿en qué quedamos doña Toñita? En este caso, el asunto no es la coherencia teórica y tampoco la firmeza de los argumentos, sino librarse de la responsabilidad, tal como lo hizo el jefazo con cinco años de subsidios. Y para terminar, otra de doña Antonia. Según ella, la caída de la producción no es sinónimo de escasez. En fin, época de Alasitas; el ekeko y todos sus “colgandijos” sabrán perdonar.

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El Día: El horizonte del estado

Los festejos por el primer aniversario del Estado Plurinacional boliviano han despertado las esperadas reacciones disímiles en la oposición y el oficialismo. Mientras los opositores ven en la celebración un derroche insensible de recursos y una aberración si se considera la actual situación de escasez de alimentos y el alza de precios que encarece el costo de vida para la población, los oficialistas se están esforzando por dar un cariz de “festejo popular” al abatimiento del denominado estado colonial y el fin de la república, que ha dado paso al nacimiento de un Estado de tinte socialista, cuyo fortalecimiento es alentado por el MAS, a la sazón el partido en función de gobierno.

Resulta comprensible y hasta lógico que la oposición saque provecho de todos y cada uno de los errores de su contrincante político encaramado en el poder, tanto por razones de estrategia como por la defensa de sus propios valores e intereses. Por tanto, está en su pleno derecho restregarle en el rostro al Gobierno sus faltas en el manejo de la economía, pasando por las polémicas nacionalizaciones y terminando en la errática reactivación del aparato productivo, que ha derivado no sólo en la reversión del gasolinazo, sino en su incapacidad manifiesta por detener el agio y la especulación de alimentos y el contrabando de combustibles sólidos hacia el exterior del país.

Desde esta óptica, el Estado Plurinacional no sería otra cosa que una cadena de desaciertos que ha puesto en riesgo no sólo la seguridad alimentaria del país, sino que ha colocado en entredicho su fortaleza económica y la propia democracia. En contrapartida, el oficialismo muestra su músculo presentando un marco jurídico acorde a la nueva Constitución Política que privilegia los movimientos sociales y los pueblos originarios y coloca al país en el camino de un socialismo comunitario de nuevo cuño. Sin embargo, existe más retórica que hechos en ese tramo. Mientras, resulta notorio que el desgaste del Gobierno echa sombras sobre el futuro del Estado Plurinacional.

No sólo que ha trascendido al exterior la sañuda persecución judicial de los líderes de la oposición, lo que significa reveses políticos difíciles de digerir, sino que hay más dudas que certezas en lo que se ha llamado el proceso de cambio. Para el común de la gente las cosas parecen haber cambiado para peor y el Gobierno muestra una tendencia a complicarse solo. No extraña por tanto que se le critique gastar cerca de medio millón de bolivianos en el festejo del aniversario del Estado Plurinacional, cuando hay una serie de problemas urgentes que atender y precisan de recursos frescos para su resolución.
 
Por otra parte, el horizonte señalado por el Estado Plurinacional es el socialismo comunitario, una meta que se supone requiere de un largo proceso de asimilación de conceptos, de empoderamiento político con elevado grado de compromiso ideológico y de aplicación de políticas claras en el terreno económico y social, elementos que parecen hacer falta en este Gobierno y que la población boliviana no ha logrado comprender aún. Por tales razones, la celebración del aniversario del Estado Plurinacional se antoja más como pretexto del Gobierno para darse un baño de multitudes que ofrezca la apariencia de fortaleza, cuando la realidad es muy distinta.
 

Existe más retórica que hechos en el proceso de cambio. Mientras, resulta notorio que el desgaste del Gobierno echa sombras sobre el futuro del Estado Plurinacional.

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Los Tiempos: EL PRIMER AÑO DEL NUEVO ESTADO

El primer año del primer Gobierno del "Estado Plurinacional" da abundantes elementos para una evaluación del proceso del que es su principal resultado

Hoy se cumple el quinto aniversario de la asunción de Evo Morales a la Presidencia de la República de Bolivia, y el primero de su segunda gestión gubernamental, la primera en su condición de presidente del "Estado Plurinacional". Se trata de una fecha que independientemente de cualquier valoración subjetiva ya forma parte del calendario histórico de nuestro país.

Si el balance final será positivo o negativo es algo que sólo el tiempo podrá decir cuando la distancia ofrezca la necesaria perspectiva histórica de la que hoy por cierto carecemos. Mientras tanto, sólo cabe ensayar evaluaciones parciales, muy ligadas a hechos concretos, de esos que al eslabonarse configurarán a la larga el resultado final.

