Nobel de la Paz lidera protestas de Egipto


EL BARADEI El premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei exigió el domingo la renuncia del presidente egipcio Hosni Mubarak ante miles de manifestantes que por tercera noche desafiaron un toque de queda.

Aviones militares sobrevolaron El Cairo en un aparente intento de mostrar que las fuerzas armadas controlan una ciudad aquejada por saqueos, robos a mano armada y protestas contra el gobierno.

ElBaradei encabezó en la Plaza Tahrir -o Liberación- una manifestación de unas 10.000 personas como parte del movimiento antigubernamental generalizado que la semana pasada pareció surgir de la nada y estremeció al país más poblado del mundo árabe.



"Ustedes son los dueños de esta revolución. Ustedes son el futuro", expresó ElBaradei a la multitud en la plaza, el nuevo eje de las protestas. "Nuestra exigencia esencial es la salida de un régimen y el comienzo de un nuevo Egipto en el que cada egipcio viva con virtud, libertad y dignidad".

Minutos antes del inicio del toque de queda de las 4 de la tarde, al menos dos cazas hicieron varias pasadas sobre el centro de la capital, incluida la plaza Tahrir.

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Algunos policías volvieron a las calles cercanas, casi dos días después de prácticamente desaparecer y dejar un vacío de autoridad. Sólo algunos soldados en tanques custodiaban sitios clave de la ciudad de 18 millones de habitantes.

ElBaradei, ex director de la agencia de la ONU para el control de la energía atómica, ha reunido seguidores entre los jóvenes seculares que buscan la democracia. Pero algunos manifestantes lo consideran un expatriado lejano a los problemas de Egipto.

"Mucha gente siente que él ama los premios y los viajes al extranjero", dijo Muhammad Munir, de 27 años. "Realmente no es del pueblo".

Tras varios días de un caos creciente, grupos de hombres armados atacaron al menos cuatro cárceles en diferentes regiones del país antes del amanecer del domingo y ayudaron a que escaparan cientos de milicianos musulmanes y miles de otros reos. Turbas de jóvenes armados con armas y palos destruían automóviles y robaban a la gente en El Cairo.

El nuevo reporte oficial de víctimas en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden mencionó 97 muertos y miles de heridos, pero versiones de testigos señalan cifras mucho mayores.

El Banco Central ordenó mantener cerrados los bancos, y la bolsa de valores tampoco abrió en el que debería ser el primer día de operaciones de la semana.

La interrupción sin precedentes de todos los servicios de internet seguía vigente, luego que los cuatro principales proveedores dejaron de transmitir datos desde o hacia Egipto, en una aparente medida oficial para evitar más manifestaciones.

Los miles que protestan culpan al gobierno por la pobreza, el desempleo, la corrupción generalizada y la brutalidad de la policía.

La embajada de Estados Unidos en El Cairo le pidió a sus ciudadanos que contemplen irse del país en cuanto puedan, y autorizó la partida voluntaria de todos los empleados en puestos que no son clave y de las familias de los diplomáticos, una muestra de la preocupación de Washington por la inestabilidad en su mayor aliado árabe.

Las empresas turísticas intentaban evacuar a sus clientes y las compañías multinacionales a sus empleados, pero decenas de vuelos estaban cancelados o demorados y el aeropuerto internacional capitalino estaba colmado de gente desesperada por irse.

La secretaria estadounidense de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que su país espera que las protestas lleven a elecciones libres y justas en una transición "ordenada" a una "democracia real".

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo a su gabinete que seguía la crisis "ansiosamente" y que el acuerdo de paz de tres décadas entre Israel y Egipto debe mantenerse.

La televisión estatal mostró al ministro de Defensa Husein Tantawi en uniforme militar en una calle del centro, donde hablaba con soldados y civiles. Luego, los cazas sobrevolaron varias veces la plaza Tahrir entre aplausos y abucheos de manifestantes.

"Esto es terrorismo; están tratando de asustar a la gente con los aviones y los tanques", dijo Gamal Ahmed, un técnico de aire acondicionado de 40 años.

Mubarak, de 82 años y casi 30 en el poder, nombró a su jefe de inteligencia, el ex general del ejército Omar Suleiman, como nuevo vicepresidente el sábado, una decisión que perpetua el papel preponderante de los militares en la política del país.

Ahmed Shafiq, el saliente ministro de aviación civil y un ex compañero de Mubarak de la fuerza aérea, fue nombrado primer ministro.

La televisión estatal mostró a Mubarak el domingo en lo que dijo era una visita al centro de comando militar nacional. El mandatario se veía sombrío y cansado en su primera aparición pública desde la noche del viernes, cuando prometió reformas al régimen y anunció la salida de todo su gabinete.

Desde Venezuela, el presidente Hugo Chávez dijo el domingo que, luego de conversar con el líder libio Moamar Gadafi y su par sirio Bashar Assad, coincidió con éstos en que la crisis en algunos países árabes es producto de que "hay mucha pobreza y una elite que se enriqueció", pero agregó que "pudiera haber otros factores".

En declaraciones a la televisora estatal, Chávez aseguró, durante una visita a un arsenal militar en la ciudad de Maracay, que Gadafi le indicó que era "bochornoso" lo que está sucediendo en Egipto por "la intromisión de Estados Unidos".

AP