La imposible democracia islámica


Manuel Molares do Val

Manuel20Molares20do20Val-110x110 Las revueltas en los países musulmanes prometen establecer democracias que respetarán con mayor rigor los Derechos Humanos que los regímenes derrocados, pero, atentos, porque los derechos Humanos Islámicos, DD.HH.I, son muy diferentes a los DD.HH. de la ONU.

Tanto la idea de democracia como de los Derechos Humanos de la ONU han sido corregidas por los 57 miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) con sede en El Cairo, “por su secularismo y tradición judeocristiana”, y sustituidas por los Derechos Humanos Islámicos el 5 de agosto de 1990, cuando gobernaba Mubarak.



Una Declaración teocrática que somete la humanidad a la sharia. Que comienza proclamando “la dignidad del ser humano en el Islam, en tanto que representante de Allah en la tierra (…) afirmando el papel civilizador e histórico de la Comunidad de Creyentes Islámica, instituida por Allah como la comunidad superior”. Fíjese bien en que esta cultura teocrática se considera superior a todas las demás.

“Hoy se espera que esta Comunidad de Creyentes sirva de recta guía a la humanidad, confundida por creencias y corrientes contradictorias; y que asimismo provea soluciones para los problemas crónicos de la sociedad materialista”. Los humanos “tienen derecho a una vida digna en consonancia con la Sharia Islámica”.

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Artículo 1-a: “La humanidad entera forma una sola familia unida por su adoración a Allah y su descendencia común de Adán (…) Sólo la verdadera religión garantiza el desarrollo de la dignidad por medio de la integridad humana”.

El artículo 2-a proclama que “no es posible suprimir una vida si no es a exigencias de la Sharia”.

Artículo 10: “El Islam es la religión indiscutible”. Nadie puede inducir a cambiar de religión a ningún musulmán “por otra distinta, o al ateísmo”.

Los anteriores son solamente unos ejemplos de unos DD.HH.I que se oponen a cualquier racionalismo, a cualquier Ilustración.

El Diario Exterior