Al hacerlo, resulta pertinente concentrar la atención en el primer año de la segunda gestión de Evo Morales, pues ésta es el resultado más directo y la plasmación más concreta de todo lo hecho durante los cuatro primeros años. El primer año del "Estado Plurinacional" es el que más elementos de juicio ofrece para una evaluación integral del proceso del que es por ahora su principal resultado, y se puede afirmar que el saldo es negativo. Tan negativo, que el Gobierno del MAS llega a su quinto aniversario sumido en gravísimas dificultades económicas, políticas y sociales.

En lo económico, es el mismo Gobierno el que en los hechos reconoce que los frutos obtenidos por el pilar más importante de su política económica, la "nacionalización" de los hidrocarburos, fueron muy diferentes y mucho más escasos que los esperados.

Pese a la abundancia de ingresos atribuibles a los altos precios de las materias primas que exportamos más que a méritos gubernamentales, el futuro se perfila desalentador y el presente como una constatación de que la economía nacional no está bien encaminada. La escasez de artículos de primera necesidad, la constante subida de precios o los crecientes índices de desempleo son algunos hechos que, por la contundencia con la que afectan negativamente en la vida cotidiana de las personas, hacen superflua cualquier danza de cifras macroeconómicas.

Directamente relacionado con lo anterior está el saldo político también negativo que deja el primer año del Estado Plurinacional.

El resultado de las elecciones regionales de abril pasado, el acoso jurídico a la oposición, los ataques a la Iglesia y a los medios de comunicación y las agresivas movilizaciones populares de protesta de hace algunas semanas pusieron en evidencia lo frágil que es, pese a las apariencias, la estabilidad política del régimen. Políticamente, el Gobierno llega a este aniversario notablemente debilitado y ése no es el resultado que esperaban quienes durante cinco años dedicaron sus mejores esfuerzos a consolidar el poder total aún a costa de la destrucción el andamiaje institucional de nuestro país.

Tampoco en el campo internacional le fue bien. De poder convertirse en líder de la defensa del medio ambiente a escala internacional, la torpe actuación boliviana en Cancún, en la elección de Colombia al Consejo de Seguridad, en las elecciones de Brasil -por citar los escenarios más importantes- nos ha aislado aún más de la comunidad internacional.

Por lo señalado, bueno sería que además de los festejos de rigor, por lo menos una parte de la atención de nuestros gobernantes se dedique, en la jornada de hoy, a una reflexión autocrítica.

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El Deber: Primer año, segundo periodo

El año que transcurrió entre el 22 de enero de 2010 y el 22 de enero de 2011 fue el primero del segundo periodo de gobierno de Evo Morales, pero el Presidente decidió que sea el primer año del primer gobierno del Estado Plurinacional.

Lo dijo cuando admitió que su partido “hizo trampa” a la oposición en el Parlamento para que él no termine su primer mandato hasta el último día, a fin de poder alegar que puede ser reelecto en 2014.

Por el momento, en lo que va de su “primer mandato”, las cosas se han complicado mucho y si no las mejora en los próximos tres años que tiene, le resultará difícil lograr la reelección. Al menos eso es lo que muestran las encuestas de estos días.

Hace un año, el presidente Morales reemplazó a algunos de sus ministros, en un remezón interpretado como un cambio profundo en el equilibrio interno. Ahora, el jefe de Estado habría decidido reponer a algunas figuras desplazadas en enero pasado, pero el escándalo del video sobre el soborno al terrorista Ignacio Villa Vargas habría venido a frustrar ese plan.

Aparte de ese detalle, este aniversario encuentra al Gobierno en medio de una grave crisis económica que empeoró desde enero del año pasado a tal punto que la inflación parece descontrolable y el Tesoro General de la Nación enfrenta un desequilibrio peligroso entre egresos e ingresos.

En el sector de los hidrocarburos, el año transcurrido permitió observar un cambio muy grande en la actitud del Gobierno hacia las petroleras. El mayor cambio fue la decisión de quitar a los pueblos originarios el derecho que les da la Constitución de objetar la ejecución de proyectos económicos que puedan afectar al medio ambiente. En una reunión realizada en Quito, los gobernantes del ALBA proclamaron que no piensan pedir permiso a los indígenas para gobernar.

