El presidente Morales dice que “de cualquier manera el precio de los combustibles tendrá que subir” y anuncia que “negociará” el alza con los dirigentes sociales. Todo indica que la abrogación del decreto 748 sólo fue una corta tregua para evitar la caída del régimen en las primeras semanas de enero, tregua que cesará en cuanto la maquinaria gubernamental descabece (si es que puede) a las organizaciones sociales rebeldes o coopte/compre a varios dirigentes. Y es que la calamitosa situación de las arcas públicas tras cinco años de gasto descontrolado no deja opciones. Alrededor de mil millones de dólares por año es el crecimiento de la deuda pública (interna y externa) desde el ascenso al poder de Evo Morales, lo que nos puede dar una pauta de las dimensiones del agujero negro financiero a ser llenado. Caída la burda ficción de la Evonomics, queda la realidad del superdéficit fiscal.
Crisis en la burocracia sindical
Sin embargo, la ofensiva para reconstruir el dominio gubernamental sobre los movimientos sociales tropieza con un importante escollo: la crisis de legitimidad de los burócratas sindicales más sumisos al poder, aquellos a los que Evo califica de “patriotas” en contraposición a los que llama “traidores”. Esa burocracia sindical que fue ampliamente rebasada por las bases sociales y por una nueva camada de dirigentes medios, a pesar de haber sido jugosamente financiada el 21 de diciembre (cinco días antes del gasolinazo) con 120 millones de dólares del Fondo Indígena. La caída de Pedro Montes en la COB probablemente no sea la última, ya que otros dirigentes sumisos podrían seguir el mismo camino. En agosto del año pasado pronosticábamos desde esta columna el derrumbe de la denominada “gobernabilidad social”, presentada por García Linera como una de las grandes ventajas del MAS. Y una creciente conflictividad social -que tal vez acabe en una crisis política de primera magnitud- es lo que parece estar en agenda para el 2011.
Todo sea por la vice
El presidente de la Brigada Parlamentaria Cruceña, Jorge Flores Reus, un estrecho aliado del gobernador Rubén Costas, acaba de calificar la gestión de Héctor Arce al frente de la Cámara de Diputados como “brillante”, al tiempo que alegó en pro de su ratificación. ¿Se referirá a la gestión desarrollada para hacer aprobar la ley mordaza o estará hablando de la ley corta? Lo que parece estar detrás de estas increíbles declaraciones es la intención de Flores de asegurarse la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, según denunció poco tiempo atrás el dirigente indígena y ex candidato a asambleísta departamental de Todos por Santa Cruz, Víctor Hugo Velasco, quien agregó que a cambio de la “pega” el diputado estaría facilitándole al partido de gobierno el control de la Brigada Parlamentaria de Santa Cruz.
Costas y sus tutofrases
Y ya que mencionamos a Rubén Costas, éste dijo ayer que “el gobierno debe pasar de la persecución a la producción”, utilizando una de las típicas frases con rima que hicieron conocido a Jorge Quiroga, lo que parece confirmar el dato de que un asesor del ex presidente forma parte actualmente del entorno íntimo del gobernador cruceño.
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