“El Viejo” confiesa la farsa

old man Finalmente, apareció el “testigo estrella” del caso Rozsa, hospedado en un alojamiento de un barrio periférico de Santa Cruz bajo el nombre falso de José Vargas. Antes de alejarse de la zona en un vehículo, “El Viejo” habló con un equipo de prensa y dijo que teme por su vida, que estaría amenazada por el gobierno de Evo Morales. También mostró señales de tortura en su abdomen, quemaduras producidas por la picana eléctrica con la que lo habrían obligado a firmar las declaraciones preparadas por la fiscalía. Al tiempo de declararse un perseguido por el gobierno, señaló que “no hay seguridad jurídica para nadie”, porque “el gobierno nos controla a todos”. Sobre el dinero del soborno, afirmó que sólo se lo entregaron para la grabación, pero inmediatamente se lo quitaron. Reconoció que estuvo unos meses en la Argentina, pero que luego retornó y se mantuvo moviéndose constantemente, de un lugar a otro. Ignacio Villa Vargas también indicó que el capitán Wálter Andrade (infiltrado de la UTARC en el grupo irregular) le fue presentado por Eduardo Rozsa, lo que reforzaría la hipótesis de un nexo entre éste y el gobierno. De esta forma, va quedando al descubierto la farsa montada desde el poder, la misma que ya comienza a ser percibida en el exterior del país. Así acaba de suceder, por ejemplo, con un extenso reportaje de la revista Veja titulado “La tentación de Evo Morales”, donde se da cuenta de la sospecha de que el gobierno boliviano hubiese armado un “falso golpe” para criminalizar a la oposición, al punto que una jurista brasileña afirma que “En cualquier corte internacional, Evo sería declarado culpable”…

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