De nuevo el crimen y la droga

mauricio-airaMauricio Aira

Nos referimos al 54º. Periodo de la Comisión de Estupefacientes, organismo mas conocido como la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD) celebrada bajo la conducción del diplomático ruso Yury Fedotov que no dudó en mostrar su desacuerdo contra las injustas críticas de la comunidad internacional que calificó a la Convención Única de 1961 como obsoleta, reconociendo eso sí de entrada que es necesario revitalizarla.

No faltó la descalificación de la originaria convención del 61 considerándola los críticos como desfasada e incoherente. Notemos que entre éstos están las ONG interesadas en lograr torcer las resoluciones e introducir la impronta de “la legalización de las drogas”, es más un lobby muy bien pertrechado (con recursos de toda índole) se mueve entre otros objetivos para conseguir al menos una Nación que encabece el movimiento (el blanco establecido es Bolivia) y en torno suyo la pléyade de intereses que van desde un sincero intento de buscar soluciones, hasta el interesado y febril traslado del mercado del tabaco al mercado de la droga, intento que cuenta con estudios avanzados, con capitales robustos afincados en los EEUU, en Holanda, Bélgica y otros países europeos donde han creado foros que trabajan por ganar a su favor notoriedades o celebridades que van sembrando opiniones a favor de la idea. No voy a nombres cuáles son esas, porque el público las conoce. Solo mencionar que en Suecia trataron de citar a favor de la liberalización de las drogas a conocidas personalidades del mundo político e intelectual que muy luego desmintieron su alineación con la línea perseguida tras las bambalinas de la Convención y más bien se pronunciaron por la línea dura de severa restricción a todas las manifestaciones del narcotráfico que “tanta daño provoca”.



No resulta tolerable el desconocimiento que se esparce sin fundamento, de ser los EEUU los más interesados en perseguir por ej., a los cocaineros, cuando se sabe claramente que la responsabilidad la asumieron los 72 países que suscribieron el acuerdo inicial y que se fue ampliando a la casi totalidad de los signatarios incluidos Cuba, Venezuela y también Bolivia. De modo que cuando se trata de lucha contra la droga y el crimen, no es el interés de un solo estado, sino se trata del interés colectivo de naciones. Que la Convención 1961 adolece de fallas es posible, por ello 10 años después en 1971 y en 1988 se incorporaron cuestiones como la prevención por medio de la educación popular del efecto pernicioso de la droga.

Llama la atención que todo un armazón publicitario y económico se mueva activamente para inducir a Bolivia a reconocer “las bondades de la legalización como ocurrió con el tabaco y la bebida” aunque justo es admitir que hubo un cambio de actitud de Morales “no somos de la cultura de la droga” y rechazó alinearse entre los peticionarios, cierto que de modo apenas perceptible y puso énfasis en otra fase de la campaña que ellos denominan “la dessatanización de la hoja de coca”, quizá como un paso táctico para ir ascendiendo en la escala de reformas de la Convención Única que explican sucedió por entonces “1961 Bolivia estuvo gobernada por el neoliberalismo”.

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Provoca resistencia en la conducta diplomática boliviana aceptar el consenso de rechazo a todo intento de legalizar el tráfico de drogas, algunos observaron como esperanzadores los experimentos realizados en Holanda, Dinamarca y Suiza de librar de controles la venta de drogas, vigente durante algún tiempo y restringidos a ciertos sectores de enfermos terminales o drogadictos extremadamente consuetudinarios, los experimentos dejaron lecciones científicas en el comportamiento de “los pacientes y los modos de administrarles sustancias controladas” Ni siquiera la argumentación de racismo y marginación que adujo Bolivia a la prohibición de la masticación pudo hacer cambiar la postura de la Convención. Ahora se aduce que la misma no toma en cuenta los DDHH ni el derecho de los pueblos indígenas de 2007, lo cierto es que la caja de pandora no se abrió y la C61 sigue estando inamovible. Los lobbies están accionados para demandar cambios antes de enero del 2012 que marcará los 100 años del control de drogas perniciosas. Los grandes estrategas contrarios a tolerancia cero están buscando que Bolivia se retire de la Convención.

Uno de los aciertos de NNUU a lo largo de su relativamente corta historia resultó en la creación y el fortalecimiento de su organismo ONUDD restando mejorar su ejecutoria en todos los niveles del crimen y la droga que son cada vez más poderosos, más crueles, y más influyentes en los pequeños y grandes estados del Universo.