El soborno al “Viejo” y las pugnas al interior del MAS


Luis Fernando Prado G.

PRADO Para nadie medianamente informado era un secreto que la diversidad de corrientes ideológicas al interior del MAS algún día les traería problemas; las pugnas por espacios de poder están logrando lo que la oposición no puedo hacer: bajar el nivel de aceptación de la gestión gubernamental.

Está mañana escuchaba al viceministro Navarro tratando de buscar explicaciones a la aparición de un nuevo video sobre el caso Rosza, donde se ve que funcionarios del Ministerio de Gobierno pagan al “Viejo” para que se vaya del país, agradeciéndole por los servicios prestados. El video en sí, por la forma en que fue filmado, obviamente es parte de un informe, no es una grabación clandestina sino un documento para evidenciar que efectivamente se entregó esa cantidad de dinero a esa persona; esta es la razón por la que se hace de manera tan explícita y por la que dicho documento (el video) se encontraba en los archivos del Ministerio de Gobierno.



¿Cuál puede ser la razón para que el Ministerio de Gobierno lo haga público? La respuesta es sencilla: los tan comentados cambios de ministros en el gabinete.

Las diferencias al interior del MAS son bastante obvias desde hace varios meses; los pedidos de influyentes sectores sociales al presidente para que cambie a algunos ministros cuestionados fueron los primeros síntomas evidentes de que los conflictos internos estaban pasando a mayores.

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L a manera de actuar tan torpe del Ministro de Gobierno para cambiar al ex viceministro Torrico era otro síntoma de las pugnas internas, además de una señal clara de lo que está dispuesto a hacer el ministro LLorenti para no perder su espacio en el gabinete, a pesar del costo político que eso significó para el gobierno.

Después del aplazo de los servicios de inteligencia cuando se dictó el gasolinazo -porque esperaban una fuerte reacción en el oriente, para reprimir con la conocida cantaleta de separatistas y traidores a la patria, y no tomaron en cuenta la reacción de los sectores más empobrecidos, de su propia base de apoyo electoral- se daba por descontada la salida de Sacha Llorenti, razón por la cual tuvo que recurrir a desatar un escándalo en el Ministerio que ocupa, solicitándole al presidente tiempo para investigar.

Queda por demás claro que los costos políticos que esto signifique para el presidente o el gobierno tienen sin cuidado al ministro; lo único que le interesa es mantenerse en su cartera para protegerse del daño que ha hecho a muchos de sus compañeros, quienes pacientemente, me imagino, esperan ver pasar su cadáver (político) por la ribera del río.

Pero hay algunos elementos que traerán consecuencias muy graves para la imagen del gobierno y sobre el tipo de dizque democracia en la que vivimos, que el ministro no tuvo el cuidado de medir.

¿De dónde viene la plata que entregaron los funcionarios del Ministerio al “Viejo”? No pretenderán hacernos creer que hicieron vaquita para regalarle; queda evidentemente claro que en el Ministerio de Gobierno se usa dinero para gastos reservados. Esos dineros son otorgados obviamente con el conocimiento del Ministro de Finanzas y, finalmente, está muy claro que también debe ser de conocimiento del presidente. La otra hipótesis probable es que sea plata de los servicios de inteligencia venezolanos (porque los cubanos están yescas), lo cual vendría a ser igual o peor; ello significaría que el Ministerio es manejado por los venezolanos, y que esto ocurra sin conocimiento del presidente sería un bochorno para él.