Los republicanos asumieron el miércoles el control de la Cámara de Representantes y redujeron sus planes de impulsar profundos recortes en los gastos del Gobierno estadounidense, diluyendo una promesa clave que les ayudó a ganar las elecciones de noviembre.
Una figura clave entre los republicanos señaló además que su partido podría trabajar con el Gobierno demócrata del presidente Barack Obama para evitar una crisis de deuda en los próximos meses.
"Nuestro gasto nos ha hecho frente, y pronto nuestra deuda eclipsará el tamaño de toda nuestra economía. Se necesitará mucho trabajo y decisiones difíciles", dijo el presidente entrante de la Cámara, John Boehner, según un extracto de su discurso.
Boehner fue elegido nuevo presidente de la Cámara en sustitución de la demócrata Nancy Pelosi.
El control republicano de la Cámara y su importante minoría en el Senado marcan el comienzo de una nueva era de un Gobierno dividido, en el que Obama deberá negociar con los legisladores para sacar adelante los planes de su administración.
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Sin embargo, los demócratas siguen controlando el Senado y pueden bloquear la agenda republicana, que incluye un plan para revertir la reforma sanitaria del presidente.
El nuevo jefe de la Comisión de Presupuesto de la Cámara, el republicano Paul Ryan, comentó al programa "Today" de la NBC que la promesa de su partido para recortar 100.000 millones de dólares del gasto este año ha quedado "amenazada" por la velocidad del gasto que ya está en marcha.
Los recortes propuestos podrían ser "significativamente menores" a los 50.000 millones de dólares, dijo un asesor republicano de la Cámara, pues el año fiscal será justo a mitad de camino del momento en el que los republicanos tendrán la posibilidad de modificar el gasto.
Temor a la crisis de deuda
Los mercados de bonos temen que un Congreso dividido pueda hacer más difícil la toma de decisiones tales como una reducción en los niveles de deuda del Gobierno.
Bill Gross, gerente del fondo de bonos más grande del mundo, advirtió de que gastos "sin sentido" podrían llevar a una inflación más alta, a un dólar más débil y a la eventual pérdida de la elevada calificación crediticia del país.
"El problema es que tanto los políticos como los ciudadanos no tienen una clara visión del coste de tener un déficit por encima del billón de dólares", señaló Gross, que controla 256.000 millones de dólares del fondo PIMCO Total Return Fund.
Ryan, el nuevo jefe de la Comisión de Presupuesto de la Cámara, dijo que exigirá concesiones de gasto al Gobierno de Obama a cambio de una eventual alza en el techo de la deuda nacional.
"Yo sólo estoy interesado en elevar el techo de la deuda si conseguimos concesiones en el gasto, sobre controles reales para lograr que nuestra situación fiscal se revierta y vaya en la dirección correcta", sostuvo Ryan al programa "Morning Joe" del canal MSNBC.
"No me interesa subir el techo de la deuda con la expectativa de que más tarde se cumplirá una promesa", agregó.
Sus comentarios sugirieron que los republicanos están dispuestos a trabajar con Obama en el aumento del nivel de deuda, aunque las peleas podrían hacer descarrilar esa posibilidad antes de que el tema llegue a un punto crítico en marzo o abril.
Ambos partidos tendrían su primer gran conflicto la próxima semana, ya que los republicanos de la Cámara planean una votación para revocar la reforma sanitaria de Obama. La iniciativa fracasaría casi con seguridad en el Senado, que sigue estando controlado por los demócratas, pero la votación podría fijar el tono combativo de los primeros meses.
Reuters