Además, el Gobierno masista abrió nuevas áreas para las petroleras y les hizo pagos por impuestos excesivos. Pero el gesto que mejor reflejó el cambio de actitud gubernamental hacia las petroleras fue el discurso del presidente Morales cuando justificaba el llamado gasolinazo: dijo que las empresas necesitan recibir precios que les permita recuperar sus inversiones. Esta declaración provocó gran decepción entre los revolucionarios más radicales de su gobierno.

En junio del año pasado, YPFB anunciaba que debido al incremento de la demanda de gas natural de parte de Brasil y Argentina, lo que permite una mayor extracción de líquidos, era posible que el país deje de importar gasolina. Ahora, debido a la caída en el contenido de líquidos en la extracción, la perspectiva es que el país deba importar toda la gasolina que consume.

En el sector minero hay incertidumbre por errores cometidos por el Gobierno, como la eliminación del sistema de concesiones y la falta de un sistema sustitutivo.

La agricultura está dañada por las amenazas constantes y todo el sector productivo está en crisis.

Hace un año, el presidente Morales había dicho que su Gobierno se había dedicado durante cuatro años a la política y que había llegado el momento de la economía. Los hechos muestran que no cumplió.

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Cambio: Cumplimos dos años

Hace dos años, el 22 de enero de 2009, salió a los puestos de venta de periódicos una alternativa de comunicación popular: Cambio, un diario que adquiririó vida institucional en el más trascendental proceso político que vive Bolivia desde la revolución del 9 de abril de 1952: la edificación del Estado Plurinacional, Comunitario y con Autonomías que recorre los caminos de la patria por voluntad de la gran mayoría del pueblo boliviano.

Desde entonces, ya son 729 ediciones las que circularon de norte a sur y de este a oeste de la heredad patria. En este lapso de tiempo, —para un proyecto periodístico es relativamente corto— Cambio avanzó hacia un periodismo comprometido, es decir, con la génesis de que la noticia como un bien social, con las necesidades de la gente, con los sectores populares secularmente marginados y en su corta vida institucional logró constituirse en un diario de circulación nacional.

Es cierto que a lo largo de estos dos primeros años de vida, el periódico estatal no logró todas las metas que nos habíamos planteado, sin embargo, también es cierto que a lo largo del camino alcanzamos varias satisfacciones como el reconocimiento de entidades públicas y privadas a nuestra labor periodística, y marcamos algunos hitos en cuanto a nuestro tiraje, como la edición especial del Bicentenario de La Paz, cuya demanda agotó nuestra oferta a nivel nacional; o la edición del día posterior al triunfo electoral del presidente Evo Morales que también resultó insuficiente ante la demanda de nuestros lectores; sólo para citar dos de varios ejemplos que tenemos registrados en nuestros archivos.

Este es el camino que recorre Cambio gracias a la confianza depositada en su equipo de editores, periodistas, fotógrafos y administrativos, por lectores de todos los estamentos sociales de todas las regiones del país. Por eso, en este segundo aniversario ratificamos nuestro compromiso con el periodismo identificado con los intereses del pueblo, con la responsabilidad social y la veracidad informativa, en el marco de una exigencia de continuo reciclaje y autoperfeccionamiento profesional.

Este es el norte de nuestro trabajo, aunque en el desempeño cotidiano es cierto que cometemos errores porque somos humanos y, por lo tanto, perfectibles. Por eso intentamos ceñir nuestro trabajo en los principios universales de la deontología entendida como un conjunto sistemático de normas mínimas que guía nuestra labor diaria. Es decir, una concepción ética común y mayoritaria que no se opone a las concepciones éticas individuales.

En este sentido, asumimos que el periodista debe y tiene que realizar su trabajo específico en el marco de su honestidad intelectual y su responsabilidad social, lejos del alcance de compromisos subalternos que —sin duda— desnaturalizan una profesión comprometido con el servicio a la sociedad.

"Un periodista debe ser un hombre abierto a otros hombres, a otras razones y a otras culturas, tolerante y humanitario. No debería haber sitio en los medios para las personas que los utilizan para sembrar el odio y la hostilidad y para hacer propaganda. El problema de nuestra profesión es más bien ético", aseguró Ryszard Kapuscinski, y los periodistas de Cambio intentamos —en cada jornada— cumplir estos principios ético-morales de una de las figuras emblemáticas del periodismo universal.

También concebimos al periodista como una persona que cumple una función entendida como la de dar información a la sociedad y que carece de relevancia si es remunerado, si está colegiado o agremiado o si es un colaborador permanente u ocasional de nuestras ediciones. Dicho de otro modo, asumimos la plena defensa de la libertad de expresión y de prensa.

