Marketing plurinacional


Julio H. Linares Calderón

juliolinares Cuando comencé mi inserción en la vida real, sudaba día a día para el dueño de una empresa que en verdad veía que arriesgaba su dinero y trabajaba mucho, lejos de ser un “empresario llorón”, como los tildó el ministro Arce (fácil decirlo cuando no es uno el que quedaría en la calle si las cosas van mal).

Ahí, a pesar de ser economista, tuve que hacer de administrador y aprender de todo, más cuando las cosas no iban como se hubiera querido, por lo que se tuvo que acudir a un latino con apellido de italiano y que por trabajar en USA se creía bien gringo.



En una mesa, este personaje daba recetas para sobreponernos de la crisis y al final dijo: “Y si no sale nada, rediseñen, relancen la marca”. Ahí supe que ése había sido pues el último recurso antes de la muerte, cosas del marketing. De esa manera, también dijo, atraerán nuevamente la atención de la gente, eso significaba gastar en nuevos diseños, colores, logos y mucha publicidad, para ofrecer el mismo producto, quién sabe con algún plus, pero al final, lo mismo.

La campaña tuvo éxito y hasta el día de hoy, el producto sigue en el mercado, claro, con otros colorcitos, lo que me da una ligera sospecha que este inteligente “marketero”, u otro parecido, está pues bien sentado en el palacio de la plaza Murillo, haciendo eso, rediseñando todito, día a día. Al menos esa impresión me da el cambio de República ha Estado Plurinacional, cambio de loguitos, uniformes, membretados, etc. Y claro, hay que aceptar que apartando nombres y colores, el país vive una nueva realidad, y también que se necesita un tiempo para evaluar si en verdad hubo cambios tangibles y cómo nos fue con éstos.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Sin embargo, también hay que reconocer que mucha de la agobiante publicidad, aconsejada por el “marketero”, quedó en discurso, o díganme ¿dónde acabó el debate de las 36 naciones, de la autonomía, las 11 autonomías indígenas, ¿mejoraron su calidad de vida?, seguramente ya harán un estudio de mercado, pero estimo que hasta el día de hoy, esos habitantes tienen los mismos e insuficientes servicios básicos que hace cinco años.

Otro ejemplo es YPFB, relanzado como empresa en 2008 por Ramírez, en 2009 por Villegas, acabando esas gestiones en un gasolinazo en 2010. ¿Qué campaña habrá que inventar ahora?

La Razón del sábado 27/01/11 publicó otra muestra referente al presupuesto 2011 del Fondo Indígena administrado por los movimientos sociales aliados del Gobierno. Luego de que este dinero estaba guardado por falta de normativa para su uso entre 2005 y 2009, se hizo un primer gran relanzamiento a fines de ese año, en el que wiphalas, ministros y fiesta mediante, se dijo que al fin se utilizarían los 850 millones de bolivianos guardados (del IDH).

Lastimosamente, para 2010, se presupuestaron apenas un poco más de 200 millones de bolivianos, dijeron que era por falta de proyectos aprobados, y, para variar, según información del Ministerio de Economía, sólo un 50% de ese dinero se ejecutó en el año, de paso no dice en qué. Pero no importó, pues en diciembre pasado se realizó otro gran relanzamiento y discursos vicepresidenciales mediante, se inaugura la sede del Fondo; y esta vez ya no son 850, sino ¡950 millones de bolivianos! Sin embargo, la Directora, representante de las “bartolinas”, anunció que el PGE 2011 consigna apenas 150 millones de gasto del Fondo, es decir, que a pesar de la nueva sede y publicidad en tele, lo mismo nomás se hará y la plata seguirá guardada.

Debo reconocer, sin embargo, que la propaganda de los ‘marketeros’ ha cambiado, ya no es de posiciones discursivas y dogmáticas plurinacionales, ahora —quién sabe si recomendado por algún gringo del FMI— se dedica a dar cifras de la bonanza macroeconómica. Pero, ¿cómo estaremos en las casas, en las calles, en el campo, en el trabajo, en el mercado, en la chacra?, ¿igualito nomás?

La Prensa – La Paz