El político ultraderechista Jean-Marie Le Pen pasó el domingo las riendas del partido que fundó, el Frente Nacional, a su hija Marine, que de este modo puede dar el pistoletazo de salida a su candidatura para las elecciones presidenciales de 2012.
Marine Le Pen, de 42 años y que según los sondeos podría obtener entre el 16,5 y el 18 por ciento en los comicios, asusta a los pretendientes al Elíseo y supone un peligro para el presidente de centroderecha, Nicolas Sarkozy.
En el congreso celebrado en la ciudad de Tours, derrotó cómodamente a su único rival, Bruno Gollnisch, con el 67,65 por ciento de los votos, frente al 32,35 por ciento de Gollnisch. Para la votación estaban inscritos algo más de 22.000 afiliados al Frente Nacional, de los que 11.546 optaron por Marine Le Pen y 5.522 por Bruno Gollnisch.
Jean-Marie Le Pen, de 82 años, cierra así con éxito su sucesión, garantizando que su línea siga al frente del partido que fundó en 1972. De todos modos no pretende desaparecer del escenario político, puesto que se convierte en presidente de honor, un cargo que le permitirá asistir a todas las reuniones del FN. Además sigue siendo eurodiputado y consejero regional.
Marine Le Pen dijo que propuso a Gollnisch un cargo de "primer vicepresidente", lo que supondría ser el número dos, para conservar la unidad del partido de ultraderecha a 15 meses de las presidenciales.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
"Es un puesto muy importante. En un partido en el que nunca ha habido un número dos, podría ser una revolución", aseguró.
Su padre manifestó en una entrevista publicada el domingo en Aujourd’hui en France/Le Parisien que ella tiene todas las dotes políticas necesarias.
"Marine ha nacido con un temperamento de jefa" y tiene "el máximo de cualidades necesarias para ser presidenta del Frente Nacional y candidata a la presidencia de la República", declaró. "Políticamente, con algunos matices, tiene las mismas opiniones que yo".
En 2012, la nueva jefa de filas espera no solo reeditar los resultados históricos de su padre en 2002, cuando logró pasar a la segunda vuelta de las presidenciales que luego ganó Jacques Chirac, sino incluso mejorarlos y transformar al Frente en un gran partido popular de gobierno.
El sábado no escondió a los periodistas su ambición de "secar" al partido en el poder, la UMP de Sarkozy, beneficiándose de la "porosidad" que reflejan los sondeos en el electorado de derecha y centroderecha hacia el FN.
Marine Le Pen lleva siete años intentando mejorar la percepción del partido y darle una imagen más moderna. Las elecciones cantonales de marzo serán una prueba de su capacidad de ampliar la base de su electorado.
Reuters