El primer ministro británico Tony Blair llegó ayer a Bagdad, en su última visita a Irak antes de dejar el cargo en junio próximo, y dijo que no se arrepiente de la guerra y de haber derrocado a Sadam Husein.“No tengo remordimiento por el derrocamiento de Sadam, no”, dijo Blair en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Irak Jalal Talabani y su par Nuri al Maliki. Blair, en su séptima visita al país ocupado, aterrizó en la llamada “zona verde” de la capital iraquí, donde se levantan las sedes de las embajadas occidentales y del Gobierno local. Poco después, según testigos, un proyectil de mortero cayó en esa zona fortificada del centro de la capital, pero un portavoz de Blair minimizó el hecho: “Ninguna información indica que haya habido algo diferente de lo cotidiano”, sostuvo.
Fuente: CNN.
[vid url=http://cd1.eju.tv/videos4/E1101220705.mp4]