Evo no cumple


EVO IGLESIA El presidente Morales atraviesa por estos días su peor crisis de credibilidad desde que ascendió a la primera magistratura. Si durante los últimos cinco años el eslogan recurrente con el que se vendió la imagen presidencial fue “Evo cumple”, habrá que convenir que actualmente existe el consenso cada vez más difundido en la sociedad boliviana de que Evo no cumple. Sin duda el reciente gasolinazo fue clave para esta vuelta de tuerca en la percepción popular, al evidenciarse que las promesas de defender el bolsillo de los pobres sólo eran una manipulación demagógica para la concentración de poder y que los únicos bolsillos que cuentan son los de la élite burocrática. Otros elementos relevantes refuerzan la convicción de que Evo no cumple: uno es la afirmación realizada antes de asumir el gobierno, acerca de que renunciaría si había un solo muerto durante su gestión. Como es sabido, la cifra de fallecidos en conflictos políticos y sociales en los últimos años ya supera los 70, y no sólo no se ha producido la prometida renuncia, sino que no hay los más mínimos signos de sensibilidad hacia las víctimas y sus familiares. La foto que ilustra esta columna es otra prueba del incumplimiento presidencial. Como prueba este extracto de un archivo de prensa, Evo Morales cortejaba a la Iglesia Católica antes de llegar al poder, prometiendo nombrar a un sacerdote como su Ministro de Gobierno. Evidentemente esto no se ha dado, y en cambio se lanzó una feroz ofensiva desde el Palacio Quemado contra el catolicismo, que al parecer estorba los afanes de monopolio ideológico del proyecto totalitario. Agreguemos a los incumplimientos de Evo los de sus ministros: negación del gasolinazo pocos días de su entrada en vigor, o el alza de la inflación al 7,18% cuando un mes atrás el ministro Superluchín anunciaba una meta de 4,5% para el 2010. Todo lo cual nos pinta el panorama de un gobierno cuya credibilidad quedó reducida a cero.

Ante la crisis, mordaza

La crisis del gasolinazo parece haber apresurado los planes del oficialismo para poner en marcha, de una vez por todas, los mecanismos de censura de prensa implícitos en la llamada “ley contra el racismo”. De manera que el Ejecutivo acaba de promulgar el reglamento de la mencionada norma, que permitirá jaquear a medios y analistas en momentos en que el gobierno del MAS enfrenta una casi segura debacle. Adicionalmente, la puesta sobre la mesa del reglamento contribuirá a reagendar a la prensa, obligándola a discutir el tema en defensa propia y a olvidar un poco las vicisitudes del postergado ajuste de los combustibles.

Adiós al “socialismo del siglo XXI”

Cada vez queda más claro que el bloque “bolivariano” se está haciendo pedazos. Ya fue un síntoma importante el total abandono sufrido por la delegación boliviana en Cancún, que no recibió el respaldo de ninguno de sus supuestos aliados. Ahora, la postura positiva adoptada por el presidente paraguayo Fernando Lugo, sobre la solicitud de refugio planteada por el suspendido gobernador de Tarija Mario Cossío, confirma que los miembros del bloque seguirán caminos distintos, particularmente aquellos que no llegaron a “quemarse” con las políticas más radicales promovidas por el chavismo.



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