Y a dos años de la fundación de Cambio, nos viene a la memoria los 18 días —entre el 4 de enero y el 22 de enero de 2009— en los que un equipo de periodistas asumió el desafío de editar un diario de circulación nacional, que conforme transcurrió el tiempo se constituyó en un patrimonio de la prensa boliviana, porque creamos medio centenar de puestos de trabajo permanentes, no con salarios altos sino dignos, y sin la intención de hacer propaganda sino periodismo.

En estos dos años, Cambio se consolidó como una oferta periodística alternativa gracias al apoyo del gobierno nacional y el favor de miles de lectores diseminados a lo largo y ancho de la patria. Este respaldo nos permitió dar el primer gran salto institucional: los costos de producción de nuestras ediciones y el pago de salarios a nuestros trabajadores hoy se financian con recursos propios que diariamente generamos por la venta de espacios publicitarios, insertos, separatas y la circulación de Cambio en ocho de las nueve capitales departamentales del país, más El Alto, y en una veintena de poblaciones intermedias provinciales.

Sabemos que más allá de nuestros aciertos, estamos sujetos a cometer errores; por eso, humildemente pedidos disculpas si alguna persona o institución se sintió ofendida por el contenido de alguno de nuestros materiales periodísticos. Sin embargo, con la misma humildad y firmeza ratificamos que seguiremos en la senda del periodismo con responsabilidad social y con el compromiso de seguir con la meta puesta en el servicio a nuestro pueblo.

"Un periodista debe ser un hombre abierto a otros hombres, a otras razones y a otras culturas, tolerante y humanitario. No debería haber sitio en los medios para las personas que los utilizan para sembrar el odio y la hostilidad y para hacer propaganda". (Ryszard Kapuscinski)

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La Prensa: Necesidad de recuperar credibilidad

Es bueno y elogiable que, en ese presunto afán de corregir errores, se busque una alianza con uno de los sectores, el empresarial de Santa Cruz…

Un año después de la asunción del presidente Evo Morales para cumplir su segundo periodo presidencial, el Gobierno se enfrenta a la dura tarea de recuperar parte de la credibilidad perdida como consecuencia de una serie de medidas y actitudes que han generado el desencanto de un buen número de bolivianos.

Nunca como ahora, desde que por primera vez el Movimiento Al Socialismo (MAS) llegó al poder el 22 de enero de 2006, el Gobierno había sufrido tan rápido desgaste, agudizado con la equivocada, aunque rectificada, medida de aumentar los precios de los hidrocarburos en porcentajes sin precedentes desde el shock económico de la década del 80 del siglo pasado.

La economía popular se ve afectada por el alza de precios, escasez, ocultamiento y especulación con los alimentos de primera necesidad. Las soluciones buscadas a través de Emapa e Insumos Bolivia no dieron buenos resultados. Por el contrario, han generado una demanda de los comerciantes minoristas para que se elimine la intermediación de esas dos empresas que no hacen otra cosa que encarecer los productos que comercializan.

A ése y otros problemas vinculados con la economía, se suman los políticos que han afectado la imagen del Gobierno. Las leyes contra la libertad de expresión, contrariamente a lo que pudo haber creído el oficialismo, aumentaron la credibilidad y confianza de la sociedad en el periodismo. Las concesiones de protección política a bolivianos en Perú, Brasil y Paraguay abren interrogantes internacionales sobre el respeto a los derechos humanos, pero fundamentalmente sobre la democracia en Bolivia.

Aunque el Gobierno la rechaza, una encuesta de fines de 2010 sostiene que el Gobierno recibe un mayoritario rechazo en las cuatro ciudades más pobladas del país. Algo que, de todas maneras, deberá ser tomado en cuenta por el Órgano Ejecutivo para corregir errores.

Aunque seguramente las autoridades no lo creen, las actitudes del MAS de copar el poder total y absoluto, desconociendo la democrática independencia de poderes, ha repercutido en su imagen, como lo ha demostrado la defenestración, con o sin razón, de alcaldes y gobernadores opositores o el virtual control del Órgano Judicial, en el que el Ministerio Público se ha convertido en un mecanismo de castigo y persecución a opositores.

Es bueno y elogiable que, en ese presunto afán de corregir errores, el Presidente esté buscando una alianza con uno de los sectores, el empresarial de Santa Cruz, al que más había atacado, para encontrar fórmulas de solución a la crisis alimenticia.

