Santa Cruz. Proceso. Se inicia juicio oral con un acusado fugitivo. Cubiertas sus cabezas con paños y vestidos largos, varias mujeres menonitas víctimas de vejámenes sexuales derramaban lágrimas ayer frente al tribunal mientras fiscales exponían la historia de violaciones múltiples registradas en dos colonias.
Drama. Algunas de las mujeres menonitas que ayer, junto a sus familiares, acudieron al Palacio de Justicia
El juicio por violación a 24 mujeres arrancó ayer en el tribunal de la jueza Janeth Paniagua, que junto a dos ciudadanos escucharon los fundamentos de los fiscales y de los defensores del procesado.
Los fiscales Jorge Fernández y Yolanda Aguilera, que presentaron la acusación, aseguraron que los hechos fueron denunciados en la gestión 2008, cuando en la colonia Rivas Palacios se descubrió que menonitas, supuestamente liderados por Henry Bergen Wall, entraban en las casas y rociaban con un somnífero a las mujeres, menores y adultas, para abusar de ellas en estado inconsciente. En esta colonia se presentaron 24 víctimas, algunas estaban de visita de Canadá y optaron por irse, mientras que otras siguen en la colonia y claman justicia.
Durante las exposiciones, los fiscales hicieron conocer que Bergen fue detenido por los mismos menonitas que lo descubrieron en el interior de una casa. Cuando ellos lo sorprendieron pensaron que estaba robando. El acusado aseguró que había ingresado al inmueble en busca de sus terneras.
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Mientras tanto, en el tribunal de los jueces Gladis Alba y Luis Enrique Pérez radicó el otro juicio por violaciones múltiples a unas 44 mujeres en la colonia menonita Manitoba.
Este caso es seguido por el fiscal Freddy Pérez, que presentó la acusación formal. Según las investigaciones, los violadores usaron los mismos métodos que en la colonia Rivas Palacios para adormecer a sus víctimas y ultrajarlas sexualmente
La Policía detuvo a ocho menonitas, pero uno de ellos, identificado como Jacobo Nevdorf, que permanecía con detención judicial en celdas policiales de Cotoca, huyó burlando la vigilancia. La Policía no logra recapturarlo.
Guider Arancibia Guillén, El Deber