Esa misma actitud conciliadora el Gobierno debería adoptar con todos los sectores a fin de buscar la paz y el desarrollo del país. Para ello, sin embargo, deberá ir por el camino de enmendar aquella actitud errada que le ha hecho perder buena parte de su credibilidad y tener así la oportunidad de hacer la buena gestión que esperaba la mayoría del pueblo que lo eligió.

Lo contrario sería desperdiciar, como lo hizo hasta ahora, una excelente oportunidad de hacer un buen gobierno, con vocación profundamente democrática, y continuar bajando por el tobogán de la incredulidad y la decepción.

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El Diario: A falta de pan, buenas son las tortas

Como es sabido de la historia de la Revolución Francesa, cuando al rey Luis XVI le informaron que el pueblo estaba convulsionado por falta de pan, el monarca respondió que no había problema y que “a falta de pan, buenas son las tortas”. Días después la monarquía se desplomaba. La fórmula no había dado resultado.

Al presente en Bolivia se produce una situación parecida. En efecto, el Gobierno anuncia proyectos faraónicos, inversiones, gastos por doquier, planes de desarrollo, mientras, por otro lado, no hay pan y la escasez hace subir los precios hasta la estratosfera, mientras el horizonte amenaza con nubarrones que presagian tempestad.

Efectivamente, desde los sucesos de diciembre y la reunión cumbre de Huajchilla, las autoridades ofrecen grandes inversiones, construcción de diez aeropuertos internacionales, cinco corredores interoceánicos, cientos de kilómetros de caminos, puentes de increíble longitud y otros. Así mismo, anuncian la adquisición de un satélite por unos 300 millones de dólares, compra de armamento, aviones supersónicos, crecimiento de la Reservas del Banco Central a niveles nunca conocidos, fábricas de papel, cartón y plantas para elaboración de jugos de fruta y en general “el gran salto industrial”. Por si fuera poco, entre esos anuncios de esas obras poco menos que faraónicas, con 800 millones de dólares, se difunde una costosa publicidad que habla de la fundición del Mutún, la explotación del litio del Salar de Uyuni, centros hidroeléctricos, abundancia de petróleo y gas, compra de oro y otras maravillas, por citar sólo las más notables.

Pero, mientras los ofrecimientos oficiales construyen castillos al aire, el panorama en las calles es poco menos que lamentable. Así, no hay producción agropecuaria y estamos importando alimentos como harina, aceite, trigo, maíz y otros con precios altos para venderlos barato, mientras los mercados de consumo citadinos principalmente venden papas, hortalizas, verduras, etc., llegados vía contrabando masivo de todos los países que nos rodean. Se ha llegado al extremo de que el 70 por ciento de la fruta que se consume en La Paz es de origen extranjero.

Tan notable situación se acentúa con la subida del precio del pan, arroz, carne de res y de pollo, café, azúcar, gaseosas, cerveza, cigarrillos y todos los alimentos de la canasta familiar. Es más, el mismo Gobierno ha autorizado a su dependencia EMAPA a subir el precio del azúcar y otros productos que se importa sin pago de aranceles. A todo eso se agrega el aumento clandestino de pasajes en el transporte, bares, cantinas y hoteles y en el comercio en general. El Gobierno autorizó también el alza de las pensiones en colegios privados. Ha desaparecido el pan nuestro de cada día. En efecto, “a falta de pan, buenos son los satélites”, o como dice un grafitti de la zona de San Pedro: “El pueblo no come juicios”.

Sin embargo, esa realidad queda disminuida con profusa publicidad, “técnica que impide al público tomar conciencia de los conocimientos… y con ello se logra mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales y ocupada sin tiempo para pensar…”, como ironiza el artículo de un abogado bajo el título: “Estrategias políticas cínicas”.

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El Mundo: Aniversario

Esta conmemoración del primer año del Estado Plurinacional sirve para que la mayor parte de los bolivianos evoque las virtudes de la República nacida en 1825 y que sigue vigente, a pesar de que hace un año se le ha puesto un nombre poco significativo para la mayoría de los bolivianos.

Un símbolo de lo que pretendió ser un cambio, fue la wiphala al lado de la enseña nacional, lo que solo consiguió que la bolivianidad haga una renovación de sus juramentos de servir a la patria y respetar sus símbolos más representativos.

Si lo avanzado en la vida de la república no puede considerarse como lo ideal, el intento de cambiar esa situación no ha servido sino para complicarla, sin que podamos decir siquiera que ha tomado otro rumbo, ya que la falta de él es una de las principales características de la situación actual.

Es convenirte poner en claro que la llegada del MAS al gobierno no fue algo que pueda extrañar, el estado de descomposición al que se había llegado en el manejo del estado hasta ese momento, hizo que los bolivianos tuvieran un motivo de esperanza.

Luego de este primer año de gestión, podemos considerar que las esperanzas quedaron frustradas, ya que la experiencia previa de cuatro años de gobierno no fue suficiente para permitir un plan claro de gobierno.

Podríamos asegurar que el único cambio que pudo haberse producido es el de la denominación de Estado Plurinacional por el de República, sin ninguna transformación real, digna de ser mencionada.

El resultado de este primer año trae a los bolivianos la dura experiencia de los últimos días del año que acaba de concluir, cuando una medida pobremente planificada para mejorar la economía de Estado, ha servido en conclusiones para afectar la ya empobrecida economía de la ciudadanía mayoritaria y no ha corregido en absoluto los errores de la economía, por una revocatoria que solo mostró que no hubo un análisis de la situación del pueblo y en su caso de alguna medida alternativa.

Tomar como modelo de gobierno lo que acontece en una Cuba que busca desesperada salir del aislamiento, provocado por un comunismo mal concebido que como lo dijo su propio líder, no funciona o la Venezuela de Hugo Chávez que ha empobrecido a una de las naciones cuya solvencia económica, por la producción petrolera, era digna de admiración.

La posibilidad de tomar como ejemplo a otros países con la misma tendencia ideológica, nos muestra con claridad que no se ha escogido como ejemplo lo mejor, ya que los países vecinos con los que se ha intercambiado innumerables muestras de amistad, han tomado rumbos dignos de ser analizados y tomados como ejemplo.

Lo hicimos al terminar el año y lo repetimos hoy, al cumplirse este aniversario, las posibilidades de corregir el rumbo están siempre presentes y lo importante es ponerse a analizar la situación y planificar los trabajos futuros.

Durante los últimos cinco años, hemos escuchado un discurso que repite en forma reiterada los vicios del neoliberalismo, en especial la corrupción, el contrabando y el narcotráfico y lamentablemente, no sólo se mantienen sino que especialmente en el último caso, se ha incrementado dañando la imagen del país y mostrando un bienestar económico ficticio que sólo favorece a quienes se encuentran ligados a ese negocio que no debe dejar de ser una preocupación, en especial para aquellas personas que se hallan en esa actividad ilícita por la necesidad de lograr algunos ingresos, facilitando la materia prima con estímulo del Gobierno.

Ojalá que todo ese panorama poco alentador de este primer año pueda ser corregido, buscando el apoyo de personas que por su experiencia y sus conocimientos pueden dar consejos acertados.

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Opinión:

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Clarín, Argentina: Haití, una tragedia que permanece

La reconstrucción de Haití, un año después del devastador terremoto que se cobró más de 300 mil muertos, sigue siendo una enorme asignatura pendiente para América y el conjunto de la comunidad internacional. Se trata de la peor catástrofe humana ocurrida en lo que va del siglo XXI, solo comparable con el tsunami que arrasó las costas del sudeste asiático en 2004. Se trata además del país más pobre del hemisferio y su población, la más castigada por los más diversos flagelos; además de los climáticos y sanitarios, del hambre y las enfermedades, los recurrentes brotes de violencia que reducen a polvo, sangre y escombros los esfuerzos de pacificación y reconstrucción.

El terremoto del año pasado convocó la más importante movilización internacional de recursos para la asistencia y ayuda humanitaria. Gobiernos, organismos internacionales, fuerzas multinacionales de paz y un ejército de voluntarios, médicos, trabajadores sanitarios y miembros de ONG se alistaron para los esfuerzos de rescate. Hubo que dar sepultura a los cientos de miles de muertos y atención a los millones de sobrevivientes, heridos y desplazados y sobrellevar la destrucción de la infraestructura de transporte, vivienda, abastecimiento de agua y saneamiento. Diez meses después, un brote de cólera se propagó rápidamente causando miles de víctimas. El reclamo es por un nuevo esfuerzo adicional de asistencia para evitar la propagación de epidemias, así como un apoyo más sostenido para la reconstrucción de mínimas condiciones de vida.

La reconstrucción de Haití, un año después del devastador terremoto, sigue siendo una asignatura pendiente para América y para toda la comunidad internacional.

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